Los dos estaban esperando su comida, cuando escucharon una voz varonil peculiar. Los dos supieron que esa voz era del hombre encimoso que últimamente acompañaba a Julia a todas partes. Dicho hombre tenía su cabello castaño oscuro, corto perfectamente peinado de lado, estaba vestido casual, pero eso no impedía que se siguiera viendo, importante y educado. Quien no conociera a aquella persona, sentiría que se está perdiendo de mucho al no conocerlo e interactuar con él. El realmente se veía bien. Tal hombre al observar a Julia y John, puso una cara de pocos amigos y se quedó estático por un momento. -¿Qué sucede? ¿Por qué no sigues caminando hasta la mesa? -una mujer con voz suave le preguntaba a aquel hombre. -Disculpa, he cambiado de opinión, ya no me quiero sentar ahí. -menciono intentando sonar tranquilo mientras no dejaba de observar a Julia y a John. -Bueno, entonces nos podemos sentar donde sea, de aquel lado hay más mesas solas y podemos estar más cómodos -la mujer que lo
Señorita Julia, los documentos que acomodamos ayer, los llevaré al departamento de envíos para que sean llevados a su destino. Ya están listos -John le menciono a Julia tomando los paquetes de papeles. -A si claro, desde ayer los checamos y ya estaban correctos, me parece bien que los lleves al departamento correspondiente para que sean enviados -Julia le menciono a John con una cara de pocos amigos ya que aún sentía su dolor de cabeza por el vino que bebió anoche. Julia realmente había ayudado a John porque esos documentos tenían que estar bien traducidos y redactados ya que iban a personas muy importantes para su nuevo proyecto y más aún de esos documentos dependía que sus socios minoritarios quisieran invertir más en el proyecto, es por eso que Julia no quiso dejarle el trabajo por completo a John pues si algo sale mal sería una gran responsabilidad para él, ya que su socio mayorista no es una persona con un buen carácter realmente. -John llevo todos los paquetes al departamento
Al salir John de la oficina, Julia intento observar lo que había dentro pero no alcanzo a ver nada. -¿Sucede algo? -pregunto John al notar la expresión de Julia. Su expresión era como la de una niña chiquita haciendo rabietas por no haber obtenido lo que quiere. -No, claro que no sucede nada. Dime ¿Ya abriste tu paquete? -pregunto Julia mirando hacia otro lado, para qué pensará que no le importaba tanto. Tanto le importa lo que es, ¿Qué no tenemos trabajo que hacer? -menciono John entre dientes, pero Julia si alcanzo a escuchar y no pudo evitar ponerse un poco roja de la pena que le causó. -Bueno ya es mucho tiempo perdido, aquí se viene a trabajar y no a recibir y abrir paquetes -lo dijo intentando sonar molesta. Y realmente estaba molesta pero no era por eso sí no por no saber que era ni quien le había mandado un paquete a su esposo. Será que la señora D, estaba celosa, ¿Acaso aquella mujer sentía celos por John? -Claro, yo estoy de acuerdo. Este es un lugar de trabajo y ya no
Julia regreso a lo que estaba haciendo. Ella tenía una reunión por la noche y tenía que terminar todos sus pendientes antes de marcharse. Pero su socio, por su parte, revelaba enojo y celos en su mirada. El ya conocía desde hace tiempo a Julia y nunca había visto que le diera un obsequio así a nadie. Él ya había visto el obsequio que John llevaba en la mano cuando salió y pensó que Julia se lo daría a él por el lazo de su sociedad y ahora estaba aún más sorprendido porque se lo había dado a John. El socio de Julia escribió con fuerza sobre su cuaderno la inicial J y luego la comenzo a rayar con fuerza para poder desahogar el coraje que tenía dentro. John llamo a su amigo Roy y le platico lo que la señorita Julia le había dado y que también le había dicho que si no le gustaba lo tirará a la basura. Pero John le dijo a su amigo que realmente era muy bonito el cinto y que como iba a tirar algo tan caro, que en ese caso se lo regalaba a él. Pero Roy solo se rio y le dijo que obvio a él
Roy vio que la esclava que tenía Magaly en una de sus manos, efectivamente era de él, pero no tenía ninguna idea acerca de en qué momento la llegó a extraviar, ya que para él era un gran tesoro pues tenía mucho significado por la persona que se la había regalado. -Vaya, de verdad es mía, gracias por regresarla a mi -Roy acercó su mano para tomarla, pero no pudo porque Magaly quitó la suya. -¿Qué solo lo tomarás y ya? Podrías invitarme a tomar un café al menos, por tomarme el tiempo por traerla de regreso a tus manos -Magaly le puso una cara de exigencia a Roy. -¿Qué te invite un café? Pero estoy muy ocupado ahora. Pero si me das la esclava quizás otro día nos podamos poner de acuerdo para tomar un café -Roy hizo un segundo intento por tomar la esclava, pero no lo logro. Su segundo intento hizo que Magaly logrará estar más cerca de él incluso pudo rozar su cuello y oler su fragancia la cual le parecía muy fascinante. Pero el hecho de que Roy no le tomara mucha importancia a ella,
-¿Qué dices? ¿Y tú cómo sabes que eso es verdad? -Julia no sabía realmente que decirle. -Como te mencioné, no solo un empleado lo dice, si no varios. Ese tipo John sabe disimular perfectamente el tipo de hombre que es, dicen que incluso nadie conoce a su ahora esposa, pero que ya tuvo una anterior de la que al parecer es culpable por su muerte, incluso hay quien le llama el Viudo Negro ¿No crees que es alguien que debería estar fuera de Empresas HE? ¿Por qué no quiere que nadie sepa con quién se ha casado y que paso con su anterior esposa? También dicen que pronto recibirá mucho dinero ya que ha heredado con engaños la fortuna de un familiar y muchas otras cosas más que dicen de él y de lo sucedido con su familia. Seguro que ese hombre no es de fiar y sería mejor que lo sacarás de tu empresa -menciono aquel hombre como si estuviera mandando a Julia y eso no le gusto. En cuanto Julia termino de escuchar los comentarios y chismes de aquel hombre. Se quedó pensando en lo que decía y s
Aquella figura femenina estaba de pie al lado contrario al que estaba John en la cama, como si lo estuviera viendo de frente, aunque por la oscuridad no lo veía bien. John abrió ampliamente sus ojos intentando ver más a su esposa, pero solo pudo ver a sus ojos porque ella no dejaba de mirarlo a él, era como si se hubiera quedado hipnotizada. -¿Ya te has aliviado? -después de unos minutos en silencio John decidió romperlo preguntando. Julia se quedó pensando -pues de que he estado enferma. Se decía para sí. Se que no puedo verte, no saber cómo eres, que al parecer no puedes estar tanto en la luz. Pero cuando te enfermas deberías dejar que cuide de ti, aunque sea entre la oscuridad, seré tu esposo durante cierto tiempo y mientras es así, yo debería ser quien te cuide -John le dijo con sinceridad a Julia. Julia se quedó pensando por unos segundos y después respondió: -Nunca he estado enferma, solo tenía muchos pendientes que resolver y ahora que ya los he resuelto ya pude venir a v
John llegó al piso indicado y bajo. Camino de frente hasta llegar a la oficina indicada. En estos tiempos hay pocas personas que realmente se responsabilizan de las cosas que hacen, si John no fuera quien es, el estaría ansioso por echarle la culpa a alguien más, pareciera que él es el único que quiere asumir su culpa. ¿Y qué pasa si realmente hiciste algo mal y ese hombre hace que la señorita Julia te despida? Es mejor que no te creas tan valiente John -John se regañaba a sí mismo como si fuera a otra persona y luego se puso a reír viendo su reflejo en la puerta, pero enseguida se calmó para poder tocar y entrar. John entro en aquella oficina a la cual le habían instalado una pequeña sala de juntas. En ella se encontraban cuatro personas, el socio mal encarado, la presidente y dos de los socios minoristas. John saludo a los cuatro presentes y cuando terminó la presidente le pidió que se sentara aún lado de él. Eso provocó que su socio se pusiera más de malas, ya que él se sentó del