Axel Vega LazcanoPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoLlegamos ese martes en la tarde a Puerto Vallarta, después de un vuelo muy tranquilo, claro que yo no estaba nada feliz, no estaba con mi Amaia y por el contrario había tenido que traer a la molesta de mi esposa. Llegamos al hotel y nos fuimos todos los que íbamos a instalarnos a nuestras respectivas suites.Al subir, Cecilia estaba vuelta loca de emoción, era el mejor hotel de Puerto Vallarta, un hotel de cinco estrellas y la suite estaba preciosa, debería estar aquí Amaia en lugar de mi esposa, eso pensé. Y si no estaba Amaia, preferiría estar solo, que con la cabeza hueca de Cecilia.–Axel, esto está de lujo – Cecilia empezó a sacar fotos como una demente – Me encanta, el haber venido contigo. Que de algo me sirva, tener que aguantar tu amargura.Tenía el descaro de decirme, cuando la causante de mi amargura era ella, y solo ella, ya no la aguantaba, no sabía de qué forma decirle que me dejara en paz, se estaba convirtiendo en la p
Axel Vega LazcanoPuerto Vallarta, Jalisco, México–Pero es afortunada, por tenerte a ti Axel – Declaró Ale – Lo que yo diera, por ser ella, tan solo por un momento.Ale no le daba nada de pena decirme eso, y más porque sabía de los problemas que me estaba acarreando con Cecilia, afortunadamente llegó Mauricio y yo ya no pude decirle que ya le parara a eso.–Vámonos al curso, chicos – Dijo Mauricio – Les estoy hable y hable y no me hacen caso.–Vámonos, socio – Que bueno que salvó la situación, pensé. – Ya no perdamos más tiempo.Entramos al primer ciclo de conferencias, en momentos yo sentía que me quedaba dormido en el curso, lo cual era bastante lógico, estaba demasiado cansado física y mentalmente y todo se debía a Cecilia y a sus múltiples estupideces, no se cansaba de molestar. Estábamos en paz en la conferencia cuando ella justamente, llegó a perjudicar todo.Esta mujer era de lo peor, no le daba vergüenza interrumpir en un evento en el cual no había sido invitada, que no era b
Amaia Domínguez GarcíaPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoAl día siguiente de llegar a Puerto Vallarta, la güera, Luis Miguel y yo, decidimos bajar un rato a la zona de la alberca del hotel. Yo no quería ir a la playa, pues la sensación de la arena en los pies no era mucho de mi agrado. Bajamos en el ascensor hasta el Lobby, la güera se acercó a preguntar unas cosas en recepción, mientras que Luis Miguel y yo, la esperábamos.–Amaia, esto está de puro lujo – Luis Miguel, destilaba felicidad – No puedo creer que anoche que llegamos, no le dijeras a tú príncipe que estabas aquí cuando te llamó por teléfono.–Pues, he visto mejores hoteles, pero este no está mal – Sonreí forzada, odiaba el calor – No le quise decir nada a Axel, porque no he decidido si lo veré o no.–Eres el colmo Amaia, siempre en ti reina la inseguridad y la indecisión.–Ya me conoces, amigo mío.–Listo, chicos, ya me dijeron en recepción que en el área de la alberca nos dan toallas – Nos dijo la güera – Amaia, me dijero
Amaia Domínguez GarcíaPuerto Vallarta, Jalisco, México–Amaia mi amor, tengo que volver al curso, pero quise verte apenas me dijo Bin Laden que estabas aquí – Declaró Axel – Esta noche, ¿Podemos vernos aquí mismo? Como a las 11 por favor, ya que no haya gente en la playa.Su idea me encantó de inmediato, iba a ser una noche romántica bajo la luz de las estrellas, en pleno Puerto Vallarta.–Claro que sí mi amor, a esa hora nos vemos aquí. No te preocupes por mí, tú ve a tu curso y yo, andaré con la güera y con Luis Miguel, allá están en el mar.La güera al ver a Axel, levantó una mano y él los pudo ver. Estoy segura que se alegró al ver que Luis Miguel, estaba feliz y entretenido con la güera y que por eso no me dijo nada, sobre que él viniera con nosotras. Nos dimos más besos antes de despedirnos por completo, para que él volviera al curso y yo siguiera ahí en la playa, esperando a que pasará rápido ese día para vernos por la noche, mi Axel y yo, ahí mismo.Todo el día se me pasó muy
Axel Vega LazcanoPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoAmaia y yo, tuvimos una entrega demasiado intensa esa noche, era cómo si nos hubiéramos dejado de ver por mucho tiempo. Estar con ella siempre es, perder noción del tiempo y del espacio cuando estamos juntos y solo existimos ella y yo por siempre. Solo nosotros dos, para amarnos, para adorarnos, para entregarnos y demostrarnos de una y mil maneras el amor; nuestro amor.La contemplaba dormir, acariciando su cabello, justo después de haberla llevado al cielo en ese hermoso lugar, escuchando de fondo las olas del mar y teniendo como techo, las estrellas del cielo. Con la calma que ella me daba, me quedé plenamente dormido, hasta que, al día siguiente, el sol nos alumbró y desperté sobresaltado.–Amaia, mi amor, despierta cariño – La moví lentamente – Por favor, preciosa. Ya ha amanecido.Me había dejado llevar por el arrullo de las olas del mar, solo recuerdo que había cerrado los ojos para descansar un poco, antes de que nos regresáram
Axel Vega LazcanoPuerto Vallarta, Jalisco, México–Te odio Axel Vega – Ella rompió un vaso, tirándolo al suelo – No permitiré que me juzgues de loca, que me dejes hablando sola, pedazo de idiota. Yo no seré tu burla, ya se enteró todo el mundo que has traído también a la güera y anoche bien que tuviste tiempo de sobra para irte a revolcar con ella. Te advierto, que no sabes de lo que soy capaz.Me amenazó gritando como loca, no quería que vinieran los encargados del hotel a ver qué era lo que estaba pasando, porque alguien haya llamado para denunciar un disturbio en la suite, porque de seguro este alboroto se escuchaba, más allá de la puerta.–Tú tampoco sabes, de lo que yo soy capaz – La enfrenté – No te atrevas a tocar a la güera, porque ella es inocente de todo esto. Ella no es la mujer, de quién estoy enamorado y si le haces mal, te va a pesar ¿Te ha quedado claro? Ella es solo mi amiga.Le remarqué, primero había sido contra Ale y ahora la tomaba contra la güera, no quería imagi
Amaia Domínguez GarcíaPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoNo supe ni por cuantas horas dormí esa mañana, desperté ya bien entrado el día cuando un delicioso aroma, me volvió a la vida y sentí que me envolvían unos brazos que conocía muy bien, los brazos del hombre que amo, de mi Axel. El me llenaba de besos, me sentía dichosa y me arrullaba más, quería seguir durmiendo, estaba demasiado cansada por todo lo que había pasado.–Amaia, despierta preciosa que ya son las tres de la tarde – Me decía él – Te amo, mi vida, ¿Sigues muy cansadita?Se me había pasado toda la mañana y parte del día durmiendo, todo lo que habíamos pasado la noche anterior me habia pasado factura y apenas me estaba despertando.–Hola mi amor – Me levanté quedando sentada en la cama – Sí un poco, mi amor ¿Cómo estás?, pensé que estarías en el curso.–No te puedo mentir Amaia, no me siento nada bien y quiero verte esta noche, pero no dónde ayer ¿Te parece si nos vemos en la playa, pero del lado del otro hotel? Tienen la
Amaia Domínguez GarcíaPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoEl evento dio inicio y yo, estaba pendiente del celular para cuando llegara el mensaje de mi Axel, que me fuera de ahí, pero antes que eso pasara, la estúpida de su esposa bajó con un traje de baño que apenas le tapaba lo necesario, provocando la burla de muchos de los asistentes, pues todos llevábamos ropa, no era una fiesta de verano en traje de baño.–Hola a todos, Axel mi amor, ven a ayudarme – Dijo ella sínicamente – Necesito que me ayudes, pues tengo enyesado el brazo, producto de la intensa noche de anoche, fuiste demasiado brusco.Muchos de los asistentes, comenzaron a reírse ante lo dicho por ella. A mí en cambio, me dio coraje. La güera lo notó y apretó mi mano, para que me calmara, esa vieja era una mentirosa. Axel había pasado la noche de anoche conmigo y no con ella y por muy enyesada que estuviera, tenía el suficiente veneno en su ser, para pasearse ahí con poca o casi nada de ropa.–Ven siéntate – Axel la ayudó, má