Elías FerrerLlevé a Abril al restaurante donde había ido unos días antes junto a Francisco, no era una persona que socializara tanto así que preferí llevarla a un lugar que ya conocía, era un lugar tranquilo y el servicio era bueno. No quería dejar de ver su sonrisa, ni alejarme de ella, no quería que se llegará el momento de tener que dejarla en el local de su tía, miré mi reloj con disimulo mientras una señorita con uniforme nos atendió en la entrada, faltaban ya sólo dos horas para regresarla a la florería.—¿Tienen reservación señor? —preguntó la señorita.La miré, era joven unos treinta años, sonrisa entrenada, espalda erguida y mentón contraído.—No tenemos, ¿es un problema? —respondo con seriedad.—Lo siento jóvenes, sólo atendemos con reservación anticipada, además… —mordió su labio inferior haciendo que frunciera una de mis cejas —la señorita que lo acompaña, no lleva la vestimenta que nuestros clientes suelen vestir.Apreté los dientes con molestia.—¿A que te refieres con
Abril LaraSentí un dolor en mi pecho que me aprisionó el corazón. Estaba incrédula ante lo que mis ojos estaban viendo en ese momento, mi padre, estaba besándose con otra mujer que no era mi madre. No podía creerlo.Él se puso de pie, mirando fijamente hacia donde estaba nuestra mesa. Pude notar su mirada de sorpresa al verme junto a Elías, pero quien se había llevado la mayor de las sorpresas fui yo al verlo con otra mujer.Mi rostro estaba descompuesto. Elías se puso de pie plantándose a lado mío. Mi padre camino a grandes zancadas hasta donde estábamos.—¿Qué haces con este hombre? —inquirió con marcada molestia.Elías alzó la barbilla mirándolo con furia.—¿Por qué mejor no me explicas que haces besando a otra mujer que no es mi madre? —suelto apretando mis manos en los poza brazos de mi silla de ruedas, quisiera poder levantarme, no sentir esta sensación de impotencia al no estar a la misma altura que ellos.Mi padre desvía su vista y eso me ocasiona mayor coraje.—Vamos a casa,
Elías Ferrer¡Abril estaba caminando!Alcance a tomarla entre mis brazos antes de que callera al suelo.—¡Abril! —la llamé, pero no me respondía, estaba inconsciente. Mi adrenalina estaba hasta el tope y el miedo de perderla me estaba sofocando por dentro —¡Abril!Su madre se acercó, estaba llorando.—¡Abril, hijita, despierta por favor!—Tenemos que llevarla a un hospital…La cargue en peso sin importar lo que las otras personas presentes pudieran pensar, no me importaba, lo único que me importaba es que Abril estuviera bien. Su madre subió al auto.Durante el camino, llamé a mi tío Elian, era el único que podía asegurarme que atenderían rápido a Abril. Y así fue cuando llegamos estaba un equipo de enfermeros ya esperándonos.—Vas a estar bien… —sollozo, por primera vez llorando por alguien que no fueran mis padres.—Elías, ¿Qué paso? ¿Quién es ella? —Sophie estaba junto a la puerta cerca de recepción, esperándome —papá dijo que la chica viene muy mal.Asentí, llevándome ambas manos
Elías FerrerLlegué al hospital tan rápido como la velocidad de mi auto lo permitió. Antes de buscar a mi tío, fui a la habitación de Abril. No se nos permitía entrar, solo en horas de visita, pero la cortina del ventanal de la habitación siempre permanecía abierta en el área de pacientes de intensivo. Acerqué mi rostro tanto como pude al cristal de la ventana. Allí estaba ella, tan inerte como la última vez que vine.—Perdóname por no venir tan seguido a verte como debería, pero estoy haciendo todo lo posible para hacer que despiertes, sólo necesito un poco de tiempo —digo. La voz se me quiebra al final de mi explicación, verla en ese estado me duele, no poder tocar sus labios con los míos me quema por dentro.Siento una mano que descansa en mi hombro. Me giro para ver quien es.—Tío Elian, necesito hablar contigo… —lo miró a los ojos, en su rostro puedo ver que es como si ya me hubiera estado esperando.Fija la mirada en Abril.—Sus padres quieren desconectarla, ya les he dado el fo
Llegué a casa de mis padres, hace casi un mes que no vivo aquí. El ama de llaves me dice que mis padres están en el jardín comiendo la cena. Me alegra que no hayan dejado las costumbres que tenían antes de cenar en la terraza. Mi madre siempre dijo que era algo que le encantaba, por que se le hacía muy romántico. Algún día me hubiera gustado llevar a Abril a cenar bajo las estrella, aún mantengo la esperanza de que se pueda.—Hola mamá, hola papá —saludo, le doy una cálida palmada a mi padre y un beso en la mejilla a mi madre.—Hijo, que sorpresa que estés por aquí, ¿quieres cenar? —dice mi padre.Me siento a su lado, pero niego —no tengo hambre, gracias, en realidad vengo a hablar con mamá, pero esperaré a que terminen la cena.Mis padres se miran, mamá carraspea algo nerviosa —puedes decir de que se trata, no tengo secretos con tu padre.Asiento.—Es sobre algo que me dijo el tío Elian hace un rato, dijo que estaba de acuerdo con que me dijeras algo pero la verdad es que no entendí
Elías FerrerConociendo a Edwin, pensé que sería mucho más difícil que me entregara la tutela legal de Abril, pero ahora tenía el documento en mis manos. Me encontraba sentado en la silla de mi despacho observando el documento que venía junto a una nota de advertencia. “Desaparece de nuestras vidas”. Y eso era lo que quería.Mientras guardaba el sobre en mi caja fuerte con llave, mi móvil sonó, era el número de la tía de Abril —diga, Laura —salude.—Te llamo por que Abril ha sido desconectada, Edwin acaba de decírnoslo, todos estamos deshechos, pensé que tú debías saberlo por el cariño que sentías por mi sobrina.Tragué en seco, tuve el impulso de llamar a mi tío Elian para corroborarlo, pero no me sorprendía que Edwin hubiera hecho todo esto solo para que la madre de Abril ya no estuviera al pendiente de ella.—No puedo creerlo… —musite, mi mirada estaba fija en un punto aleatorio de la pared.—Se irán en una semana al extranjero, quieren comenzar de nuevo —la voz de Laura se quebrab
Elías FerrerEl doctor Sherman me comunicó que enviaría alguien a recogerme al aeropuerto, ofreció que me quedaría en su casa, quise rechazar su propuesta, pero insistió y ya que me había hecho la invitación por cortesía tuve que aceptar. Para mí, lo más cómodo hubiera sido quedarme en un hotel.Miré a todos lados, luego el reloj en mi muñeca era raro que las personas como el doctor Sherman se retrasaran. De pronto, sentí como alguien me tocó en el hombro. Me di la media vuelta y mi mirada se encontró con la de una joven rubia, de ojos verdes, sonriente. Llevaba en sus manos un cartel con la leyenda “Busco al Dr. Ferrer”, parecía que lo hubiera escrito con su pie, esa letra era demasiado descuidada.Me mira de arriba abajo, su sonrisa juguetona no cambia.—¿Tú eres el doctor Ferrer? —pregunta curiosa.Asiento.Ella me mira con cierta desconfianza.—Mi padre dijo que eras joven, pero no tanto, no creo que seas tú.Mi ceja se frunce —¿Entonces por que me hablaste en primer lugar?Se lle
Elías Ferrer Brin—¿Estas seguro de esto Elías? —me cuestiona mi tío Elian, Francisco, Sophie y mi madre me miraron con incredulidad, todos estos meses estuve perfeccionando mi prototipo y había llegado a un nivel de 90 porciento de posibilidad de que fuera compatible con el cuerpo de Abril, lo había hecho especialmente para ella.Los miro a todos en el consultorio.—¿Qué pasará si todo sale mal? Debes pensar al menos en la posibilidad, esto que quieres hacer no es como arreglar un robot —añade Sophie.Suspiro, sabía que las preguntas y cuestionamientos sobre este tema llegarían en su momento.—Si muere intentando salvarla, ¿podrás vivir sin ella? —continúa Sophie.Francisco y mi madre, son las personas con las que más he hablado las últimas semanas, ellos comprenden mucho más mi manera de pensar y mi dolor, por ello es que no dicen nada.—Elías, te he ofrecido el hospital para operar a Abril, lo que estamos a punto de hacer es una aventurarnos, no sabemos que pueda pasar, incluso aun