Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoApenas acomodé a Amaia en el auto y ella de inmediato, cerró los ojos. No podía creer que las dejé unas 4 horas máximo y acabaron ambas en esas condiciones tan terribles, lo que provocó que yo discutiera con la güera, de camino al departamento.–Axel ya bájale a tu enojo – Mi amiga seguía en ambiente – Además Amaia ya se ha quedado dormida.–Me parece el colmo güera, que viendo tú misma hace rato que Amaia se desmayó, te atrevieras a darle de tomar – Le reclamé – Por si no lo sabes, hoy le fueron a sacar sangre porque van varias veces que se desmaya.–Eso no lo sabía Axel y no soy adivina. Ella, tú chica no me dijo nada y lo siento, pero nada quita lo bien que nos la pasamos.–Tanto qué mírala cómo está, se acaba de quedar dormida y mañana tiene que ir a la escuela, parece que no piensas güera.–Para Axel, detente que quiero devolver – Justo lo que me faltaba pensé.Me orillé a un costado de la Avenida para que ella, se bajara a devolver. Ama
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–Amaia, ahora dime que no vas a volver a comportarte así – Le ordené – Eso, si quieres que siga, si no lo haces, me voy a detener.–No Axel, no por favor, no te detengas – Me suplicaba.–Dime lo que te he ordenado que digas, cariño. Hazlo. – Exigí.Ella no decía nada, yo tuve que poner más presión para hacerla desesperar aún más, comencé a introducir uno de mis dedos en ella, y empecé a entrar y salir de ella con mi dedo, lo que desató al tope su excitación y comenzó a gemir sin control, después metí otro dedo y la besé para escucharla gemir en mi boca.–Axel, ya por favor…–Dime lo que te ordené, Amaia. Si es que quieres que pase algo más, que yo con verte, así como estás ahora, me puedo dar por bien servido.Le estaba dando la oportunidad de que aceptara su culpa, para poder satisfacerla, lo que había hecho no se podía volver a repetir. No le iba a aceptar una más de sus tonterías.–No volveré a comportarme así – Dijo agitada – Por favor Ax
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoLlegué a casa de Ale a bordo de un taxi, ella estaba ya en la cocina haciendo de desayunar. Esperaba por todos los medios que, no se diera cuenta que había estado llorando.–Hola Amaia – Ale abrió la puerta – Esto tuyo con Luis Miguel va demasiado en serio hermanita, ya casi no duermes aquí y no te hagas que me debes unas bebidas ¿Está bien esta noche?No le podía decir que no, ya habíamos llegado a un acuerdo y para no hacerlo más largo, que fuera hoy, estaba perfecto para mí.–Hola Ale – La abracé intentando no llorar – Sí, esta noche. Te lo prometo, esta noche si nos las tomamos. Es más, las compraré saliendo del Tec y ya me quedaré aquí, hoy no saldré con Luis Miguel.Tendría que llamar a Luis Miguel, para decirle del cambio de planes, pues debíamos apegarnos a cualquier cambio, que surgiera durante el día.–Está bien Amaia, por cierto, te tengo una sorpresa vamos al garaje.–Vamos, Ale.Fui con Ale al garaje y ahí ella ya tenía una
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, México–Amaia cariño, ¿Podemos hablar, por favor? – Se acercó a mí peligrosamente – Necesito que hablemos.–No Axel – Dije seriamente – No tengo, nada que hablar contigo. La güera debió darte, la nota que te dejé con ella.–Aquí está – La sacó de la bolsa de su pantalón – Por eso estoy aquí, porque no pienso aceptar lo que dice Amaia.–Es que no se trata de que lo aceptes, Axel. Se trata de que entiendas que esto se ha acabado, no puedo estar con una persona fría y ahora por favor, déjame subirme al auto que me quiero ir a casa.–No te irás hasta que no hablemos Amaia, te amo y estás loca si piensas que te dejaré ir así cómo así, nos ha costado mucho decirnos lo que sentimos y estar corriendo peligro todos los días, para que tú tires la toalla.–El que la ha tirado anoche, con su forma de ser tan cruel conmigo, fuiste tú – Dije sin contener el llanto – Estamos en mi escuela, te pido que me dejes ir. Por favor, Axel.–Está bien, vete, pero no h
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAmaia se sorprendió al ver cómo, yo mismo, le destapé la bebida. Estando en casa de Ale, no podía hacer más y por lo que me daba cuenta, ya ellas, me gustara a mí o no, ya tenían su plan de tomar. Amaia me miraba con miedo, como si yo la fuera a reprender por algo, pero después de como me puse anoche, no me sentía con derecho de decirle nada. Solo quería que me perdonara, que me diera la oportunidad de aclararle el asunto.–Axel, te estoy hablando – Ale me volvió a la realidad – Te decía que he hecho, estos arreglos en el caso de los Vélez. Dales una leída y lo que no te guste lo arreglamos.–Claro Ale, ya lo leo – Tomé la carpeta – Seguramente todo me parecerá bien y no veo la necesidad, por algo somos el mejor equipo.–Lo somos y lo seremos siempre, Axel – Ratificó Ale – Salud Amaia, te veo muy lenta con la bebida.–Salud Ale – Amaia chocó su botella con la de Ale – No estoy lenta, es que estoy llena de agua y eso no me ayuda, necesito que
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNos sentamos a brindar con las últimas bebidas, ninguno hablábamos, solo nos mirábamos y entonces supe que yo, no le era indiferente, pues en el abrazo que nos dimos, la sentí temblar y eso me decía sin palabras, que también ella sentía por mí, algo más que una amistad, porque yo ya la había abrazado antes y no se había sentido cómo ahora, como la sentí temblar en mis brazos.–Amaia, te he traído esto – Le entregué una hermosa caja de regalo – Espero que te guste y más que eso que te lo pongas. Se te va a ver muy bien puesto.Sus ojos brillaron al recibir el regalo, se veía tan tierna, tan dulce, ya no la veía como esa niña que llegaba todos los días de clases, no, ya no era esa niña, ya había cambiado ante mis ojos convirtiéndose en una hermosa mujer.–Muchas gracias, Axel – Ella volvió a abrazarme y me quede congelado – No era necesario que me compraras nada, pero sabes que te quiero.–Yo también te quiero, te quiero mucho Amaia. – Dije cas
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoLlegó muy rápido nuestro segundo fin de semana, en el que nos tocaría estar juntos a Axel y a mí y yo, lo que menos quería era verlo. Estaba saliendo de casa de Ale, cuando recibí ese viernes antes de irme al Tec, una llamada de un número desconocido y la tomé.–Hola Amaia ¿Cómo estás? Soy yo, la güera – Me saludaba, pero no contesté enseguida – ¿Cómo estás Amaia?–Hola güera, perdón es que no tengo tu número registrado ¿Cómo estás tú? – Pregunté, sorprendida de su llamada – Espero que, no me llames para decirme que Axel, también a ti te ha maltratado en estos días.–No Amaia, nada de eso. De hecho, anda muy triste, por estos días y porque no quieres saber nada de él, pero no te hablo por eso – La güera al parecer quería proponerme algo – ¿Qué vas a hacer al rato, cuando salgas del Tec?–Pues nada en especial, pensaba en irme a quedar a un hotel y llamar a mis dos mejores amigos, para relajarnos todo el fin de semana. Mi hermana no esta
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoBajamos del auto, cruzamos el estacionamiento y para entonces yo, ya estaba llorando de nuevo. No podía más con esto, quería lanzarme a sus brazos y decirle lo mucho que lo amaba y que lo extrañaba y al mismo tiempo, ya no podía ni tenía fuerzas de hacer aquello, estaba muy resentida.–Amaia cariño, háblame por favor – Me suplicó Axel – Te amo preciosa y lamento mucho lo que pasó aquella noche, no puedo vivir sin ti. Te prometo, te juro que, no vuelve a pasar algo cómo eso, te lo juro por lo que tú quieras, que nunca en mi vida te volveré a tratar así.–Axel – No podía sostener su mirada – Me hiciste sentir, la peor de las mujeres, me humillaste, me utilizaste, te portaste frío conmigo y yo no puedo concebir que me hayas hecho el amor sin amor.Rompí a llorar peor que nunca en mi vida y me senté en el piso del departamento tapando mi rostro, mientras que mis lágrimas corrían por mis manos como si de un río se tratara. Axel se arrodilló