Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNos sentamos a brindar con las últimas bebidas, ninguno hablábamos, solo nos mirábamos y entonces supe que yo, no le era indiferente, pues en el abrazo que nos dimos, la sentí temblar y eso me decía sin palabras, que también ella sentía por mí, algo más que una amistad, porque yo ya la había abrazado antes y no se había sentido cómo ahora, como la sentí temblar en mis brazos.–Amaia, te he traído esto – Le entregué una hermosa caja de regalo – Espero que te guste y más que eso que te lo pongas. Se te va a ver muy bien puesto.Sus ojos brillaron al recibir el regalo, se veía tan tierna, tan dulce, ya no la veía como esa niña que llegaba todos los días de clases, no, ya no era esa niña, ya había cambiado ante mis ojos convirtiéndose en una hermosa mujer.–Muchas gracias, Axel – Ella volvió a abrazarme y me quede congelado – No era necesario que me compraras nada, pero sabes que te quiero.–Yo también te quiero, te quiero mucho Amaia. – Dije cas
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoLlegó muy rápido nuestro segundo fin de semana, en el que nos tocaría estar juntos a Axel y a mí y yo, lo que menos quería era verlo. Estaba saliendo de casa de Ale, cuando recibí ese viernes antes de irme al Tec, una llamada de un número desconocido y la tomé.–Hola Amaia ¿Cómo estás? Soy yo, la güera – Me saludaba, pero no contesté enseguida – ¿Cómo estás Amaia?–Hola güera, perdón es que no tengo tu número registrado ¿Cómo estás tú? – Pregunté, sorprendida de su llamada – Espero que, no me llames para decirme que Axel, también a ti te ha maltratado en estos días.–No Amaia, nada de eso. De hecho, anda muy triste, por estos días y porque no quieres saber nada de él, pero no te hablo por eso – La güera al parecer quería proponerme algo – ¿Qué vas a hacer al rato, cuando salgas del Tec?–Pues nada en especial, pensaba en irme a quedar a un hotel y llamar a mis dos mejores amigos, para relajarnos todo el fin de semana. Mi hermana no esta
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoBajamos del auto, cruzamos el estacionamiento y para entonces yo, ya estaba llorando de nuevo. No podía más con esto, quería lanzarme a sus brazos y decirle lo mucho que lo amaba y que lo extrañaba y al mismo tiempo, ya no podía ni tenía fuerzas de hacer aquello, estaba muy resentida.–Amaia cariño, háblame por favor – Me suplicó Axel – Te amo preciosa y lamento mucho lo que pasó aquella noche, no puedo vivir sin ti. Te prometo, te juro que, no vuelve a pasar algo cómo eso, te lo juro por lo que tú quieras, que nunca en mi vida te volveré a tratar así.–Axel – No podía sostener su mirada – Me hiciste sentir, la peor de las mujeres, me humillaste, me utilizaste, te portaste frío conmigo y yo no puedo concebir que me hayas hecho el amor sin amor.Rompí a llorar peor que nunca en mi vida y me senté en el piso del departamento tapando mi rostro, mientras que mis lágrimas corrían por mis manos como si de un río se tratara. Axel se arrodilló
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoEsa maravillosa y dulce entrega que tuvimos el fin de semana Amaia y yo, fue lo mejor de lo mejor, la pasamos encerrados en el departamento entregándonos al amor cada vez que teníamos ganas, lo cual era casi todo el tiempo. El domingo por la noche, al fin la güera se dignó a aparecerse en el departamento y con ello, le volvió el alma al cuerpo a Amaia, pensando que se pudo llevar su auto, lo cual me daba risa.–Hola chicos – Nos saludó la güera – Veo que están muy enamorados y felices. Por eso no me aparecí aquí ni viernes, ni sábado.Yo me lo había imaginado, la güera era muy consiente que entre Amaia y yo iba a haber una reconciliación y dedujo que estaríamos muy acaramelados y encerrados en nuestra recamara y no seriamos nada sociables ese fin de semana y acertó.–Hola güera – Respondió Amaia – Pensé que habías desaparecido, menos mal que solo lo pensé pero que aquí estás.La preocupación de Amaia, se debía más bien a la desaparición de su
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAhora no me quedaba otra que tener que llevarla y era mejor que ya que cenáramos, Amaia lo supiera por mí y no por Ale después.–Hola de nuevo – Saludé a Amaia y a mi amiga, al reunirme con ellas en la sala – Espero que, me digan que la cena ya viene en camino que me muero de hambre.Ahora si era definitivo, o pedíamos o íbamos a cenar a algún lado, esto ya no lo aguantaba, mi cuerpo estaba reclamando de los sagrados alimentos.–Sí Axel, ya la güera pidió unas alitas, mi amor y unas hamburguesas, lo que se te antoje – Amaia se sentó en mis piernas – Yo sólo te quiero a ti.–Si gustan, yo me puedo ir – Ofreció la güera – No veo, que mi presencia aquí, sea muy de su agrado. Estoy estorbándoles en su nido de amor.–No güerita, tu te quedas. Ya Axel y yo, tuvimos mucho tiempo para amarnos – Dijo Amaia – Así que podemos cenar juntos.–Si güera, además será también mi manera de disculparme contigo por cómo me puse la última vez, no era la forma – A
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, México Pasó lo que quedaba de nuestro hermoso domingo con un sabor agridulce, yo ya no quise reclamar absolutamente nada a Axel, pues sabía que en caso de que lo hiciera se iba a hacer otro problema, así que mejor hice lo que mejor sabía hacer evadir el problema y ya no decir nada, porque todo me salía mal.Al día siguiente, como todo lunes, tuve que irme al Tec como siempre, por lo que, al levantarme sin la necesidad de que me despertaran, cómo era la costumbre, hice café para Axel y para la güera y tomé una taza con ellos, antes de irme a clases.–Chicos, vamos a tomar café – Les dije a ambos – Antes de que me vaya al Tec.–Claro que sí, mi hermosa Amaia – Axel me miraba desde la puerta de la recámara desarmándome, con sus ojos verdes – Ya voy, cariño.Al terminar de tomar café, me despedí de la güera, Axel insistió en acompañarme a mi auto, para que pudiera ir a casa de Ale y por mis cosas del Tec.–Amaia – Tomó mi mano en el ascensor – No
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, México –Nos irá de lo mejor, lástima que no puedas ir con nosotros – Lamentó Ale – Pero, te escribiré diariamente, además tendrás la casa sola y podrías quedarte con Luis Miguel.–Pues mira que sí, no sería una mala idea Ale, gracias por sugerirlo, recién hoy le propuse que fuera a quedarse a mi lado. – Admití fríamente – No puedo estar tantos días sin dormir, pues me hará daño, ya sabes que no puedo dormir sola.Vi cómo Axel pasaba saliva, se notaba que no le había gustado lo que dije, yo no me iba a quedar sola esos días, que estuvieran ausentes, no era mentira el que no pudiera dormir sola. Eso lo sabía casi todo el mundo que me conocía.–No creo que debas meter a tu novio en la casa de Ale, estando tu sola Amaia – Dijo Axel al calor de las copas – Te puede pasar algo y no habrá nadie que pueda ayudarte.En ese momento, cuando yo estaba a nada de responder algo muy enojada, escuché los pasos de alguien, se escuchaban zapatos de tacón y abr
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoCecilia habló durante todo el camino a casa del viaje a Puerto Vallarta, yo estaba enfadado de tener que llevármela, no era algo que yo quisiera, pero no podía hacer nada, lo que me daba más coraje era que no pude ni despedirme bien de mi hermosa Amaia, porque tenía que llegar Cecilia al despacho con una más de sus tonterías. Estaba harto de ella y de la farsa que suponía mi matrimonio, ya no la soportaba más.–Axel, quiero que tomemos este viaje a Vallarta como nuestra segunda luna de miel – Cecilia me abrazó entrando a casa – Me he comprado unos modelitos de traje de baño, que están de infarto, quiero presumírtelos.No sabía que más decirle para que entendiera que no me interesaban sus modelitos, ella se había auto invitado, así que no pretendiera que la iba a atender estando en el trabajo, porque esto no era un viaje de placer, era de trabajo.–No me presumas nada, Cecilia. Últimamente, estás insoportable y lo siento, pero no quiero que va