Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoPor primera vez, me dio mucho miedo como me quedó viendo en cuanto hablé y quise acercarme para darle un abrazo, pues me había quedado dormida muy preocupada esperando a que llegara.–Dudé en venir, pero ahora veo que no debí volver. Estás de nuevo con tu vocecita, queriendo consolarme y no te cabe en tu mente prodigiosa que no me puedes consolar y cállate que sé las tonterías que vas a decirme.No me podía estar diciendo eso, por qué me atacaba de esa manera, yo no le había hecho nada a nadie, no era responsable de que así hablara, pues lo hacía para consolarlo era verdad, pero me estaba muriendo por dentro, eso me estaba matando, acabando.–No son tonterías – Empecé a llorar – Sé por lo que estás pasando, aunque digas que no. Yo sé lo que es perder a alguien que amas.Yo no era ninguna insensible, sabía perfectamente lo que era perder a un ser querido, no me podía estar tratando de esta manera, yo amaba a Elisa, y mis sentimientos haci
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoPor mi estupidez y por no saber canalizar bien mi dolor, el que me había producido y el que seguía sintiendo por la muerte de Elisa, provoqué que mi hermosa Amaia se fuera del departamento, y no tenía por qué maltratarla del modo en que lo hice. Después que la güera me hizo entrar en razón yo tomé mi teléfono para llamar a Amaia y su teléfono sonó el suyo ahí dentro del departamento, había salido sin él.–Axel, su teléfono, lo ha dejado junto con todas sus cosas – Exclamó la güera – Ella debió dejar todo por lo rápido que salió de aquí.No me lo iba a perdonar si algo le llegaba a pasar a Amaia, por no medir mi forma de hablar, siendo que ella no tenía la culpa de mi pena, que solo quería confortarme, y se me hizo muy fácil apartarla de mi lado, cómo había sido yo capaz de provocar que se saliera sin llevar sus cosas., creo que hasta miedo debió sentir al verme así.Todas las veces que se quiso acercar a mí, la había apartado, yo conocía como
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoTenía que volver en sí, esta espera me estaba matando, el poco tacto que había tenido la llevó a salirse sin nada de protección, pues la ropa la traía toda empapada y eso le había provocado la hipotermia.–Lo tiene que estar güera, sin Amaia yo no podré seguir adelante – Declaré – La amo, como nunca he amado a nadie y eso tú lo sabes.Y yo se lo había dicho muchas veces a Amaia, porque la amo con todas las fuerzas de mi alma, ella no me puede dejar ahora, la necesito a mi lado, que me perdone por haberla tratado tan mal, solo había pensado en mi dolor y no en el de ella, que también había sufrido una perdida y yo haciéndola menos, como si ella tuviera la culpa.–Lo sé, por eso te pido que estés tranquilo.La güera se sentó al lado mío y tomó con una de sus manos, la mano de mi Amaia y empezó a darle masajes y a presionarle unos puntos de acupresión, con el fin que mi hermosa mujer reaccionara y abriera sus preciosos ojos, pero nada de nada, n
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoCuando Axel me dijo todo lo que me había pasado en este tiempo en el que no supe nada de mí, no podía creerlo. Lo último que yo recordaba era haberme mojado en la lluvia de esa noche por estar muy triste por lo que pasó con él y más que eso porque él no quiso saber nada de mí y eso me afectó mucho, pero al platicar con él y cuando me pidió perdón y al verlo tan afectado como estaba, yo lo perdoné y me rendí a sus brazos y a sus besos como siempre lo hacía.–Axel, ya no llores mi amor – Le dije llorando yo también – Te amo y quisiera que olvidemos esto.Yo sabía por el gran dolor que estaba pasando por la muerte de su hermanita, y comprendía que no había medido sus palabras, pero eso ya él lo había remediado, le había dado un buen susto cuando me encontraron en la casa de la vecina, y yo no quería ni imaginar que le hubiera pasado si ellos no hubieran sido los que me encontraron.–No lo puedo olvidar cariño, te hice mucho daño y estos cua
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoNo quería que nada nos causara una separación, si los dos podíamos arreglar cualquier dificultad que se nos presentara, que esto no fuera una causa de hacernos sufrir más de la cuenta teniendo la solución a nuestro alcance, solo nosotros lo íbamos a solucionar.–Nada lo hará preciosa, te amo mucho mi hermosa Amaia. Yo iré a esa terapia y espero que me quieras acompañar.Por supuesto que yo no lo iba a dejar solo en este proceso que tenía que tratarse, tenía que superar la muerte de su hermana, y así iba a poder vivir en paz, haciendo todo de manera normal, sin sentir culpa de nada.–Claro que sí, mi amor. Yo iré a dónde necesites que vaya y siempre estaré a tu lado para ayudarte, amarte y consentirte.Axel me abrazó y me besó muy tiernamente y yo me dejé llevar por esas deliciosas caricias que el hombre que amo, me estaba dando. Cerré los ojos y me abandoné al cúmulo de maravillosas sensaciones que él despertaba en mí. Lo amaba y lo ador
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoLos días que siguieron, después de estar feliz de nuevo con mi adorada Amaia, fueron de lo mejor. Estábamos recuperando nuestra vida de pareja y la mejor parte de todo era estar todos los días viviendo con la mujer que amo. En momentos, me seguían asaltando episodios muy dolorosos por la pérdida de mi hermana Elisa, pero ya me estaba aprendiendo a controlar un poco.–Axel, mi amor hoy te toca ir a la terapia – Me dijo mi adorada Amaia y me abrazó tiernamente – Te amo, mi amor.Mi mujer estaba siendo muy comprensiva con lo de mis terapias, estaba más atenta que yo y eso me gustaba de ella, era muy considerada con todo lo que me pasaba en general.–Yo te amo a ti, cariño ¿Ya terminaste tus tareas? – Quería saber – Vamos a nuestro nido de amor, para comer y después a la terapia.–Sí, mi rey.Amaba eso de mi adorada Amaia, que siempre era muy tierna y muy dulce conmigo. La abracé y ella se dejó abrazar y consentir por mí, ya no nos importaba ni q
Axel Vega Lazcano León, Guanajuato, México Estábamos listos, estaba seguro de que no me diría que no, ella siempre tenía sueño y yo la iba a consentir mucho. –Sí, mi amor, pero no quiero que se nos vaya a pasar la terapia. –Eso no pasará, yo pondré una alarma y tendré el tiempo para despertarte. Te amo, Amaia. –Yo también te amo, Axel. Amaia se estaba quedando dormidita en la silla del comedor y al ayudarla a levantarse, cerró sus hermosos ojos por completo. La levanté con cuidado en mis brazos y la llevé cargada hasta nuestra recámara, la acosté con mucha delicadeza y le quité sus zapatillas para que pudiera descansar, yo me quité los zapatos y me acomodé a su lado, para abrazarla y cuidar de su sueño mientas ella dormía. –Amaia, te amo. Descansa, mi reina. Le dije cuando ya la tenía recargada en mi pecho y le acariciaba con mucho cuidado su hermoso cabello arrullándola más para que siguiera descansando, habíamos pasado por mucho y ambos necesitábamos desconectar. Me estaba du
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoCuando Axel salió de su terapia, nos invitó a cenar a un restaurante italiano que nos gustaba mucho a los tres y ahí, yo veía muy sospechoso a Axel y también a la güera, ellos sin duda se traían algo y me di cuenta de eso porque se miraban el uno al otro con esa complicidad de mejores amigos, la güera finalmente se animó a decir algo.–Amaia, ahora que tendrás vacaciones del Tec ¿Qué quieres hacer? – Me preguntó la güera – Axel me invitó a que vaya de vacaciones con ustedes.No estaba yo enterada de que nos íbamos a ir todos de vacaciones, eso era nuevo para mí, pues no era muy de mi agrado salir en vacaciones, pero yo no era la que les iba a quitar el gusto de que saliéramos, habría que ver a donde habían planeado o había planeado Axel.– ¿Vacaciones? Yo no sabía que nos fuéramos a ir a algún lado, es que no soy mucho de salir – Confesé – Pero ustedes díganme y sería bueno irnos a algún lado.No le podía dañar sus planes, además estaba