—¡Tú!— Era el chico rubio muy guapo de la librería de ayer.—¿Os conocéis?— preguntó Alex, mirando entre nosotros.—Nos conocimos en la librería llamada 'Sofia's' ayer. Cristal ¿verdad?— Sentí como me sonrojaba al recordar mi nombre. Asentí sin confiar en mi voz. No esperaba volver a ver al chico guapo de ayer y sin embargo aquí estaba, y al parecer amigo de Alex.—¿Qué hacías en una librería?—. preguntó Alex con una sonrisa de satisfacción.—A diferencia de ti algunos tenemos que hacer deberes y estudiar—. Por el rabillo del ojo noté que Alex le enviaba una mirada a Noah. Lo miré con curiosidad por el comentario y la mirada. Antes de que pudiera abrir la boca, Noah empezó a hablar.—Sabes que llegas pronto, ¿verdad? No tenemos que estar allí hasta las seis——No esperaba que este se preparara tan rápido—. Alex me hizo un gesto con la cabeza.—¿Qué se supone que significa eso?— Por fin encontré mi voz y le miré con rabia.—Que no eres una chica.—Qué gracioso—. Le respondí.—Ignora al
—Cristal—. gritó Noah, haciéndome un gesto para que me acercara. Sintiéndome más que intimidada me dirigí lentamente hacia el grupo. Me detuve junto a Noah y Alex, a mi otro lado, y miré a las otras cuatro personas.El chico que estaba delante de mí tenía el pelo hasta los hombros, casi negro. Tenía los pómulos altos, una nariz que sin duda se ha roto antes, y una mandíbula fuerte. Un par de ojos marrones oscuros me miraban con curiosidad. El tipo también era súper alto.El chico a mi derecha era igual de alto con el pelo castaño rizado más corto. Su mandíbula era igual de definida que la de los otros, pero tenía más cara de niño. Un par de ojos castaño claro brillaban divertidos. Parecía más bien el bobalicón del grupo. Y me resultaba muy, muy familiar.A su lado estaba la chica que me sonrió. Parecía la chica perfecta de la puerta de al lado. Pelo rubio, ojos azules, pómulos altos y un aire de confianza a su alrededor. Por alguna razón supe que no sería del tipo zorra. Una vez más m
—¿Siempre?—Sí. Noah me sonrió. —Así que Cristal—. Se adelantó guiándome hacia dos sillas de playa más cerca del fuego. —¿Desde cuándo trabajas en Sofia's?—Desde hace un par de años en realidad—. Con cautela tomé asiento a su lado. —Entré allí en primer año e inmediatamente me enamoré. Helen, la dueña de la tienda, me ofreció un trabajo y llevo allí desde entonces—. Sonreí mientras hablaba.—Si te gusta, ¿por qué te vas?—Además Helen necesita a alguien cerca por mucho que diga que no.—Así que trabajas en una librería y ayudas a los ancianos, ya me caes bien.—¿Y si en secreto soy una persona horrible? Podría odiar a los cachorros.—¿Odias a los cachorros? —
Las dos horas siguientes pasaron volando. Unos minutos después de que Alex se fuera, Noah se acercó y empezó a hablar conmigo. Por primera vez en mucho tiempo me sentí relajada con otras personas. Noah era muy dulce y parecía realmente interesado en conocerme. Yo esquivaba preguntas sobre mi familia y cosas del colegio, pero a él no parecía importarle.Era fácil hablar con Noah. No intentaba hacerme hablar de cosas que no quería. Se limitaba a asentir con la cabeza sin insistir en los detalles. Fue agradable que alguien me hablara y me escuchara. Ha pasado tanto tiempo que me desconcertó un poco.Unos treinta minutos después de que Noah y yo empezáramos a hablar, Alex volvió. No tenía ni idea de adónde había ido, pero cuando volvió no me miró ni una sola vez. Tenía curiosidad por saber adónde se había ido, pero sabía
—¿Estás bien ahí atrás?— preguntó Noah, girándose en su asiento para mirarme a pesar de que estaba oscuro en el coche.—Sí, estoy bien, sólo cansada—. Agradecí que no pudiera verme la cara. Miré a Alex y lo encontré mirándome a través de la ventanilla de revisión, las luces del salpicadero iluminando su cara. La forma en que me miraba era como si supiera que estaba mintiendo.Aparté la mirada y me quedé mirando por la ventanilla cómo pasaban las luces de la calle. Noah y Alex hablaban entre ellos mientras yo me quedaba sentada escuchando, repentinamente cansada. No tardamos mucho en llegar a casa de Noah y me sentí un poco triste. No estaba segura de volver a ver a Noah después de esta noche. Aunque era realmente atractivo, era agradable hablar con él. Antes de salir se dio la vuelta para mirarme.&md
—Eso es secuestro—. tartamudeé.—¿Y?—Y...— Me interrumpí sin saber qué más decir. No esperaba que aceptara tan rápido. —Es un secuestro—. Suministré cojo.—¿Vas a vestirte o qué?— preguntó Alex, que ya parecía aburrido.—¿Adónde vamos?—Lo sabrás cuando lleguemos.—Vaya, ¿podrías ser más imprecisa?—. Murmuré sarcásticamente. —Porque irrumpir en mi casa de madrugada y llevarme dios sabe dónde no es espeluznante—. Continué con mi taza de café. —Podría ser atraerme al bosque y cortarme en pedacitos.—Te das cuenta de que puedo oírte, ¿verdad?—. Le miré y puse los ojos en blanco.—¿Cómo se supone que voy a vestir
—¿Estás lista para irnos?— Pregunté finalmente, mi voz rompiendo sus pensamientos. Su cabeza se giró hacia mí y vi cómo me miraba de arriba abajo. Al instante me sentí cohibida bajo su mirada. Seguramente había visto chicas mucho más guapas que yo. Chicas seguras de sí mismas, no como yo.—Sí—. Su voz era suave mientras se levantaba. Jugueteé con mi bolso mientras él caminaba hacia mí. Podía sentir su mirada en mí y sentí que mi espalda se tensaba. Esperé a que llegaran las preguntas, pero no lo hicieron.Alex no dijo ni una palabra mientras se dirigía a la puerta de mi casa. Cuando no le seguí, me miró por encima del hombro.—¿Vienes? Tratando de ocultar mi sorpresa, asentí con la cabeza y me apresuré a seguirle.¿Por qué no me había pregu
—¡Lo lograron!— Una voz familiar gritó. Me giré y vi a los amigos de Alex que se dirigían hacia nosotros. Cuando estuvieron cerca, Derek me abrazó con fuerza. Mis manos colgaban sueltas a los lados y tenía los ojos muy abiertos. Al final me soltó y se fue a dar el apretón de manos con Alex.—Me alegro mucho de que hayas venido—. Olivia me sonrió. Estaba secretamente aliviada de que todos estuvieran aquí también.—Yo también.—Encantada de verte de nuevo Cristal—. Nico habló cogiéndome desprevenida. Lo miré con los labios entreabiertos sorprendida de que siquiera me hablara.—A ti también—. Dije con las mejillas sonrosadas. A su lado Lexi se me quedó mirando. Aparté rápidamente la mirada de su novio y me volví hacia Noah que me sonreía.—Hola&mdas