Capítulo 139

Por fin llegamos a la casa de Leonela, casi a la hora prevista en que se haría la pedida de mano. El tránsito estuvo pesado, tuvimos que desviarnos por otra ruta, pero finalmente logramos arribar sanos y salvos a nuestro destino, je je je. Habían muchos carros, ya, estacionados frente a la vivienda y retumbaba la música, a todo volumen. Era una fiesta. Habían invitados en los jardines, brindando, hablando y riendo. El ambiente estaba muy animado.

Yo esperaba una pedida de mano algo formal, breve, sencilla, íntima, sin embargo encontraba mucha algarabía, regocijo y sobre todo bastante trago. A mi amiga Leonela le gustaban esas diversiones, disfrutar el momento y la algarabía. No debía extrañarme en realidad.

-Todos los hombres te van a mirar-, seguía fastidiado mi padre por mi vestido tan estrecho. -Es la idea, papá, que me miren, je je je-, bajé y cerré bien el carro y nos dirigimos los tres a la puerta de la casa de Leonela. Y en efecto, mi vestido súper entallado convulsi
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