Regresar a la ciudad luego de esa noche no fue sencillo para ninguno de los cuatro. Aunque en principio Beverly tuvo la brillante idea de dejar a su amiga sin un cuarto dónde dormir, lo cierto fue que no pudo pegar ojo, porque la respiración calmada de Zeus le llegaba a los oídos como una música invitadora a cientos de cosas y ninguna buena.Lo gracioso es que Zeus tampoco pudo dormir, no con ella a su lado… ni siquiera saber que Luna estaba a un par de puertas lo exaltó tanto como aquella mujer de ojos marrones, con lengua afilada, divertida, inteligente y muy exigente absolutamente con todo.Esa noche, aunque sintieron los toques de Luna, se hicieron los sordos. Para cuando se hizo el silencio los dos se rieron de su travesura y siguieron hablando de las cosas de la vida.Para Luna las cosas no fueron más sencillas, porque se despertó abrazada a Jack, con su mano sobre su abdomen desnudo y cálido. Salió con cuidado de la cama, tratando de aguantar las ganas de besarlo hasta quedarse
Esas palabras la desarman.No quiere presionarlo, pero siendo honesta necesita saber qué demonios es ella en la vida de Jack Gosling, porque todos esos besos y atenciones ya la tienen mareada por la confusión.—Creo que es hora de que tú y yo nos sentemos a hablar, Jack… porque de verdad ya no sé qué demonios es lo que pasa entre los dos y eso… —un sollozo se le escapa y Jack aprieta los labios.—Lo sé, nena, lo sé. Ya lo hablaremos.Corta la llamada, se queda en la calle esperando, caminando de un lado a otro deseando sólo abrazarla. Cuando ve el auto doblar y detenerse, corre hacia él sin importar que los autos pasen por allí, ella se baja buscándolo y Jack la estrecha con fuerza.—Jack…—Shhh… ya estás conmigo, preciosa… conmigo no te pasará nada, te lo prometo. Ahora dime, ¿qué pasó?—Mi exnovio… no sé qué estaba haciendo allí, apareció de la nada mientras caminaba hacia la cafetería, me escuchó hablar contigo y se molestó porque estoy con alguien más… y él… él intentó besarme.Lu
Cuando Jack le pidió hace dos días a Luna que lo acompañara a la cena de cumpleaños que su padre le organizó, se sorprendió que ella le dijera que sí con naturalidad. Pero eso no es nada comparado con lo que Luna le provoca justo ahora cuando la ve salir de su cuarto.—Feliz cumpleaños, Jack —le dice ella caminando con un vestido de color rojo italiano, de seda cubierto con encaje, de escote reina Ana, ceñido a su torso y suelto desde la cintura hasta las rodillas.Va con ese maquillaje ligero que a Jack le parece inútil, porque con o sin el, Luna se ve igual de preciosa. Su cabello recogido en un moño perfecto y unos mechones sueltos enmarcando su rostro.—¿Este es mi regalo? —le dice él caminando hacia ella y Luna se ríe negando—. ¡Mujer, tienes una semana castigándome!—Eres un odioso… —saca una pequeña cajita y se la entrega—. Espero que te guste, sino… lo podemos cambiar.Jack recibe la pequeña caja de color negro y cinta gris, sonríe al darse cuenta de que ella eligió los colore
En ese instante, apoyada en la pared al lado de la puerta de la sala, Luna siente que el mundo gira muchas veces y demasiado rápido. De pronto, le falta el aire y siente que las manos le sudan, mira a todos lados como buscando a dónde escapar, pero no puede.Jack, que no quiere seguir discutiendo con su padre y sólo quiere largarse de allí, sale a buscar a Luna para salir a otro lugar y celebrar los dos juntos, pero en cuanto pone un pie fuera de la sala, se encuentra a la chica asustada y muy pálida.Sin preguntarle nada, la rodea con su brazo y se la lleva a una habitación aledaña, llena de trofeos y otras distinciones. La sienta en un pequeño sillón y se arrodilla frente a ella.—Luna, mi amor… ¿qué te pasó? —le dice colocando sus manos en sus mejillas para que lo vea a la cara.—Es él… tu hermano —le dice Luna con apenas un susurro.—Medio hermano, hermanastro, conocido —responde él, pero al ver que Luna no sonríe ante esa aclaración ni reacciona del shock, se asusta—. Luna, ¿qué
El primero en reaccionar después de aquel impacto es Jason, quien se pone de pie y le dice a su hijo que vaya con él para conversar a solas.—Regreso enseguida, preciosa, y te aseguro que en cuanto termine de hablar con mi padre nos iremos de aquí —le dice Jack en un susurro a Luna. Ella sólo asiente y lo ve salir de allí.Sabrina se pone de pie, haciendo tremendo escándalo y se va de allí dejando a John y Luna solos…Jason abre la puerta de su despacho, hace entrar Jack y le dice que puede tomar asiento, pero éste se niega.—Lo que tengas que decirme, dímelo rápido, padre, porque necesito sacar a mi novia de esta casa lo antes posible.—Precisamente, de ella quiero hablarte… Jack, no puedes tomar en serio esa muchachita. ¡Es evidente que va tras tu dinero, no deberías arriesgarte de esa manera!—Y lo dices por experiencia propia, ¿verdad? Por tu esposa —Jason se pone rojo hasta la raíz y Jack sólo sonríe mientras niega incrédulo—. No vengas a mí a hablarme de oportunistas y mujeres i
Cuando llegan al cuarto de Jack, la suave iluminación de las lámparas le da al espacio un clima acogedor, pero eso es lo último en lo que ellos se fijan. Jack se detiene al lado de la cama, la deja en el suelo y la mira con una intensidad abrumadora, mientras que Luna siente que su cuerpo le duele, es como si todo ese calor que se lleva acumulando desde hace tanto ya quisiera salir de una vez por cada poro de su cuerpo.—Luna, sólo quiero advertirte… esto lo hago por venganza, porque sabes que el sex0 no me gusta.—Lo sé —sonríe ella y le acaricia el rostro—. Pero me deseas, lo veo en tus ojos, lo siento en tus besos. No me puedes mentir…—Nunca he deseado a una mujer —dice algo contrariado y Luna sólo baja su mano para unirse a la otra en la tarea de quitarle el saco del traje—. De hecho… las últimas dos veces que lo hice ni siquiera acabé.—Bueno, si quieres concebir a tu hijo, deberás hacerlo —le dice ella calmada por fuera—. Pero quiero que te dejes llevar, tal como yo estoy dispu
Cuando las primeras luces de un día nublado comienzan a inundar la habitación, Jack se levanta rápidamente para cerrar las cortinas que olvidó correr por la noche. Se gira para ver a Luna dormida en su cama, con el cabello desparramado en la almohada y se pasa las manos por el cabello.Hace tanto que se sentía así, tan vivo, tan feliz… verla allí, descansando plácidamente luego de haber probado todo lo que se les ocurrió para entregarse a la pasión. Tan sólo recordar lo ocurrido por la noche provoca que se el encienda la sangre de nuevo.Camina a de regreso a la cama, lleva media hora admirando el sueño de Luna, sintiendo su respiración lenta y su confianza en él. Se pega a su cuerpo, ella se acomoda mejor buscando su calor y así al fin Jack se deja llevar por ese sueño delicioso.Puede ser que ese momento se diera por buscar venganza, por darle en donde más le duele no sólo a John, sino a todos los que tienen en menos a Jack. Pero en preciso instante en que llegaron al cuarto y se de
Aquellos días, Jack y Luna permanecieron encerrados en el apartamento sin hacer nada más que eso que ustedes saben. Pero cuando llega nuevamente el lunes, los dos se levantan muy temprano y se alistan para hacer cada uno las cosas que deben.Jack se pone su traje impecable de color negro para bajar a trabajar, mientras que Luna se quita la playera de Jack y vuelve a sus jeans, sudadera y zapatillas para ir a la universidad.Cuando la chica sale de su habitación, se encuentra con que ya la está esperando allí y camina en el corto trayecto hacia la cocina de la mano.—Como sé que no tendrás problema en mandarme al fondo del Sound si te pido esto, por eso te lo pregunto… ¿Quieres que ordene que pasen tus cosas a mi cuarto hoy? —Luna se para en seco y se lo queda viendo con los ojos y la boca abiertos—. Entonces no quieres.—Jack… —le dice ella aclarándose la garganta—. Lo que quiero saber es si tú estás seguro de lo que me estás pidiendo.—Sabes que no te lo pediría si no estuviera segur