Lark sentía que su corazón aún no se había calmado por la terrible experiencia que su mate acababa de pasar. Si hubiera sido una lycan, el alfa se habría sentido avergonzado de no haberla advertido correctamente de antemano. Por otra parte, si ella hubiese sido una lycan de su manada, lo habría sentido primero y se habría apartado del camino.

Pero, para bien o para mal, su luna, su Kary era humana. Tan condenadamente frágil e indefensa cuando se trataba de lugares que no conocía, como por ejemplo los alrededores de Urbn.

Que alfa más inútil.

No pudo abrazarla lo suficiente para asegurar a su propio corazón de que su mujer volvía a estar a salvo entre sus brazos. La caída que sufrió en aquella roca alta y pequeña lo perseguiría para siempre. Si pudiera darle la fuerza suficiente o la transformación completa de un lycan...Pero de todas las nuevas habilidades que podría darle a Kary, en caso de que se quedaran juntos en Urbn como verdaderos compañeros, que le crecieran de repente larga