PDV. Hassam.
– Respira, ya salió de su casa – me informo por teléfono Ahmad podía escuchar su sonrisa.
– No le veo la gracia, sabes que estaba en peligro – le reclamé.
– Calma Hassam, era para que te relajaras, no creo que haya estado en peligro, pero supongo que ningún hombre estaría alegre de que su mujer lo deje.
– Supongo, pero él se lo merece. Gracias por mantenerme informado.
– Espero que sepas lo que estás haciendo jefe – me advirtió.
– Adiós Ahmad – colgué sin más.
No quería sermones, a estas alturas lo único que sabía con certeza es que quiero a esa mujer para mí, aún no sé cómo, incluso no se si deba, pero la quiero lo más cerca posible y a salvo. Quiero llamarla para estar seguro de que si estaba bien. Marqué su número, pero salió la
PDV. Elena. Me desperecé bostezando y estirándose, sintiéndome tan relajada y descansada que me aprecia inusual, al darme cuenta de que no estaba en mi habitación me sorprendió por unos segundos mientras me acordaba que estaba en la casa de huéspedes de Hassam en una habitación que bien parecía una de un hotel cinco estrellas, una cama tamaño King con unas almohadas de plumas que se adherían a mi cuerpo con una temperatura más que genial. La habitación era tan grande que un ventanal daba hacia la casa de mi socio y otro hacia una de las principales avenidas de la ciudad, aunque poco se veía debido a lo distante que quedaba de la entrada a la propiedad y los muchos árboles de palmas y dátiles. La decoración contaba con lámparas de colores en forma de espiral típicas de esta región, una alfombra persa que le dan aún toque arabesco y de lujo. Mire el reloj de la p
PDV. Elena. Salí cabizbaja de la embajada, sabía que Aston no me la iba a poner tan fácil, y menos con lo que intento hacer hoy, “para que rayos habrá querido sacar a los niños del colegio” me pregunte. Supongo que se desesperó que no le dijera dónde estábamos, quizá no me crea que de verdad no es mi intención prohibirle que vea a nuestros hijos. Pase por la oficina un rato para informar que estaré trabajando desde casa y a poner en orden algunas cosas. De regreso a la casa se me ocurrió un plan para que Aston acepte el divorcio consensuado, si no era por mí, quizá por su amante si me lo iba a firmar rápido. Pensé como detective, contaba con una incógnita y dos datos, así que saqué mi fórmula. Tenía fotos de ella por lo que podía reconocerla, también tenía el nombre de la empresa donde trabajaba, así que LinkedIn me iba a dar su nombre con suerte. Al día siguiente mien
PDV. Hassam. Esto era lo que me faltaba, tener que recibir a Aston, que carajo querrá, pensé mientras mi secretaria me informaba que estaba esperándome diciendo que era urgente. Y de paso tengo la reunión con los ministros de los países vecinos, A buena hora un grupo de terroristas se les ocurrió atacar un aeropuerto de un país amigo. – Hágalo pasar – le respondí. – Su alteza, gracias por permitirme pasar. – Aston, informaste que era urgente, espero que lo sea, porque estoy por entrar a una reunión que si es urgente y necesito prepararme – dije sin responder su gratitud. – Seré breve, así como estuve de acuerdo aquella vez que nos reunimos, ahora vengo a venderte nuestras acciones que tenemos mi esposa y yo, y te quedes con la empresa. – ¿Disculpa? – pregunté tratando de adivinar qu
PDV. Hassam. – ¡Me atrapaste! Si me gusta desde la primera vez que la vi y ahora que la conozco, me gusta mucho más, pero bueno tu mejor que nadie sabes la situación, sigue casada. Y no me quiero arriesgar a perder su amistad si se entera de esto. – Me gusta que pienses así, y tienes razón, si te lanzas ahora la puedes asustar, pero muéstrale un poco de interés hombre, hace mucho que mi hermana no se siente amada, mi ex cuñado se encargó hace mucho de reducirla solo a ser mamá, para luego serle infiel, el muy canalla. – Voy hacer lo que pueda Luz, yo no sé llevar las cosas con calma – dije sinceramente – Hace mucho que estoy acostumbrado a tomar lo que quiero cuando quiero. La única vez que lleve las cosas con calma, ella eligió a otro. &nbs
PDV Hassam. – Socia por favor, lo que necesites, no tienes por qué sentir pena conmigo. – Anda dile E. de seguro su alteza estará feliz de decirte que si – soltó una Luz ya achispada por el alcohol. – Verás, la casa que pienso comprar, le están haciendo unas remodelaciones y la entregan en dos meses. Puedo alquilar una en ese tiempo, pero otra mudanza más le suma muchos cambios a Esteban y Paula. No sabía si también el alcohol estaba haciendo efecto en mí, pero sentí que mi sonrisa era más grande de la que pretendía. No necesite escuchar mas, ya sabía lo que quería y por supuesto como dijo su hermana yo estaba feliz de concedérselo, así que me adelanté antes de que me pidiera directamente su favor. – Elena, quédense el tiempo que necesites, tu familia le ha dado alegría a este lugar, me deleito ver a los niños en el parque y escucharlos reír, me gustan mucho los tés con tu mamá. Verte. Miré como los ojos de mi moon se le abrieron de par en par, tras
6 meses después.PDV. Luz – Despierta dormilona, – le hablé por lo bajo a mi hermana – pero que dama de honor tan perezosa escogí yo – dije mientras le movía a mi Elena una taza de café caliente recién hecho. Sabía que había trabajado hasta tarde, ahora estaba más metida en la empresa, y sobre todo trabajaba de noche luego de dormir a mis sobrinos. Agradecí que su trasnocho se debía al trabajo y no a las noches de llanto por su matrimonio fallido de hace meses atrás, debo admitir que tanto Khalid como su alteza me han ayudado bastante para distraerla, de hecho, creo que ya está a punto de darle una oportunidad al amor otra vez, o por lo menos está más cerca de Hassam, quien se lo merece por resistir con valor. Me quede pensando en mi padrino de bodas, admito que ese muchacho que a pesar de tener menos de treinta años y que carga una gran responsabilidad sobre sus hombros, ha sabido tener una paciencia de monje con mi hermana, quien aún rehúsa que él está loco de amor
PDV. Elena. Mientras estábamos en el aeropuerto del sultanato esperando embarcar para irnos a la India, llame a mis hijos, quienes contentos me contaron quitándose el teléfono uno al otro lo bien que la estaban pasado en Ontario, lo curioso de la llamada fue que en el último minuto a Paula se le había escapado "mamá voy a tener un hermano" mientras que su papá alzó la voz con un – Adiós Elena, disfruta – colgando rápido como si un embarazo se pudiera ocultar. Si este definitivamente es el fin, me quedé pensando, un hijo significaba que ahora si tenía otra familia, me pregunté si de verdad albergaba en el fondo de mi corazón la esperanza de volver con Aston, quien no se ha mantenido lejos, por el contrario, como a los dos meses de haber firmado el divorcio, empezó a frecuentar mi casa, a pasar tiempo allí con los niños, y a negarse que Esteban tuviera un teléfono, para que yo tuviera que llamarlo a él cuándo era su turno de estar con los niños. Fui sacada de mis pensamie
PDV. Elena. – Y bueno no sé, pero me acabo de acordar de eso y sabes. Moon, así – cerré la boca, me daba pena decirle a Luz que así me había llamado algunas veces Hassam. – ¿Moon? – preguntó con una ceja alzada. – Bueno nada, debe ser la cantidad de chai que me he tomado que hizo que me acordara de eso. – E por favor pareces una adolescente, termina de decirlo y reconocerlo, así te dice Hassam. Moon. Abrí los ojos como dos huevos. Estaba segura que las veces que me lo dijo estábamos solos, ¿o no? Me quedé pensando. – ¿Y tú cómo lo sabes? – pregunté un tanto alterada. – Se le ha salido mientras ha hablado de ti – encogió un hombro– una vez dijo algo así como “que tus ojos le iluminan el alma como la luna”, que romántico – dijo con una sonrisa burlona. – ¿Y porque no me lo habías dicho? – ¿Para qué? Si tú insiste en engañarte a ti misma, que no le gustas o que a ti no te gusta el. Ya en Londres dónde pude tener un tiempo a solas, mientra