Lucas estaba expectante, un poco nervioso por lo que diría su hermano; él había esperado que Dante y Eva nunca supieran que él era Samael, no quería que fuera como un fantasma entre ellos,  volviendo extraña su relación.

 

Dante se puso de pie, y rodeando su escritorio se paró detrás de la silla en la cual estaba sentado su hermano, echándose un poco hacia delante se apoyó en los hombros de Lucas, suspirando le respondió lo que había preguntado.

 

—No sabíamos que eras tú por un tiempo, hasta que un día Eva quiso celebrar el aniversario de ella y Samael conocerse, se sorprendió mucho cuando se dio cuanta que no era yo, según ella sospechaba que era yo por las cosas que hacía que a ella le gustaba; y yo pensaba que la celebración era por el primer encuentro que tuvimos, fue... no fue bueno para mí darme cuenta de que era contigo con quien ella hablaba y aunque pensaba que era yo, le gustaban las cosas que le decías,  me puse celoso... fue el