Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoLlegué a casa de Ale a bordo de un taxi, ella estaba ya en la cocina haciendo de desayunar. Esperaba por todos los medios que, no se diera cuenta que había estado llorando.–Hola Amaia – Ale abrió la puerta – Esto tuyo con Luis Miguel va demasiado en serio hermanita, ya casi no duermes aquí y no te hagas que me debes unas bebidas ¿Está bien esta noche?No le podía decir que no, ya habíamos llegado a un acuerdo y para no hacerlo más largo, que fuera hoy, estaba perfecto para mí.–Hola Ale – La abracé intentando no llorar – Sí, esta noche. Te lo prometo, esta noche si nos las tomamos. Es más, las compraré saliendo del Tec y ya me quedaré aquí, hoy no saldré con Luis Miguel.Tendría que llamar a Luis Miguel, para decirle del cambio de planes, pues debíamos apegarnos a cualquier cambio, que surgiera durante el día.–Está bien Amaia, por cierto, te tengo una sorpresa vamos al garaje.–Vamos, Ale.Fui con Ale al garaje y ahí ella ya tenía una
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, México–Amaia cariño, ¿Podemos hablar, por favor? – Se acercó a mí peligrosamente – Necesito que hablemos.–No Axel – Dije seriamente – No tengo, nada que hablar contigo. La güera debió darte, la nota que te dejé con ella.–Aquí está – La sacó de la bolsa de su pantalón – Por eso estoy aquí, porque no pienso aceptar lo que dice Amaia.–Es que no se trata de que lo aceptes, Axel. Se trata de que entiendas que esto se ha acabado, no puedo estar con una persona fría y ahora por favor, déjame subirme al auto que me quiero ir a casa.–No te irás hasta que no hablemos Amaia, te amo y estás loca si piensas que te dejaré ir así cómo así, nos ha costado mucho decirnos lo que sentimos y estar corriendo peligro todos los días, para que tú tires la toalla.–El que la ha tirado anoche, con su forma de ser tan cruel conmigo, fuiste tú – Dije sin contener el llanto – Estamos en mi escuela, te pido que me dejes ir. Por favor, Axel.–Está bien, vete, pero no h
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAmaia se sorprendió al ver cómo, yo mismo, le destapé la bebida. Estando en casa de Ale, no podía hacer más y por lo que me daba cuenta, ya ellas, me gustara a mí o no, ya tenían su plan de tomar. Amaia me miraba con miedo, como si yo la fuera a reprender por algo, pero después de como me puse anoche, no me sentía con derecho de decirle nada. Solo quería que me perdonara, que me diera la oportunidad de aclararle el asunto.–Axel, te estoy hablando – Ale me volvió a la realidad – Te decía que he hecho, estos arreglos en el caso de los Vélez. Dales una leída y lo que no te guste lo arreglamos.–Claro Ale, ya lo leo – Tomé la carpeta – Seguramente todo me parecerá bien y no veo la necesidad, por algo somos el mejor equipo.–Lo somos y lo seremos siempre, Axel – Ratificó Ale – Salud Amaia, te veo muy lenta con la bebida.–Salud Ale – Amaia chocó su botella con la de Ale – No estoy lenta, es que estoy llena de agua y eso no me ayuda, necesito que
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNos sentamos a brindar con las últimas bebidas, ninguno hablábamos, solo nos mirábamos y entonces supe que yo, no le era indiferente, pues en el abrazo que nos dimos, la sentí temblar y eso me decía sin palabras, que también ella sentía por mí, algo más que una amistad, porque yo ya la había abrazado antes y no se había sentido cómo ahora, como la sentí temblar en mis brazos.–Amaia, te he traído esto – Le entregué una hermosa caja de regalo – Espero que te guste y más que eso que te lo pongas. Se te va a ver muy bien puesto.Sus ojos brillaron al recibir el regalo, se veía tan tierna, tan dulce, ya no la veía como esa niña que llegaba todos los días de clases, no, ya no era esa niña, ya había cambiado ante mis ojos convirtiéndose en una hermosa mujer.–Muchas gracias, Axel – Ella volvió a abrazarme y me quede congelado – No era necesario que me compraras nada, pero sabes que te quiero.–Yo también te quiero, te quiero mucho Amaia. – Dije cas
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoLlegó muy rápido nuestro segundo fin de semana, en el que nos tocaría estar juntos a Axel y a mí y yo, lo que menos quería era verlo. Estaba saliendo de casa de Ale, cuando recibí ese viernes antes de irme al Tec, una llamada de un número desconocido y la tomé.–Hola Amaia ¿Cómo estás? Soy yo, la güera – Me saludaba, pero no contesté enseguida – ¿Cómo estás Amaia?–Hola güera, perdón es que no tengo tu número registrado ¿Cómo estás tú? – Pregunté, sorprendida de su llamada – Espero que, no me llames para decirme que Axel, también a ti te ha maltratado en estos días.–No Amaia, nada de eso. De hecho, anda muy triste, por estos días y porque no quieres saber nada de él, pero no te hablo por eso – La güera al parecer quería proponerme algo – ¿Qué vas a hacer al rato, cuando salgas del Tec?–Pues nada en especial, pensaba en irme a quedar a un hotel y llamar a mis dos mejores amigos, para relajarnos todo el fin de semana. Mi hermana no esta
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoBajamos del auto, cruzamos el estacionamiento y para entonces yo, ya estaba llorando de nuevo. No podía más con esto, quería lanzarme a sus brazos y decirle lo mucho que lo amaba y que lo extrañaba y al mismo tiempo, ya no podía ni tenía fuerzas de hacer aquello, estaba muy resentida.–Amaia cariño, háblame por favor – Me suplicó Axel – Te amo preciosa y lamento mucho lo que pasó aquella noche, no puedo vivir sin ti. Te prometo, te juro que, no vuelve a pasar algo cómo eso, te lo juro por lo que tú quieras, que nunca en mi vida te volveré a tratar así.–Axel – No podía sostener su mirada – Me hiciste sentir, la peor de las mujeres, me humillaste, me utilizaste, te portaste frío conmigo y yo no puedo concebir que me hayas hecho el amor sin amor.Rompí a llorar peor que nunca en mi vida y me senté en el piso del departamento tapando mi rostro, mientras que mis lágrimas corrían por mis manos como si de un río se tratara. Axel se arrodilló
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoEsa maravillosa y dulce entrega que tuvimos el fin de semana Amaia y yo, fue lo mejor de lo mejor, la pasamos encerrados en el departamento entregándonos al amor cada vez que teníamos ganas, lo cual era casi todo el tiempo. El domingo por la noche, al fin la güera se dignó a aparecerse en el departamento y con ello, le volvió el alma al cuerpo a Amaia, pensando que se pudo llevar su auto, lo cual me daba risa.–Hola chicos – Nos saludó la güera – Veo que están muy enamorados y felices. Por eso no me aparecí aquí ni viernes, ni sábado.Yo me lo había imaginado, la güera era muy consiente que entre Amaia y yo iba a haber una reconciliación y dedujo que estaríamos muy acaramelados y encerrados en nuestra recamara y no seriamos nada sociables ese fin de semana y acertó.–Hola güera – Respondió Amaia – Pensé que habías desaparecido, menos mal que solo lo pensé pero que aquí estás.La preocupación de Amaia, se debía más bien a la desaparición de su
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAhora no me quedaba otra que tener que llevarla y era mejor que ya que cenáramos, Amaia lo supiera por mí y no por Ale después.–Hola de nuevo – Saludé a Amaia y a mi amiga, al reunirme con ellas en la sala – Espero que, me digan que la cena ya viene en camino que me muero de hambre.Ahora si era definitivo, o pedíamos o íbamos a cenar a algún lado, esto ya no lo aguantaba, mi cuerpo estaba reclamando de los sagrados alimentos.–Sí Axel, ya la güera pidió unas alitas, mi amor y unas hamburguesas, lo que se te antoje – Amaia se sentó en mis piernas – Yo sólo te quiero a ti.–Si gustan, yo me puedo ir – Ofreció la güera – No veo, que mi presencia aquí, sea muy de su agrado. Estoy estorbándoles en su nido de amor.–No güerita, tu te quedas. Ya Axel y yo, tuvimos mucho tiempo para amarnos – Dijo Amaia – Así que podemos cenar juntos.–Si güera, además será también mi manera de disculparme contigo por cómo me puse la última vez, no era la forma – A