Cuando llegan al cuarto de Jack, la suave iluminación de las lámparas le da al espacio un clima acogedor, pero eso es lo último en lo que ellos se fijan. Jack se detiene al lado de la cama, la deja en el suelo y la mira con una intensidad abrumadora, mientras que Luna siente que su cuerpo le duele, es como si todo ese calor que se lleva acumulando desde hace tanto ya quisiera salir de una vez por cada poro de su cuerpo.—Luna, sólo quiero advertirte… esto lo hago por venganza, porque sabes que el sex0 no me gusta.—Lo sé —sonríe ella y le acaricia el rostro—. Pero me deseas, lo veo en tus ojos, lo siento en tus besos. No me puedes mentir…—Nunca he deseado a una mujer —dice algo contrariado y Luna sólo baja su mano para unirse a la otra en la tarea de quitarle el saco del traje—. De hecho… las últimas dos veces que lo hice ni siquiera acabé.—Bueno, si quieres concebir a tu hijo, deberás hacerlo —le dice ella calmada por fuera—. Pero quiero que te dejes llevar, tal como yo estoy dispu
Cuando las primeras luces de un día nublado comienzan a inundar la habitación, Jack se levanta rápidamente para cerrar las cortinas que olvidó correr por la noche. Se gira para ver a Luna dormida en su cama, con el cabello desparramado en la almohada y se pasa las manos por el cabello.Hace tanto que se sentía así, tan vivo, tan feliz… verla allí, descansando plácidamente luego de haber probado todo lo que se les ocurrió para entregarse a la pasión. Tan sólo recordar lo ocurrido por la noche provoca que se el encienda la sangre de nuevo.Camina a de regreso a la cama, lleva media hora admirando el sueño de Luna, sintiendo su respiración lenta y su confianza en él. Se pega a su cuerpo, ella se acomoda mejor buscando su calor y así al fin Jack se deja llevar por ese sueño delicioso.Puede ser que ese momento se diera por buscar venganza, por darle en donde más le duele no sólo a John, sino a todos los que tienen en menos a Jack. Pero en preciso instante en que llegaron al cuarto y se de
Aquellos días, Jack y Luna permanecieron encerrados en el apartamento sin hacer nada más que eso que ustedes saben. Pero cuando llega nuevamente el lunes, los dos se levantan muy temprano y se alistan para hacer cada uno las cosas que deben.Jack se pone su traje impecable de color negro para bajar a trabajar, mientras que Luna se quita la playera de Jack y vuelve a sus jeans, sudadera y zapatillas para ir a la universidad.Cuando la chica sale de su habitación, se encuentra con que ya la está esperando allí y camina en el corto trayecto hacia la cocina de la mano.—Como sé que no tendrás problema en mandarme al fondo del Sound si te pido esto, por eso te lo pregunto… ¿Quieres que ordene que pasen tus cosas a mi cuarto hoy? —Luna se para en seco y se lo queda viendo con los ojos y la boca abiertos—. Entonces no quieres.—Jack… —le dice ella aclarándose la garganta—. Lo que quiero saber es si tú estás seguro de lo que me estás pidiendo.—Sabes que no te lo pediría si no estuviera segur
La risa de Jack llena la oficina, Sabrina lo mira con odio, mientras que Jason se siente incómodo de tener que hacer algo como eso, sobre todo porque sabe que Jack es imposible de chantajear, si lo del hijo le resultó fue de milagro y porque encontró una alternativa.Pero ahora que además se enamoró de la chica que iba a darle el heredero… todo se vuelve más complicado.—Haz lo que quieras, Jason Gosling —responde al fin Jack a esa amenaza—. ¿Quieres quitarme de la empresa? ¡Perfecto! Puedo desalojarla hoy mismo, puedo llevarme a mi mujer a donde a mí se me pegue la gana. Empezar una empresa como esta desde cero, pero no dudes en que me voy a llevar a cada una de las personas que trabajan en este lugar.—¡Nadie se iría contigo! ¡Eres demasiado grotesco con tus empleados! Los exprimes hasta que ya no les dejas vida…—¿En serio? ¿En serio eso es lo que crees? —Jack se ríe, se acerca al escritorio y marca la extensión de Anish—. Detiene toda la producción y manda a toda la gente a que se
Cuando Luna llega a casa por la tarde, está cansada, viene con todos los deberes acumulados por los días que faltó la semana anterior, pero está feliz.Pero esa hermosa sonrisa se le borra cuando ve a Jack sentado en la sala, tiene una cara de perros que ni él se la aguanta. Se acera con cautela y se sienta a su lado, colocando una mano sobre la suya, pero Jack la aparta con brusquedad y a Luna se le sale esa versión fea.—¿Qué te pasa? —le pregunta con seriedad, pero tratando de no ser brusca como él.—Nada.—¡Comunícaselo a tu cara! —le dice ella poniéndose de pie y Jack la imita.—¡No me molestes, ¿sí?! ¡Tengo varios problemas que solucionar!—¡Perfecto, no te molesto más! —Luna se va a su antiguo cuarto, pero cuando se da cuenta de que ya no duerme allí, se molesta más.Se va al cuarto de Jack, en donde sus cosas están ordenadas y suspira con frustración, coge algunas cosas de allí y se va al otro cuarto para bañarse y luego se mete a su cuarto de estudio, pasando el seguro para q
En el instante en que Jason corta la llamada con su hijo y Luna, la tercera Guerra Mundial se desata en la mansión Gosling. Por la mañana, una vez que salieron de la empresa y llegaron a casa, Jason subió las escaleras directamente para ir a ver a su hijo convaleciente, pero se llevó una enorme sorpresa. Al abrir la puerta se lo encontró haciendo ejercicio, como si nunca hubiese estado mal por haber ingerido una alta dosis de somníferos. Por primera vez en su vida, Jason se dirigió a su hijo, lo tomó de forma violenta por la ropa y le dio un par de bofetadas. —¡¿Es verdad que le pediste dinero a esa muchacha?! —¡No sé qué te refieres, padre! —¡Sabes perfectamente a qué me refiero! Tú le pediste dinero a Luna y no se lo regresaste. —¡Eso es mentira…! —John, voy a darte la última oportunidad para que seas tú quien me digas la verdad, pero estoy seguro de que así fue. ¿Le pediste dinero a esa muchacha? —Sí… ¡Pero no fue mucho! Fue en un momento de emergencia ¡y tú no querías darme
Luna abre los ojos con una punzada en el vientre y sabe perfectamente qué significa. Sale de la cama con cuidado y se va al baño, se mete a la ducha para aliviar un poco el dolor del vientre, a veces los cólicos menstruales son bastante intensos, como otros meses hasta se le olvida el periodo.—Bueno… creo que este mes no habrá bebé —dice con cierta decepción y sale al cuarto.—Amor… —le dice Jack con una sonrisa y se acerca a ella—. ¿Puedo darte los buenos días?—Me temo que no —le dice con un puchero y con un sollozo comienza a llorar, Jack la abraza asustado.—Luna, ¿qué pasa? Me estás asustando, preciosa.—¡No estoy embarazada! —dice con sentimiento y Jack sonríe, después de todo ella sí quiere a ese hijo tanto como él.—¿Cómo lo sabes?—Porque me llegó la visita desagradable —Jack se ríe y ella lo mira triste—. No te rías… me duele y estoy triste.—Eres mi niña mimada —le dice con un beso suave y la carga hasta la cama—. Te dije que no importaba si no hacíamos ese bebé ahora, por
Aquella mañana Luna se levanta contenta, siente como un aire diferente y al ver a su lado, Jack está en la misma posición de la última semana, con su cabeza sobre su hombro y una mano sobre su vientre.—Me tiene retenida como si fuese a escaparme a alguna parte.—Nunca se sabe mi amor… —Jack abre sus bellos ojos negros y se queda mirando a Luna con una intensidad abrumadora—. ¿Cómo dormiste anoche?—Perfectamente. Esos masajes que me diste en los hombros y en los pies me ayudaron a descansar muchísimo. ¿Y tú?—Bueno, después de las cosas que tu boca le hizo a mi cuerpo…—¡Jack! Pero qué descarado eres.—Yo soy un descarado, tú una golosa… somos la pareja perfecta —con una carcajada, sale de la cama y se va directo a la ducha, por supuesto que Luna lo sigue porque no va a perder esa oportunidad.Una hora después, los dos están sentados en la barra de la cocina, cada uno listo para empezar su día como siempre.—Para esta noche no quiero que hagas planes —le dice Jack animado y ella sonr