Ruido, un molesto y espantoso ruido
Astrid volteó a ver el reloj que había a un lado de su cama junto a un computador portátil, en el display se podía leer 6:33 am, esta vez escuchó claramente el tono de su celular, lo tomo extrañada ¿Quién podía estarla llamando a esa hora?
– ¿Hola? – dijo evidentemente somnolienta.
– Buenos días Astrid – saludó una muy conocida voz con entusiasmo.
– ¿Emmett? – preguntó para garantizar.
– Si soy yo – respondió el joven Ceo de bellos ojos dorados.
– Señor Slorach, seriamente, ayer termine m turno hasta las 12:30 am y llegue a casa hasta la 1:00 am – dijo irritada y regresando a la formalidad del apellido después de despertar…no quería volverse demasiado cercana a su ex amor de juventud…menos aun po
No lo se - Conozco un sitio de ramen en el barrio chino que te chaparías los dedos, son increíblemente buenos, en serio – dijo sin dejar de insistir, no iba recibir un no por respuesta, ya lo había decidido -. Vamos, ¿qué puede tener de malo que salgamos el día de hoy? Tú lo has dicho, Jordán estará ocupado. Ven conmigo. ¿Has subido alguna vez al edificio 60? Mi papá tiene un conocido en el piso 45 que nos puede permitir ir al penhouse de la última planta, ¡Te imaginas la vista! - ¿Te das cuenta que para ese maratón que tienes en mente nos llevaría horas sólo movernos de un lado a otro? – dijo la chica solo imaginándolo.¿Por qu&ea
El tren ya tenía recorrido una parte de su trayecto de 45 minutos y ella había terminado su café y dona azucarada mirando la ventanilla, el tren venía concurrido en su mayor parte de turistas – que sólo el cielo sabía de dónde había salido – que miraban con ansiedad por las ventanillas y disparaban fotografías a todo lo que estaba a su alcance – para su molestia, incluso a ella – el chico frente a ella no había dicho gran cosa en el trayecto.Pero ella no era buena para mantenerse en silencio.Explica Emmett – dijo por fin -. ¿A qué se debe esta invitación?No tiene demasiado misterio Astrid – dijo el chico con tranquilidad -. No conozco el corazón de Londres o siquiera de algún sitio de Inglaterra, he vivi
El día en la oficina había sido mas pesado de lo habitual, no podía evitar sentirse agotada y soltar un disimulado bostezo de vez en cuanto, estaba realmente cansada, Emmett había sacado demasiado papeleo que le había pedido ingresar a la laptop en Excel y era tanto que durante tres días había tenido que dedicar horas extras a ello, recién había terminado, y Astrid se había levantado de la silla para dirigirse al baño y poder estirarse, apenas y si había cruzado alguna palabra con su jefe, quien no dejaba de mirarla casi a cada momento, aquello era incomodo y desagradable, no había tenido tiempo alguno de buscar trabajo en otra parte porque en verdad, eran demasiadas las exigencias de Emmett, mirándose en el espejo del baño, en verdad lucia agotada, quería ya regresar a casa y derrumbarse sobre la cama para poder descansar. El sonido de una llamada timbro en su celular y Astrid sonrió al ver la pantalla, era su querido amigo Caleb quien la estaba llamando, aquel sonido, sin
El sol se colaba ligeramente a través de las cortinas de aquel departamento citadino en el que ahora estaba viviendo, era domingo, finalmente, su primer día de descanso había llegado y ella, se había levantado un poco mas tarde de la hora acostumbrada, eran las diez de la mañana, y en realidad, tan solo deseaba regresar a la cama para seguir durmiendo, había sido una larga semana de trabajo demasiado exigente y agotador, no sentía deseos de salir ni nada más, además, estaba aún abrumada por lo que había pasado la noche anterior.¿Cómo se supone debes reaccionar ante algo que pensaste jamás ocurriría? Tal como si un día te ganaras la lotería o te ocurriera un accidente demasiado desafortunado, se inflamará tu apéndice o fueras atropellado por un auto, claro, sabes que esas cosas pueden ocurrirle a cualquiera, pero en realidad jamás esperas
Abrir los ojos… a veces podría llegar a sorprendernos lo difícil que es abrir los ojos, vivimos mirando solo un punto del camino, casi sin atrevernos a levantar la mirada y ver qué es lo que está alrededor, casi nunca nos atrevemos a mirar cual es el camino completo, quizá sea porque si miras justo donde vas a dar tus pasos, sientas que el camino es más seguro, pero la verdad, es que te estás perdiendo el espectáculo que rodea la vereda que estas recorriendo.Así se sentía Emmett, como si aquella bella mujer hubiera estado allí siempre, pero en realidad nunca la hubiese notado.Su cremosa piel color caramelo, la curva increíble delicada de sus hombros, de sus brazos, de su cintura, ella había arrojado la sabana lejos de ella en la noche seguramente, acalorada por la calefacción, así que desde donde estaba, a su lado, podía ver incluso la curva de su ca
El sol de la mañana anunciaba un nuevo día después de una noche lluviosa y llena de incertidumbre, Astrid despertaba solo para descubrir que Emmett se había marchado, en realidad, no sabia bien que era lo que pasaba por su cabeza, y no estaba segura de querer averiguarlo, era lunes, levantándose con verdadera pesadumbre de la cama, se dispuso a listarse para acudir a trabajar sin demasiado ánimo, no podía negarlo, al menos no para si misma, que le había hecho demasiado feliz dormir con él, sin hacer nada más, tan solo dormir sintiendo el calor de su cuerpo pegado al suyo, pero aquello era pecaminoso, algo prohibido que no debía ser y eso tampoco podía negarlo, Alessa era la esposa de Emmett, y más allá de eso, era su mejor amiga, no podía traicionarla del modo en que lo estaba haciendo…era una hipócrita, había pasado la noche con el marido de su mejor amiga,
Yo sé que aún no te has dado cuenta, pero yo nunca podría lastimarte, se desde el momento que nos conocimos, sin duda en mi mente, que me perteneces.Aquella música que provenía de algún lugar, seguía resonando en medio de aquel silencio, ocultos en aquella oficina, lejos de miradas juiciosas o curiosas, estaban desnudos, tan solo así, y el tiempo se había detenido en ese preciso instante.Emmett sintió sus pechos grandes y firmes recargarse en la dureza de su torso, mientras devoraba su boca con pasión, Astrid rodeó su cuello con sus manos y sus brazos tratando de mantenerse unida a él todo lo posible, no sabía qué hacer, nunca había estado con un chico antes y lo que podías imaginar en realidad nunca te prepara para la experiencia verdadera, aun cuando estuvo con Cole por demasiado años, jamás tuvo sexo con el…y cuando &
Cuando Emmett había despertado de nuevo por un momento se sintió desorientado, miró la pared que tenía delante de él y la cama pequeña y volteó del otro lado, un largo rastro de su cabello quedo ante sus ojos, y supo entonces perfectamente donde estaba y lo que había pasado solo hacía unos minutos, el meró recuerdo lo excitó de inmediato y sintió una parte importante de su cuerpo encenderse de deseo.¡Por todos los santos que había hecho! Recordó todo, recordó cada cosa buscando las claves de lo que había pasado, la miró allí, perfecta, desnuda en medio de sabanas, uno de sus pechos estaba perfectamente descubierto, suave y extremadamente sensual y se recordó metiéndolo en su boca y amamantándolo con placer, escucharla gemir mientras lo hacía, bien, ella había estado de acuerdo, esa era la parte más impor