PDV. Elena.
Hoy llegan mi mamá y mi hermana, estoy tan feliz, tengo tantas cosas nuevas que contarles, ésta ha sido una de las semanas más emocionantes desde hace mucho tiempo, la casa que nos dio Hassam la convertimos en oficina y está genial, casi toda la casa tiene vista al mar y la mejor ubicación, no le da el sol de frente, tiene seis enormes habitaciones que transformamos en cuatro oficinas y dos salones para los talleres y /o cursos. La cocina es lo suficientemente grande para un comedor de capacidad para quince personas.
La decoración la hemos elegido entre Amira y yo, que por cierto compaginamos desde el minuto uno que nos conocimos y me ha dado muy buenas ideas, haremos pronto una recepción de apertura, y ella se encargara de todos los preparativos de la inauguración porque yo sería la homenajeada. He disfrutado mucho andar con
Hassam. Las cosas con Rhasma han ido tranquilas la he llevado a conocer lugares emblemáticos hemos conversado temas efímeros de nuestras familias y costumbres, a pesar de que tenemos la misma religión hay cosas diferentes en cada país, como, por ejemplo, la que aproveche de decirle sin que sonara como un rechazo. – Veo que en eso también tenemos diferencias Rhasma en nuestro caso los Sultanies que deseen casarse con alguien de afuera deben solicitar un permiso especial a excepción de mi familia, nosotros no podemos casarnos con alguien que no sea del Sultanato. – Oh – no pudo ocultar su cara de sorprendida – no sabía eso, supongo que, para mantener la dinastía, lo comprendo. Qué bueno que, si podemos mantener relaciones de amistad estrechas, entre países me refiero. – sonrió pero, la sonrisa no le llegó a los ojos. – Claro, y
PDV. Hassam. A mitad de mañana estoy reunido con Ahmed en mi oficina cuando entra mi secretaria con los documentos que le pedí. – Asra, porque a estas alturas no me he reunido con la directora de recursos humanos de PDS, creo habértelo pedido hace un tiempo ya. – le llamo la atención delante de Ahmad. Usualmente no le hago llamados de atención, pero admito que se debe a que sigo molesto por el tema de Elena y la basura, quiero saber cómo es posible que ese hombre con su trabajo no puede pagarle a su familia alguien que limpie, cómo permite que su esposa haga ese tipo de trabajo cuando es ella quien cuida de sus hijos y ahora está sacando un negocio adelante. ¿Pagan tan poco en esa empresa?, quiero saberlo ya. – Disculpe su a
PDV. Elena – ¿Le cortaste el teléfono El? – grito Luz detrás de mí. – Ay hija yo no te crie con esa educación, además no dices que es como un jeque, ¿y si te mete presa? – agrego mi madre. – Esto es lo que me faltaba, ¿a la única que le parece que esto es una invasión de privacidad es a mí? – Yo lo que veo es que ahora tenemos una mucama que nos ayude, esto se está empezando a parecer a unas vacaciones, no tendré que cocinar ni ayudar a limpiar – Dijo Luz riendo y haciéndome muecas con la cara. – Y como dicen en la escuela, opino lo mismo que dice mi compañera – Replica mi madre.Ambas sueltan las carcajadas mientras yo aguanto la risa c
PDV. Elena. El gran día llegó, opte por una falda de cuero en forma de tubo color verde oscuro, cuidándome de que el largo alcanzara mis rodillas para cumplir con las reglas de vestimenta, una camisa manga larga de seda color crema y unos tacones nude de tacón de aguja, no muy altos, mi cabello secado de peluquería con unas ondas suave en las puntas y el maquillaje en tonos tierra con un complemento que me convenció Luz de usar, unas pestañas postizas que hacían ver mis ojos más grandes. Llegue a la oficina a las cuatro para familiarizarme con la pantalla gigante que dispusimos en la sala de la recepción y la presentación que iba a dar. Me alegró saber que Amira pensó en todo, hasta en los niños, los cuales estaban en uno de los salones con unos recreadores para mantenerlos ocupados, no solo los míos sino también a unos sobrinos de ella. Así estarían entretenidos mientras los adultos nos ocupábam
PDV. Elena. Al entrar a la oficina de Hassam, en su mesa redonda para reuniones, estaban su majestad el Sultán Nasser, un hombre joven robusto sentado a su derecha, mi hijo Esteban hablando con él entre árabe e inglés y mi madre con cara de boba cargando a Paula. Era una imagen sub real. – Míster N. – me corregí rápido– Perdón su majestad, que sorpresa, que alegría que haya venido – rápidamente hice una reverencia, antes de tomar a Paula de los brazos de mi mamá. – Elena, quiero felicitarla ha dado un discurso excelente de apertura a este proyecto, le deseamos mucho éxito – dijo con una sonrisa. El hombre del lado se puso de pie, lo que llamo mi atención, y pude notar un cierto parecido e
PDV. Hassam El miércoles me llamo Khalid. – Hermano discúlpame por no poder llegar a la inauguración nos agarró una tormenta de arena y se retrasó el vuelo, pero ya estoy aquí y está noche te invito al Grand Place para que brindemos por tu nuevo éxito. – Que amigo el que me gasto yo – le reprendo en broma – Hoy no puedo, mañana tengo reunión temprano, mejor vayamos mañana. Hablando de otra cosa, ¿recuerdas el programa que me descargaste para ver la ubicación de los teléfonos? – Si claro, ¿nunca lo has utilizado? – La verdad no, déjame llegar a mi ordenador y me explicas para activarlo. – A quien necesitas rastrear, si quieres te ayudo. – Ni te preocupes, es por si acaso lo llegase a necesitar. – Por cierto, vi los titulares, esa socia t
PDV. Hassam. Inició un Reguetón latino y mi miembro se quería salir de solo ver cómo Elena levantaba los brazos y movía todo su cuerpo al son de la pegajosa música, entre las hermanas se reían y ella lucía incluso más joven, aunque no aparenta su edad en condiciones normales. Y me dio ganas de ofrecerle más risas como esas, llenarle su vida de momentos como ese conmigo al lado. Un codazo de Khalid me despertó de mis deseos demasiado románticos. – Pero viste como mueve el cu...– grito emocionado Khalid y le interrumpí. – El cuerpo, si lo estoy viendo. – Si eso era justamente lo que iba a decir – dijo con una risa estruendosa. Al terminar la música Aston se alejó
PDV. Elena Inicie la semana investigando sobre la empresa que íbamos a visitar en el Emirato. Amira me informó que ella también vendría al viaje, lo que me contentó. – Me encanta, así podrás estar presente en todo y aprender de esta parte – le dije sinceramente. – Gracias por siempre estar dispuesta a enseñarme Elena, yo estoy feliz, gracias a Hassam y su apoyo al sacarme de tener una vida aburrida esperando en casa a un hombre que se comprometa conmigo – me confesó.Nos abrazamos y continuamos con los detalles del viaje. – ¿Viste que nos enviaron pasajes de primera clase en Fly Emirates? Además de unas suites en el Sheraton de la capital. Este señor se está luciendo con atenciones &ndas