Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoCecilia habló durante todo el camino a casa del viaje a Puerto Vallarta, yo estaba enfadado de tener que llevármela, no era algo que yo quisiera, pero no podía hacer nada, lo que me daba más coraje era que no pude ni despedirme bien de mi hermosa Amaia, porque tenía que llegar Cecilia al despacho con una más de sus tonterías. Estaba harto de ella y de la farsa que suponía mi matrimonio, ya no la soportaba más.–Axel, quiero que tomemos este viaje a Vallarta como nuestra segunda luna de miel – Cecilia me abrazó entrando a casa – Me he comprado unos modelitos de traje de baño, que están de infarto, quiero presumírtelos.No sabía que más decirle para que entendiera que no me interesaban sus modelitos, ella se había auto invitado, así que no pretendiera que la iba a atender estando en el trabajo, porque esto no era un viaje de placer, era de trabajo.–No me presumas nada, Cecilia. Últimamente, estás insoportable y lo siento, pero no quiero que va
Axel Vega Lazcano León, Guanajuato, México –Ale, ya por favor. Tienes que calmarte, te lo suplico – Le dije estando yo, más nervioso y preocupado que ella – Ve abriendo la puerta, estoy ya llegando a la entrada de tu Fraccionamiento. –Gracias, Axel, muchas gracias. – Me decía, Ale. –Por nada, lo que necesites, tú y tu familia sabes que cuentan siempre conmigo. –Lo sé, por eso te quiero. –También yo, te quiero. No solo eres mi socia, eres mi amiga. – Le aclaré. Corté la llamada con Ale, al llegar a la entrada de su casa. No me tomé ni la molestia de estacionarme bien, todo me daba igual. Me bajé del auto, sin molestarme ni en cerrarlo bien y Ale ya estaba esperándome en la puerta, en medio de una crisis nerviosa fatal. Ella me dejó pasar y recorrí el pasillo de su casa, hasta llegar al comedor, en dónde estaba mi preciosa Amaia inconsciente en el piso. –Ale, la llevaré a tu recámara. Por favor, busca el teléfono de alguien que pueda venir a revisarla, un doctor que conozcas – Le
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, México Al día siguiente al abrir los ojos, Ale estaba a un lado de mí muy preocupada. Pude notar que ya estaba lista y arreglada para irse a su viaje a Puerto Vallarta, pero la noté muy triste.–Hola Amaia, hasta que despiertas. Lo bueno que hoy entras más tarde al Tec – Me saludó mi hermana – Te he traído un café, esperando que te ayude a despertarte por completo. Que buen susto me diste anoche.–Hola Ale, no te preocupes. Gracias por todo – Tomé la taza de café – Te ves hermosa para tu viaje a Vallarta. Me tomaré el café ¿Ya te vas?–Sí, ya casi. Estaba esperando a que despertaras para poder pedir un taxi. Quería despedirme e indicarte dónde está todo ¿Te puedes levantar?–Sí claro Ale, no pasa nada.Me levanté de la cama y fui con Ale a la cocina, me indicó dónde estaban mis medicamentos que me había recetado el doctor y también me dijo que, diariamente tendría que ir a que me inyectaran lo del hierro para mi anemia. Me quedé devastada al e
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, México –Hola güera, ¿Cómo estás?, ¿Qué haces aquí? – La saludé – Él es mi amigo Luis Miguel.A Luis Miguel, se le fueron los ojos por mi amiga, es que ella estaba muy guapa y acaparaba las miradas de todos, así que al presentárselo los dos quedaron encantados.–Hola guapo – La güera abrazó a Luis Miguel y él estaba encantado – Ivanna Linares, a tus órdenes y que guapo estás.–Hola, mucho gusto – A Luis Miguel se le iban los dos ojos – Encantado de conocerte, Luis Miguel a tus pies. Amaia no me había dicho que tuviera una amiga tan hermosa.–Bueno ya que se conocen. Vamos a hacernos para una orilla, que estando en medio del estacionamiento, nos pueden atropellar – Les sugerí – Güera, no me has dicho ¿Qué haces aquí?Estaba intrigada, porque no había recibido ningún mensaje ni una llamada de su parte, pues hubiera sido más fácil para que nos encontráramos a la salida.–Hago todo y nada, Amaia querida – Respondió la güera – He venido a decirte qu
Axel Vega LazcanoPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoLlegamos ese martes en la tarde a Puerto Vallarta, después de un vuelo muy tranquilo, claro que yo no estaba nada feliz, no estaba con mi Amaia y por el contrario había tenido que traer a la molesta de mi esposa. Llegamos al hotel y nos fuimos todos los que íbamos a instalarnos a nuestras respectivas suites.Al subir, Cecilia estaba vuelta loca de emoción, era el mejor hotel de Puerto Vallarta, un hotel de cinco estrellas y la suite estaba preciosa, debería estar aquí Amaia en lugar de mi esposa, eso pensé. Y si no estaba Amaia, preferiría estar solo, que con la cabeza hueca de Cecilia.–Axel, esto está de lujo – Cecilia empezó a sacar fotos como una demente – Me encanta, el haber venido contigo. Que de algo me sirva, tener que aguantar tu amargura.Tenía el descaro de decirme, cuando la causante de mi amargura era ella, y solo ella, ya no la aguantaba, no sabía de qué forma decirle que me dejara en paz, se estaba convirtiendo en la p
Axel Vega LazcanoPuerto Vallarta, Jalisco, México–Pero es afortunada, por tenerte a ti Axel – Declaró Ale – Lo que yo diera, por ser ella, tan solo por un momento.Ale no le daba nada de pena decirme eso, y más porque sabía de los problemas que me estaba acarreando con Cecilia, afortunadamente llegó Mauricio y yo ya no pude decirle que ya le parara a eso.–Vámonos al curso, chicos – Dijo Mauricio – Les estoy hable y hable y no me hacen caso.–Vámonos, socio – Que bueno que salvó la situación, pensé. – Ya no perdamos más tiempo.Entramos al primer ciclo de conferencias, en momentos yo sentía que me quedaba dormido en el curso, lo cual era bastante lógico, estaba demasiado cansado física y mentalmente y todo se debía a Cecilia y a sus múltiples estupideces, no se cansaba de molestar. Estábamos en paz en la conferencia cuando ella justamente, llegó a perjudicar todo.Esta mujer era de lo peor, no le daba vergüenza interrumpir en un evento en el cual no había sido invitada, que no era b
Amaia Domínguez GarcíaPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoAl día siguiente de llegar a Puerto Vallarta, la güera, Luis Miguel y yo, decidimos bajar un rato a la zona de la alberca del hotel. Yo no quería ir a la playa, pues la sensación de la arena en los pies no era mucho de mi agrado. Bajamos en el ascensor hasta el Lobby, la güera se acercó a preguntar unas cosas en recepción, mientras que Luis Miguel y yo, la esperábamos.–Amaia, esto está de puro lujo – Luis Miguel, destilaba felicidad – No puedo creer que anoche que llegamos, no le dijeras a tú príncipe que estabas aquí cuando te llamó por teléfono.–Pues, he visto mejores hoteles, pero este no está mal – Sonreí forzada, odiaba el calor – No le quise decir nada a Axel, porque no he decidido si lo veré o no.–Eres el colmo Amaia, siempre en ti reina la inseguridad y la indecisión.–Ya me conoces, amigo mío.–Listo, chicos, ya me dijeron en recepción que en el área de la alberca nos dan toallas – Nos dijo la güera – Amaia, me dijero
Amaia Domínguez GarcíaPuerto Vallarta, Jalisco, México–Amaia mi amor, tengo que volver al curso, pero quise verte apenas me dijo Bin Laden que estabas aquí – Declaró Axel – Esta noche, ¿Podemos vernos aquí mismo? Como a las 11 por favor, ya que no haya gente en la playa.Su idea me encantó de inmediato, iba a ser una noche romántica bajo la luz de las estrellas, en pleno Puerto Vallarta.–Claro que sí mi amor, a esa hora nos vemos aquí. No te preocupes por mí, tú ve a tu curso y yo, andaré con la güera y con Luis Miguel, allá están en el mar.La güera al ver a Axel, levantó una mano y él los pudo ver. Estoy segura que se alegró al ver que Luis Miguel, estaba feliz y entretenido con la güera y que por eso no me dijo nada, sobre que él viniera con nosotras. Nos dimos más besos antes de despedirnos por completo, para que él volviera al curso y yo siguiera ahí en la playa, esperando a que pasará rápido ese día para vernos por la noche, mi Axel y yo, ahí mismo.Todo el día se me pasó muy