Cuándo la espalda de Raguel chocó con la curvatura superior de mi hoz la energía explosiva de las armas formó una onda que lanzó a varios de los combatientes por los aires a varios metros. Nuestros ojos nunca perdieron el contacto mientras mis músculos gritaban en la fuerza para sostener su agarre, Nunca había visto tanto odio y rencor en los ojos de un celestial, aquello debió haberme inquietado y de cierta forma lo hizo, ya que llamó mi atención, pero en aquel minuto no estaba preparada para hacer análisis, sangre… eso era todo lo que necesitaba. Con un movimiento nuestras hojas se deslizaron hacia el lado y ambos retrocedimos un paso solo para volver contra el otro una vez más, el chillido de las hojas llenaba la noche, a nuestro alrededor las batallas continuaban, por lo cual, sus siguientes palabras me habían desconcertado.

-Tu… de todas las personas tenías tanto potencial … Hija de celestial, hija de un mortal Espartano…- dijo casi entre dientes cuando su espalda nuevamente tra