—Gracias Ava. No sabía a quién llamar y vi tu nombre—. murmuré.—Cristal puedes llamarme cuando quieras. Siempre estaré aquí.—Gracias. — Respiré, esperando que pudiera darse cuenta de lo agradecida que estaba de que estuviera aquí para mí y de que contestara al teléfono.—Cuando quieras cariño.Después de despedirnos me sentí mejor. Que alguien como Ava me dijera que las cosas irían bien parecía aliviarme un poco.Al darme cuenta de que llevaba aquí sentada hora y media decidí que era mejor que me fuera a casa. La idea de volver al apartamento vacío me dolía, sabiendo que sólo recordaría a Alex.Hice el corto camino de vuelta al apartamento, prácticamente arrastrando los pies mientras lo hacía. Subí las escaleras agotada, pero sabía que esta noche no volvería a dormir. Desde que Alex se había ido, sólo había podido dormir unas pocas horas por noche, pero incluso así no había dormido bien.Con un suspiro entré en el apartamento. Como las dos últimas semanas, me encontré con el silenci
—¡Cristal! — Chilló lanzándose a mis brazos. Rodeé su cuerpo con mis brazos mientras los dos nos balanceábamos abrazados.—Me alegro tanto de verte—. Sonreí cuando nos separamos. —¡Mira tú pelo!—Necesitaba un cambio—. Dijo encogiéndose de hombros. Siempre decía que nunca se cortaría el pelo, pero tenía que reconocer que le quedaba bien.—Creo que te queda genial.—Tenemos tanto para ponernos al día—. La conduje a la casa cerrando la puerta. —Como el hecho de que tú y Alex compraron una casa en nuestra ciudad natal.—Sí…—¡Liv! — Harper interrumpió mi respuesta mientras caminaba hacia los brazos extendidos de Liv.—Maldita sea, has crecido mucho—. Es una locura porque Harper ahora es más alta que yo. Mientras las dos charlaban el timbre volvió a sonar. Les dejé solos y fui a abrir, con una sonrisa en la cara al ver a Noah.—¡Hola! —, le di un fuerte abrazo. Noah era al que más veíamos. Alex y él trabajaban juntos, pero hacía siete meses que no lo hacían. Ha estado ocupado trabajando e
ALEXEl tiempo pasa volando especialmente cuando se trata de compartir tu tiempo con aquellas personas que siempre te han querido y quieren lo mejor para ti, ese era mi caso, desde que había unido mi vida cristal jamás quería separarme de ella y es que yo era sumamente feliz a su lado. Vivimos buenos y malos momentos, pero lo más importante es que el amor siempre reinaba en nuestra relación y a pesar de qué tuvimos algunas diferencias logramos la felicidad que siempre hemos querido, así que era tiempo de establecer una mejor vida y buscar otras metas, habían pasado exactamente 10 años, y creo que ella y yo nos merecíamos un buen momento para compartir entre nosotros. Habíamos decidido tomar unas buenas vacaciones y estar lejos de todas las personas, era como una forma de distraernos y ejercitar nuestra relación de pareja.Nos habíamos ido a una isla del Caribe, en donde había mucha vegetación y muchos árboles frutales, acá el sol era más fuerte y más radiante, el calor era muy intenso
ALEX—Lo sé, pero simplemente lo hice con la intención de saber si habías cambiado, o simplemente el dinero y otras cosas habían interferido para que fuera otra persona, pero veo que no, en el corazón de mi chica siempre sigue siendo el mismo y la verdad me llena de mucho orgullo, pero bueno, cambiando de tema y ahora lo importante es que tenemos que almorzar, tengo mucha hambre y créeme que en realidad lo que te estaba diciendo no era mentira, no pude desayunar, porque la verdad en cuanto a la habitación que estaba totalmente vacía inmediatamente pensé que te habías ido de compras como no tenemos mucho tiempo de estar acá, pero no sé si preferiría que comamos en el hotel o vamos a buscar algo por ahí…— era una buena opción, cristal y yo nos gustamos mucho el ir a comer a lugares pequeños, por lo general no nos gustaba casi los restaurantes o los lugares exóticos, siempre queríamos algo más sencillo e iba más acorde nuestra personalidad, de esa forma conocíamos nuevos pueblos y nuevas
ALEXEl mesero no se había tomado la orden, tenía mucha hambre y la verdad es que en el menú estaba todo bien claro y estaban las cosas más de la vida me había regalado, al igual que yo, cristal, siempre se caracteriza por ser hambrienta, le gusta comer de todo un poco y por esa parte era una buena ventaja porque no tenía que estar lidiando con estar buscando un plato preferido para ella, siempre nosotros teníamos por costumbre hacer esto, me gustaba y también me distraía, pues ella era muy juguetona y siempre estaba hablando ciertas cosas para hacerme reír por el amor entre nosotros creo que nunca se había apagado y nos amamos con la misma intensidad.—¿Solamente?—Prrgunto el mesero.—Así es— asenti.—Creo Que fue una sabia decisión el haber venido a esta isla, porque tú estaba insistiendo que fuéramos a una ciudad lujosa y yo te dije que no, ya está bastante segura de que yo quería estar acá como a mí no me gustaban las cosas muy exuberante y tampoco están los cosas como sabes que
ALEXMi corazón estaba latiendo más fuerte cada vez más y en cada segundo se va intensificando al punto que había empuñado mis manos, lo primero que quería hacer era tirarle esa rosa frente a la cara de ese estúpido, pero temía por cristal, sabía que ella no le gustaba la violencia ni nada, yo no quería exponer a mi mujer, pero esto era una falta de respeto enorme frente a mí, aló como es todavía herido mis sentimientos y también mi orgullo como hombre, a nadie le gusta que enfrente de sus narices un desconocido venga intenten pasarse de listo, pues yo haría prevalecer mis derechos, no esperaría más tiempo de reaccionar.—¿Qué intentas hacer?— cristal me pregunta tomándome de la mano— si crees que irás a discutir con ese sujeto estás muy equivocado, Alex,— la miré directamente a los ojos y miré una enorme preocupación, no quería darle problemas y la verdad solamente por ella lo estaba haciendo, porque de mi parte hace mucho tiempo que le hubiera reclamado idiota, yo sabía que a crista
Creo que estoy borracha.Sí, estoy totalmente borracha. Mi visión es muy borrosa y ni siquiera puedo ver con claridad el lugar en el que estoy. Maldición, mi novio seguramente me va a matar, pero ¿a quién le importa? De todas formas, no está en casa. Esta noche estaré sola, como siempre.La discoteca esta noche parece tan viva que he bebido mucho y mi amigo está aquí conmigo para celebrarlo porque he llegado pronto del trabajo. Y odio ir a los clubes para ser honesta.Y como bailar no es lo mío, y tengo un prometido, no creo que sea bueno si bailo allí mientras esos hombres espeluznantes tratarán de poner sus manos alrededor de mí. Como los estaba esperando, no tengo otra cosa que hacer que beber. Y empiezo a sentirme muy mareada.—¡Hey Sheyla! ¿Estás bien? ¿Quieres ir a casa? — Mi mejor amiga, Laura, pero la llamo Lau, se acerca a mí con cara de preocupación.Yo estaba sentada en el taburete de la barra mientras trataba de actuar con la mayor normalidad posible. —Sí, estoy bien. Por
Los días siguientes transcurrieron sin problemas y todavía no le he dicho a Gareth que estaba en el club esa noche. Mentí y me inventé algunas excusas poco convincentes como que me sentía mal esa noche y que no podía llamarle porque estaba dormida.Excusas tontas pero que funcionan.Y tampoco mencioné lo del tío bueno con el que me enrollé porque eso seguramente le cabrearía. Y Lau sugirió que sería mejor que no se lo dijera si pienso no volver a hacerlo. Sólo arruinaría nuestra relación. Bueno, yo quería romper con él, pero todavía no quiero hacerle daño.Él es el único que me quiere más que nada. Y ahora me siento realmente mal por haber besado a un extraño en el club.No debería haber besado a ese hombre.Ahora tengo que llevarme ese secreto a la tumba.Ahora mismo, Gareth está en Canadá, haciendo algo sobre el caso que lleva. Y ya le echo de menos. Sé que cometí un error por besar a ese hombre en el club y me aseguraré de que no vuelva a suceder.Dios, ¿acabo de engañar a mi prome