Al llegar a casa se siente agotada, como si hubiese trabajado en un día festivo. Se tira en el sofá, enciende la televisión y comienza a pasar de canal sin ver nada en realidad, porque su mente está pasando una y otra vez lo ocurrido con Jack. Su teléfono suena y ve que es su amiga, deja salir un suspiro antes de responder. —Si quieres que te cuente cualquier cosa, debes venir —le dice antes de que ella le diga cualquier cosa. —Pero ¿te quedaste con el empleo? —pregunta su amiga algo inquieta. —Sí —pero en la voz de Luna hay un tono más de derrota que de triunfo y eso alerta a su amiga. —No te oyes muy contenta. —Sólo ven cuando termines, prometo esperarte con algo delicioso para comer. —No, yo llevaré la cena, es lo menos que puedo hacer después que mi madre decidiera despedirte. —Fabuloso, este día no puede ir mejor… Las amigas se despiden y Luna sube a su cuarto para cambiarse de ropa, se quita el poco maquillaje que carga, se hace un moño alto bastante desordenado, que com
Luego de salir de la universidad, Luna va a la tienda a la que Beverly le recomendó, pero al llegar uno de los chicos le dice que han contratado ya a un muchacho. —Pero me dijeron que recién a esta hora verían a los candidatos… —le dice ella desanimada. —Lo siento, se lo dieron al sobrino del gerente… —el chico rueda los ojos, es claro de que es un favoritismo—, pero si quieres un dato confiable, necesitan gente en un bar exclusivo, dame unos segundos y te anoto la dirección. Ve que el chico revisa su teléfono y se mensajea con alguien, sonríe cuando le llega un último mensaje y luego anota todo muy rápido en un papel. —Te estarán esperando, les dije que eres una amiga, el puesto es sencillo, pagan el mínimo de entrada, pero si lo haces bien, puedes optar por algo mejor. —En serio, muchas gracias —le dice Luna con una enorme sonrisa. —No me agradezcas, yo también estudio —le dice apuntando a su mochila—. Y sé lo difícil que es encontrar algo que nos sirva. Suerte. Luna sale de
Luna siente que las piernas le fallan, abre los ojos buscando ayuda, pero vuelve a cerrarlos cuando la oscuridad se apodera de ella nuevamente.Las manos fuertes de Jack la sostienen y la levanta para llevarla directo a la oficina de su amigo. Entra como si fuera su casa y este se pone de pie de un salto cuando lo ve entrar con la chica inconsciente.—¡Luna! Chiquita, ¿qué te pasó? —Jack abre los ojos molesto ante el apelativo tan íntimo, pero su amigo no se da cuenta porque está más concentrado en despertar a la chica—. Por favor, despierta preciosa, no me asustes… ¡¿Qué demonios es lo que le pasó?!—Que trataron de abusar de ella —Zeus abre los ojos espantado y se envara.—Esto no se queda así…—Mejor llama una ambulancia, el imbécil se quedó inconsciente afuera del baño de damas… y manda a limpiar, creo que la pared le rompió la cabeza cuando le di un empujoncito —esa sonrisa siniestra hace que su amigo niegue.—Te excediste, como siempre.—¡La estaba forzando, no iba a ser delicad
En el auto, Luna no deja de mirar a Jack mientras conduce, hasta que el hombre gruñe y se detiene en medio del camino.—¿Tengo algo en la cara que no dejas de mirarme? —le dice con ese humor de perros que siempre carga. Luna se quita el cinturón y cuando Jack piensa que se bajará, ella se acerca a él y le da un beso en la mejilla.Él se queda con los ojos abiertos, espantado, como si le hubiese dado otra bofetada, ella baja la mirada y vuelve a colocarse el cinturón.—Gracias… —dice al borde de las lágrimas, mientras sus manos se retuercen en su regazo—. Lamento haberte hablado de esa manera en la oficina, pero sigo nerviosa por lo que pasó. Ustedes tienen razón, debo poner la denuncia, pero no es sencillo para alguien como yo, que no tiene nada y se puede malinterpretar. Ha pasado muchas veces.—Yo no dejaré que eso pase —ella lo mira buscando algún rastro de amor o algo que lo motive a hacer eso por ella, pero sólo está esa fría mirada de siempre.—Gracias. En verdad estoy agradecid
Luna se lo queda viendo sin poder creer que le está pidiendo una cosa así como favor. En ese preciso instante se arrepiente de haberle dicho que le debía algo, aunque para ser honesta no se imaginó jamás que el hombre se lo iba a cobrar de inmediato y con algo como eso.—Jack, yo no voy a ir a vivir a tu departamento —le dice ella con firmeza.—¿Por qué no? Dijiste que me debes dos favores y ahora te estoy cobrando uno —su mirada es oscura y perversa, lo que le produce a la chica un escalofrío.—Se supone que sean favores que yo deba hacer algo por ti. ¿De qué manera podría ayudarte que yo me vaya a vivir a tu departamento contigo? Eso no tiene sentido.—Eso ayudaría bastante a mi causa de convencerte para que seas la madre de mi hijo.Luna se para en seco y lo mira directamente a los ojos, está realmente furiosa. Ella no suele ser una persona que sea conflictiva, pero la verdad es que Jack es una de las pocas personas en su vida que ha logrado sacarle lo peor.Mientras él la mira con
Jack se ha largado la actuación de su vida, tiene que lograr que Luna confíe en él y la mejor manera es mintiendo descaradamente. Él nunca ha sido amable con y no comenzará con esa chiquilla insignificante, a la que sólo quiere para tener a su hijo. Pero ella le cree, lo sabe porque su mirada transparente se lo demuestra. La deja partir a casa en el autobús para simular que le da espacio, pero lo que menos hará es eso y para tales efectos, ya tiene un plan. Le marca a la única persona en la que medio confía para hacer preguntas del tipo social y en pocos minutos le responde. —Jack, por Dios… —Está bien, no exageres. Te llamo porque tengo una pregunta. —Claro, dime —Zeus se sienta al intranquilo en su escritorio, porque sabe que Jack no le dirá nada referente a Luna. —¿Cómo le subes el ánimo a alguien que está triste? —¿Es hombre o mujer? —¿Qué, no es lo mismo? —pregunta Jack exasperado, ¿por qué los humanos tienen que ser tan complicados—. Es mujer. —¿Joven o adulta? —esa pre
Luna está guardando las cosas de la universidad en una caja pensando en la respuesta a la pregunta que le hizo a Jack. No ha logrado quitársela de la cabeza en esos dos días y eso evita que pueda concentrarse del todo.«—Quiero que tú seas la madre de mi hijo porque confío en ti. No eres como las demás mujeres.—Pero a penas me conoces… ¿cómo sabes que soy confiable?—Eso no importa. Sólo importa que cargues mi hijo en tu vientre y yo te daré la mitad de mi fortuna.—¡No quiero tu dinero, por Dios, Jack!—Por eso quiero que seas tú, porque si fuera otra, me diría que sí en un segundo. Necesitas el dinero desesperadamente, pero aún así dijiste que no y eso te vuelve confiable, única y perfecta para ser la madre de mi hijo.»Unos toques en la puerta la sacan de sus pensamientos, se apresura para abrir y ve allí a diez hombres con monos de trabajo blancos.—¿Sí? —pregunta confundida.—Señorita Walsh, somos los encargados de empacar sus cosas.—Pero…—El señor Gosling nos contrató —le ent
Cuando Luna pasa a la oficina, guiada por Jack, mientras le ordena a los hombres de la mudanza llevar las pertenencias de Luna a su cuarto, ella no puede evitar sentir su respiración agitada al recordar cómo conoció a Jack.—Te llevaré a tu cuarto, sígueme —a Luna le parece más un regaño que una invitación, pero sigue a Jack porque ahora mismo sólo se le antoja recostarse y dormir un poco.Sigue a Jack por una escalera de madera oscura con barandas de cristal, al llegar arriba se da cuenta de que es una casa en toda regla. La decoración es igual que el despacho, sólo que en lugar de un sofá para tres allí hay uno como para cinco personas y en vez de un escritorio, hay una mesa para doce personas.Todo allí es gris en las paredes, madera oscura en el mobiliario y el piso, salvo algunos adornos que tienen algo de color, ese lugar parece bastante lúgubre.—Como ya te habrás dado cuenta, esa es la sala, por allá está la cocina…—¿Puedo verla antes que mi cuarto? Quiero ver si falta algo e