Capítulo 143

Ese sábado me puse a limpiar mi cuarto, pensando, también, en lo que llevaría a la casa donde viviría con Louis después de casarnos. Mis padres me dijeron que podía dejar todos mis peluches porque mi cuarto seguiría igual por siempre. Yo tengo como doscientos muñecos, je je je. Únicamente llevaría aquellos juguetes que cuidaban mis sueños, por ejemplo el señor castor, el señor gorila, la señora jirafa y por supuesto el señor perro bulldog. Los tengo de todos los tamaños y colores porque me han gustado coleccionar los peluches desde pequeñita. Louis sabía de mis gustos y también me regalaba, cuando podía, algún muñequito muy lindo que ahora me iban a acompañar el resto de mi existencia.

Yo estaba segura que mis padres me iban a extrañar, incluso a gritos. Ellos me lo habían dicho, de que mi cuarto lo mantendrían inalterable, pensando, seguramente, que su adorada hijita estaría siempre con ellos. En realidad no estábamos nada lejos, apenas un paso de distancia, sin embargo ellos
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