-Oh, discúlpame, ya te he hecho sentir mal, no era mi intención la verdad -el señor Escalante noto que John se aflijo y enseguida se disculpó. -No se preocupe señor, solo estoy un poco sorprendido -John realmente extrañaba mucho a su padre y tenía mucho que no convivía con un hombre mayor. Él se sentía sorprendido de que un hombre como el señor que tenía justo en frente, estuviera interesado y se preocupara por él. No sigas así, por favor. Mira este lugar es realmente agradable, su café y postres son muy ricos. Puedes pedir y probar los que gustes -el Señor Escalante lo miro y le señalo los postres que ya había pedido para que probará alguno y dejara de pensar en cosas tristes. Los dos tomaron asiento y comenzaron a comer. Los postres realmente estaban ricos y apetitosos, tanto que no podían evitar saborearlos con gusto.-John, ¿Cómo te va en tu trabajo en Empresas HE? ¿Has tenido algún problema? -el señor Escalante pregunto muy interesado. John había tomado un bocadillo y esta
John se levantó muy temprano y se fue en transporte público a su trabajo. Cuando me quedaba una cuadra para llegar a la empresa escucho una voz de hombre que lo llamaba y en seguida se paró y volteo para ver qué era su amigo Roy. -John, espérame para entrar juntos -Roy gritaba mientras caminaba casi corriendo para poder alcanzar a John, el vestía muy bien como siempre. -Gracias por esperar amigo, vamos -Roy saludo y agradeció a John la espera, para luego caminar lo que quedaba y entrar juntos. Cuando estaban en la puerta, John vio entrar el coche de su jefa y seguido de ella a otro coche lujoso el cual conducía un hombre atractivo y elegante. Sin querer John enseguida pensó si esos dos tenían algo que ver y luego se regañó así mismo por pensar en lo que no debía. Esa mujer sí que tiene quien la siga -dijo por lo bajo John y Roy no lo logro escuchar. Una vez dentro de la empresa ellos se quedaron por unos minutos más juntos antes de ir cada quien a su lugar de trabajo y mientras l
El hombre frente a Julia, al ver que John se dirige a su oficina sin esperar a que él le respondiera se sintió ofendido e ignorado. -Julia debería tener más cuidado en relación a los empleados que contratas y más a los que quieres cerca de ti. En cuanto a ese mal educado que tienes en esa oficina que queda de más aquí deberías de correrlo o bien mandarlo a otra parte -le decía aquel hombre como si le estuviera exigiendo a Julia. -Disculpa, pero hasta el día de hoy no he necesitado de nadie que me diga que hacer en relación a las decisiones que tomo sobre el personal que labora en mi empresa ni en ningún aspecto de mi vida. Así que si necesito de la tuya con gusto te la pediré. Y por favor no vuelvas a acercarte tanto a mí, con un simple saludo es suficiente, que no se te olvide que tú y yo solo somos compañeros de trabajo -menciono Julia algo molesta. -Bueno, bueno está bien será como tú digas, pero no te enojes. Aunque déjame decirte que así molesta te sigues viendo muy bien -me
Terminaron todo, solo quedaba ordenar los papeles en sus respectivos paquetes, etiquetarlos, sacar una copia de archivo y dejar listos los originales, para enviar a primera hora. -Si alguien te espera, te puedes ir, yo lo puedo acomodar sola -menciono Julia a John. John se tomó un momento para contestar, él vio su reloj y noto que ya eran casi las siete y media, pero al final del día nadie lo esperaba. Pensó en que si batallaba en encontrar transporte le podía hablar a Franco para que pasara por él y asunto arreglado. Su ahora esposa tenía muchos días sin ir a la mansión y él no sabía nada acerca de ella. Pero John prefería no pensar en eso, ni preocuparse porque al final del día eso no cambiaba nada, ahora en lo que se quería enfocar era en terminar bien su trabajo como corresponde. John le dijo a Julia que no se iría hasta terminar pues al final del día ese era el trabajo que el no hizo por la tarde. Esa respuesta sorprendió a Julia, pero también la hizo sentir que estaba al lad
Los dos estaban esperando su comida, cuando escucharon una voz varonil peculiar. Los dos supieron que esa voz era del hombre encimoso que últimamente acompañaba a Julia a todas partes. Dicho hombre tenía su cabello castaño oscuro, corto perfectamente peinado de lado, estaba vestido casual, pero eso no impedía que se siguiera viendo, importante y educado. Quien no conociera a aquella persona, sentiría que se está perdiendo de mucho al no conocerlo e interactuar con él. El realmente se veía bien. Tal hombre al observar a Julia y John, puso una cara de pocos amigos y se quedó estático por un momento. -¿Qué sucede? ¿Por qué no sigues caminando hasta la mesa? -una mujer con voz suave le preguntaba a aquel hombre. -Disculpa, he cambiado de opinión, ya no me quiero sentar ahí. -menciono intentando sonar tranquilo mientras no dejaba de observar a Julia y a John. -Bueno, entonces nos podemos sentar donde sea, de aquel lado hay más mesas solas y podemos estar más cómodos -la mujer que lo
Señorita Julia, los documentos que acomodamos ayer, los llevaré al departamento de envíos para que sean llevados a su destino. Ya están listos -John le menciono a Julia tomando los paquetes de papeles. -A si claro, desde ayer los checamos y ya estaban correctos, me parece bien que los lleves al departamento correspondiente para que sean enviados -Julia le menciono a John con una cara de pocos amigos ya que aún sentía su dolor de cabeza por el vino que bebió anoche. Julia realmente había ayudado a John porque esos documentos tenían que estar bien traducidos y redactados ya que iban a personas muy importantes para su nuevo proyecto y más aún de esos documentos dependía que sus socios minoritarios quisieran invertir más en el proyecto, es por eso que Julia no quiso dejarle el trabajo por completo a John pues si algo sale mal sería una gran responsabilidad para él, ya que su socio mayorista no es una persona con un buen carácter realmente. -John llevo todos los paquetes al departamento
Al salir John de la oficina, Julia intento observar lo que había dentro pero no alcanzo a ver nada. -¿Sucede algo? -pregunto John al notar la expresión de Julia. Su expresión era como la de una niña chiquita haciendo rabietas por no haber obtenido lo que quiere. -No, claro que no sucede nada. Dime ¿Ya abriste tu paquete? -pregunto Julia mirando hacia otro lado, para qué pensará que no le importaba tanto. Tanto le importa lo que es, ¿Qué no tenemos trabajo que hacer? -menciono John entre dientes, pero Julia si alcanzo a escuchar y no pudo evitar ponerse un poco roja de la pena que le causó. -Bueno ya es mucho tiempo perdido, aquí se viene a trabajar y no a recibir y abrir paquetes -lo dijo intentando sonar molesta. Y realmente estaba molesta pero no era por eso sí no por no saber que era ni quien le había mandado un paquete a su esposo. Será que la señora D, estaba celosa, ¿Acaso aquella mujer sentía celos por John? -Claro, yo estoy de acuerdo. Este es un lugar de trabajo y ya no
Julia regreso a lo que estaba haciendo. Ella tenía una reunión por la noche y tenía que terminar todos sus pendientes antes de marcharse. Pero su socio, por su parte, revelaba enojo y celos en su mirada. El ya conocía desde hace tiempo a Julia y nunca había visto que le diera un obsequio así a nadie. Él ya había visto el obsequio que John llevaba en la mano cuando salió y pensó que Julia se lo daría a él por el lazo de su sociedad y ahora estaba aún más sorprendido porque se lo había dado a John. El socio de Julia escribió con fuerza sobre su cuaderno la inicial J y luego la comenzo a rayar con fuerza para poder desahogar el coraje que tenía dentro. John llamo a su amigo Roy y le platico lo que la señorita Julia le había dado y que también le había dicho que si no le gustaba lo tirará a la basura. Pero John le dijo a su amigo que realmente era muy bonito el cinto y que como iba a tirar algo tan caro, que en ese caso se lo regalaba a él. Pero Roy solo se rio y le dijo que obvio a él