Eva va caminando por el pasillo del bufete donde trabaja... mejor dicho, donde trabajaba. Todos se quedan mirando cuando pasa frente a ellos.«!Cobardes!» —Piensa ella.La despidieron sin motivos y todos callaron. Siente que algo arde dentro de ella, ira, tristeza. A muchos los consideró amigos, a otros buenos compañeros.«Pero no me iré como si fuera una fracasada, defendí mi caso como toda una profesional. Lástima que pese más lo celos de una mujer insegura, que un buen trabajo.»Camina con orgullo, espalda recta, barbilla alzada, con movimiento calmados, pisada firme.Llega hasta la recepción donde está Emma con sus pertenencias. Le da las gracias y está por irse cuando Emma la coge por el brazo y dice:—Siento que tengas que irte así, te voy a extrañar. Yo hablé en tu favor, pero no me hicieron caso. —Y agrega soltando el brazo—. Me gustaría seguir en contacto,
Dante llegó a la oficina y Sofía ya estaba allí. No sabía que haría sin ella, llevaban muchos años juntos, y antes de ser su secretaria, lo fue de su padre. En el trabajo era muy organizado, ellos dos ya tenían una dinámica, alguien nuevo vendría a romper todo eso. No quería que se fuera, pero la entendía.—Buenos días Sofía. —saludó mientras se dirige a su oficina.—Bueno días Dante. Si no es mucha molestia quería comentarte algo.Dante se detiene y va hasta donde está ella.—Te escucho. —Cómo sabes ya me retiro, y aun no has encontrado una secretaria a tu gusto.—Sí, lo sé, lo entiendo, aunque no quiera. Y las secretarias que han venido no me convencen.—Te tengo la ideal, a ella no podrás decirle que no.—¿Es así como tú?—Es muy competente. Y lo mejor, es secretaria jurídica. Mejor que ella no encontrarás. ¿Puedo decirle que venga
«Lo que me pasa a mí, no le pasa a nadie. Venirme a chocar con un desagradable. Espero no trabaje en el mismo edificio, para no tenerlo que ver otra vez.» —Eva va tan ofuscada que casi olvida presionar el número del piso al que va.El ascensor abre las puertas en un recibidor muy elegante. Camina hasta la recepcionista, saluda y pregunta por Sofía. Le dicen que espere y a los cinco minutos le dicen que pase —esto asombra a Eva, por la rapidez— tiene que ir hasta una oficina que fuera dice «Dante Lombardi, Director Jurídico». Lo poco que ha visto de la empresa le gusta, la decoración del lugar es excelente.Sigue las indicaciones que le dieron y cuando llega a la oficina en cuestión bromea pensando:«¿La última oficina? Está muy lejos de recepción, espero no me envíen mucho allí.»Entra a la oficina de la secretaria y Sofía se pone de pie cuando la ve, la invita a sentarse en el sof
Dante está en el garaje dispuesto a ir al terreno que compraron Lucas y él. Necesita salir de la ciudad, a un lugar tranquilo. Entre el trabajo, los problemas que tiene y su familia, lleva dos años seguidos sin vacaciones. Tal vez es hora de hacerle caso a su amigo el doctor Oliver, quien vive aconsejándole que tome un descanso. Ya es de tarde, pero no le importa que le coja la noche a donde va.La noche antes visitó a su familia como le prometió a su madre. Quería hablar con su papá y ver por qué quería divorciarse. Al final no era así, su padre cansado de la insistencia de su madre, le dijo esto para que lo dejara tranquilo. Faltaban unos meses para que cumplieran el quincuagésimo aniversario de su matrimonio y quería darle una sorpresa, las bodas de oro no se cumplen todos los días y quería hacer algo especial, pero su madre no cooperaba.«Si hubiera deseado casarme, mi esposa no se parecería a mi madre. Ella es muy buena y la quiero mucho,
Cinco meses despuésEva sale del salón de tatuajes eufórica. Después de mucho tiempo se hizo el tatuaje que tanto deseaba. Hoy sentía mucha alegría, y no solo por el tatoo, su abuela por fin regresaba, la extrañaba mucho.«Que bueno lo hace un fin de semana, así puedo pasar el día con ella.» —Es el pensamiento de Eva mientras se dirige a su casa.Se da un baño, teniendo el cuidado que el chico del salón de tatuajes le dijo debería tener. Se pone de espaldas al espejo y mira su nueva locura, no lo puede ver bien, pero le encanta, tenía pensado solo hacerse uno, pero quizás se haga 2 más, ya ira pensando que hacerse mientras este se cura. Se viste y va a la cocina, quiere preparar algo rico para cuando su abuela llegue. Tratará de hacer su tarta preferida, aunque la repostería no se le da tan bien como a su mamá, lo hará lo mejor
Eva da un grito ahogado, se pone la mano en el pecho y se gira para hablar con el recién llegado.—Me asustó señor Lombardi. Por favor, la próxima vez no sean tan sigiloso.—No fui sigiloso, usted venía distraída.—Bueno, igual está en su casa, puede estar como quiera. Y gracias por el elogio, usted también está muy guapo con ese esmoquin.—¿Qué hace tan lejos de la fiesta? ¿No es de su agrado?—Todo está muy bien, me gustó todo. No sabía que era la fiesta de sus padres.—¿No sabía? Pensé que sí al estar invitada.—No fui invitada. —responde Eva mordiéndose el labio y apartando la mirada—. Vine con Paul. Me convenció diciendo que no importaría, ya que es muy amigo de sus padres.—Sí, Paul es amigo de mis padres desde hace muchos años, y por supuesto usted es bienvenida, no se preocupe. —Dante calla un momento y pregunta—. ¿Cuál es su relación con él?<
Eva llega quince minutos tarde, está enojada con ella misma, es primera vez que le pasa. Entra a la oficina un poco nerviosa, no quiere que su jefe piense que porque estuvo en una fiesta en su casa ahora va a descuidar su trabajo. Deja el bolso en la mesa y va a hablar con Dante para disculparse. Hoy tiene la puerta cerrada, esto le extraña, no es común en él, y no tiene ninguna reunión programada para la mañana. Camina hasta la puerta y alza la mano para tocar, pero se detiene cuando escucha voces, hay otro hombre hablando con el señor Lombardi. Está al regresar a su mesa y ponerse a trabajar cuando escucha al hombre misterioso hablar un poco más fuerte, y Dante se queda callado, no responde, otra cosa extraña hoy. Se acerca más a la puerta para escuchar, pero da un grito ahogado cuando le tocan el hombro. Tiene la sensación que el corazón se le detuvo un momento. Quiere correr y esconderse por la vergüenza, Lucas está detrás de ella. La está mirando muy serio, no
Esta noche hizo algo imperdonable, llamó a su acompañante de turno por el nombre de su secretaria mientras tenían sexo. La mujer en cuestión paró toda actividad en ese momento y le dijo que no volviera a buscarla.«Ay Eva, ¿qué me estás haciendo?» —Piensa Dante mientras para frente a la casa de su acompañante. Se despide de la chica con un gesto desde el interior del coche mientras ella se mete dentro de la casa, mirándolo con ganas de matarlo.«Lástima, me gusta esta mujer.»Volvió a acelerar, y nada más entrar a su casa va directo a la habitación, se quita la camisa y se dirige al baño, necesita una ducha y terminar lo que dejó a medias, no hay razón para no saciar el deseo de su propio cuerpo. Pasa su mano lentamente sobre el pantalón, cerrando los ojos para evocar la imagen de su secretaria, la está deseando desde hace un tiempo. El baile sensual de hoy no ha hecho nada más que aumentar las