Perfecto, simplemente perfecto.
¡Jodidos infiernos! Ahora Warrick no sabía que diablos hacer, pero si tenía una opción, y era dejar al idiota metiche inconsciente en el piso e irse, aquello era lo mejor por hacer, pero estúpidamente era una mal idea, ya que este idiota sabía por obviedad que era. Un humano claramente no. Y lo peor de todo es que no tenía otra opción, pues matarlo no era factible.
—Jodidos mandatos— Gruñó Kaden aun en cuclillas frente el idiota, ¿Qué se suponía que iba a hacer con él ahora? —¡Mierda!— Y volvió a maldecir ya que era increíble que se topase por primera vez con un idiota al parecer totalmente inocente, en todos los sentidos hablando. Solo debió irse directo a su mansión y matar a uno de sus empleados.
Otra mirada y luego otra, Warrick lo decidió, no podía dejar a este humano irse sabiendo lo que había visto. Sería, uh, muy estúpido de su parte ya que este podría ir difundiéndolo por ahí, aunque podrían verle como un loco, pero Warrick lo sabia, habían humanos retorcidos que creían en todo; Hasta que el mismísimo rey del averno se encontraba entre los humanos. Vamos, la raza humana era ingenua y estúpida, creían en cosas más descabelladas que esas, cosas que relamente no eran ciertas.
Kaden no correría el riesgo, debido a que nadie debía de saber de su identidad porque sería fácilmente encontrado por sus hermanos y devuelto al infierno. Así que ya estaba levantando el cuerpo flácido del piso, sosteniendo al idiota con demasiada facilidad, era tan ligero. Fue en ese momento que al fin pudo ver su rostro, este estaba sucio y con algunos rasguños, pero más allá de ello, Kaden no pudo despegar su mirada de el, el idiota en sus brazos no estaba mal. Tenía una bonita cara.
Warrick se relamió los labios, tal vez podría tener un poco de diversión en todo esto. No había que aclarar que a él no le importaba absolutamente nada en tener sexo con hombres, ¿verdad? Vamos, era el diablo, los prejuicios de este tipo u otros, no recaían en él, digamos que sería algo sin sentido. Sin más, se lo llevó consigo y por supuesto no escuchó ni una sola palabra de su chofer, al cual despediría luego y mandaría al infierno. Ya saben, dentro de todo, Kaden era justo, y bien, un tipo infiel tenía pase libre hacia el averno. Además sería una situación divertida. A Warrick le gustaba el llanto y el sufrimiento, obviamente.
El mercedes ya estaba en marcha para cuando el rey del averno reviso al chico, buscando su identificación o algo de información sobre este, ya que no por ser diablo debía de saberlo todo y mucho menos de cada humano, él solo podría saber los malos actos de esos, y podía leerle las mentes cuando quería, entre otras cosas, pero no era un maldito adivino. Que quede claro.
Oh, no encontró nada, el chico siquiera y traía consigo un celular.
El viaje a la mansión principal de Warrick no duro mucho, unos cuarenta minutos. Era de noche por lo que el transito había disminuido bastante, porque por lo general solía tardar un poco más en llegar. Pero como sea, a nadie le importaba el maldito tiempo, lo que ahora importaba era el pensar bien que hacer con el idiota aun inconsciente. Warrick lo volvió a tomar en sus brazos y tuvo muy poco cuidado con él, ya que golpeó su cabeza al sacarlo del mercedes. Solo se escuchó un pequeño quejido.
—Iré a guardar el auto señor, que tenga buena noche—
Pobre de él.
Warrick detuvo a su chofer, —Que otro se encargue de eso, te quiero en mi despacho en cinco minutos— Dicho ello, Kaden fue el primero en ingresar a su mansión, y apenas puso un pie dentro, las mucamas, eran dos, le saludaron muy formalmente, inclinándose y todo. Y claro el diablo no devolvió el saludo, solo siguió su camino hacia su habitación, la cual se encontraba subiendo las escaleras. En el segundo piso.
Una vez en su habitación, Warrick dejó caer al idiota sobre su cama, y bien, lo dejó ahí mientras él se ocupaba de otras cosas. Salió del cuarto solo para meterse a otro, este era su despacho, ahí ya se encontraba su chofer con la cabeza gacha. Era hora de la diversión.
—Estas despedido— Dijo Kaden, y esperó a alguna reacción, los humanos siempre tenían una, y bien, esta vez no fue la excepción. La cara del tipo se desfiguro a una sorpresa, pero había miedo ahí, como si supiera que algo mucho peor estaba a punto de ocurrir. Que gracioso, así era. Kaden agregó:—¿Tu esposa sabe que la engañas con su hermana? Por supuesto que no lo sabe— Rió, —Y obviamente tampoco sabe que tú fuiste el que robo el dinero de su padre, ¿no es así?—
Este tipo tenía muchos pecados, delitos cometidos a lo largo de su vida, era un candidato perfecto para pasar por la eternidad en el infierno.
Y a esto nos referimos cuando el soberano del inframundo sabía de los malos actos de los humanos, él solo podía ver aquello, de las buenas acciones se encargaba los de arriba.
—Yo... no se a que se refiere señor— El chofer se puso nervioso, era tan malo ocultando sus mentiras. ¿Cómo diablos le hizo para que otros le creyeran?
Si, definitivamente los humanos eran seres estúpidos e ingenuos. Volvió a concluir Kaden.
—¿Cómo te gustaría pasar el resto de la eternidad en el infierno?— Kaden solía hacer esta pregunta, ya sea en burla o solo para alargar las cosas, y muy pocos, realmente muy pocos, le respondieron. —Rápido—
Temeroso, el tipo retrocedió, —¿De qué... de qué esta hablando señor?— Estaba listo para huir.
El diablo dio un paso, luego otro y fue entonces cuando su ex chofer salió corriendo, pasando de largo a Kaden.
—¡Muévete!—
Kaden se dio la vuelta, habían dos personas en el suelo. Otra vez él, el idiota. Este impidió que su victima saliera corriendo y por ende, arruinó toda la diversión de la persecución.
—¿Acaso alguien te mando a arruinarme la noche?— Preguntó ya molesto Warrick, acercándose a los dos humanos, su ex chofer se arrastró solo hasta cuando su cuerpo se lo permitió. Este se sintió paralizado de pies a cabeza.
—¿D-donde estoy?— El chico de ojos color miel se refugió a lado de una gran vasija, este nuevamente estaba siendo un espectador. —¿Q-qué esta o-ocurriendo?— Su mirada clavada por un largo instante en el poderoso hombre delante suyo. Recordándolo todo de golpe. Y entonces volvió a suceder.
Un grito y cenizas en el aire.
El chico arrinconado volvió a desmayarse.
Kaden no supo que decir, segundos después estaba maldiciendo nuevamente al jodido niñato sensible. ¿Cuál era su jodido problema?. Repitiendo sus acciones, Kaden volvió a cargar al chico y llevarlo a su habitación, dejándolo otra vez sobre su cama, solo lo soltó sin más. Se le quedó mirando por unos cortos minutos, e intentó matarlo de nuevo, pero al volver a chasquear sus dedos, nada sucedió. Nada le sucedió. Y Kaden sabía que sería imposible que algo le sucediera, ya que el chico estaba limpio, no había pecados o malas acciones, ni la más mínima a lo largo de toda su vida.
¿Qué era este chico? ¿Un ridículo ángel?
Kaden rió en alto, sintiéndose estúpido, muy bien sabía él que a los ángeles no se les permitían estar entre los humanos, en ninguna circunstancia. Estaba completamente prohibidos para ellos, y si alguno desobedecía, sería mandado al infierno, pidiendo sus alas al ser arrancadas de diferentes maneras. Cruel, pero merecido. Kaden disfrutaba de ello, una de las pocas cosas que extrañaba del infierno.
Dando pasos hacía adelante, Kaden estuvo lo suficientemente cerca del chico, y se inclinó, una de sus manos ahueco las majillas levemente rellenas, le sorprendió la sensación del ligero tacto. Era extraño. Siguió examinando al chico mucho más de cerca, la nariz de este era pequeña y levantada, los labios rellenos y de un tono coral, las pestañas eran largas y abultadas del mismo color que sus cejas y cabellos; Castaño casi rubio.
Entonces los cerrados párpados se abrieron, fue algo lento, y cuando estuvieron abiertos por completo y la mirada se enfocó. Un nuevo grito molesto se escuchó, aunque este fue mucho más duradero.
Kaden no lo soltó hasta determinar el color de sus ojos, eran de un tono miel, pero sabía que estos se aclaraban o escurecían según la luz. Ahora veía un par de pupilas de color miel opaco. Aun así...
—¡Suéltame!— El chico se retorció y todo, pero no logró soltarse, solo le causaba mucho más dolor a sus mejillas. —¡Ahhhh-
Kaden lo acalló metiendo su lengua en la boca contraria, y a aquello ni siquiera podría llamárselo beso. Se lo estaba comiendo, siendo descontrolado y desconcertante. Pero no duro nada, la intensidad le hizo parecer que si. Y de hecho Kaden ya estaba retrocediendo, caminando hacia la puerta mientras llamaba a una de las mucamas, ya que alguien necesitaba limpiar las pocas cenizas del piso. Después de tono no era higiénico.
Cuando la mucama hizo aparición, en menos de un minuto, se encargó de lo ordenado.
Kaden se dio la vuelta, ahora sí, cerrando la puerta detrás suyo, diciendo:—Tenemos que hablar de algunas cosas, pero antes, ¿tu nombre?—
El chico se petrificó, otra vez.
Un par de horas atrás... —Azriel— Llamó la chica bajita de nombre Alicia con sonrisa en boca, dejando las llaves del departamento colgadas en el gancho de la entrada. —¿Aun no despierta?— Se preguntó al no ver a su amigo en ningún lado, por lo que no le quedo de otra que ir hasta la habitación de este, y ahí lo encontró, aun envuelto entre las sábanas,—Azriel, hora de despertar—. Se ocupó de abrir las cantinas y entonces los rayos de sol ya estaban sobre sobre el dormilón de su amigo. —Cinco minutos más...— Balbuceó Azriel, ocultando su cabeza debajo de las almohadas. Alicia puso las manos sobre sus caderas, y quiso ser seria pero simplemente no pudo, no con este chico. Suspiró y le informó,—Compre tus donas favoritas, y café— Ella no pudo no hacer aquello, le gustaba mimar a su amigo, era como tener una pequeña mascota. —Alice— Su voz salió gagosa y casi en regaño mientr
Warrick no era alguien con paciencia, mucho menos alguien que repitiese las mismas palabras dos veces. Él solía enojarse demasiado y por ende, terminaba mandando al infierno a la persona idiota. Y aquello no había cambiado en ninguna ocasión, hasta ahora. Mandato N°6XIV:Toda alma pura, bondadosa y fuera de todo tipo de pecados, estaba absuelta de ser mandada al infierno por el resto de la eternidad, ya sea por el mismo soberano del averno o por un lacayo suyo. Se le será imposible m****r esta gentil alma al infierno, y no hay otro mandato que contradiga esta. Y a esto se refería Warrick con no poder m****r esta alma al infierno, era por una estúpida ley que no poder matar a este chico petrificado frente suyo, el cual aun no respondía su m*****a pregunta. Y no le dejó opción, ya que al parecer el chico idiota no tenía ganas de hablar, entonces le haría hablar por medio del miedo. —Tu lo pediste—. K
Había tenido un sueño extraño... así como muy loco y todo eso. Definitivamente debía de contárselo a Alicia, y Azriel ya estaba riéndose perezosamente mientras se levantaba de la cama, pues tenía que ir al trabajo. Por que sí, él también trabajaba los fines de semana, aunque su horario era reducido. En fin, era feliz con ello. Y rió cuando estuvo en el cuarto de baño, yendo directamente hacia la ducha. —Todo fue un sueño, por supuesto— Se sintió mucho más despierto cuando el agua cayó sobre su piel. Le gustaba tomar un baño con agua tibia, ni muy caliente, ni muy fría. —Ah~— Se sentía como un pez en el agua, tan comodo y a gusto. Lastimosamente y obviamente, Azriel no estaba solo, ya que, si, no había sido solo un loco sueño el que tuvo. Entonces Warrick estaba ahí, de pie, cruzado de brazos y apoyado en el marco de la puerta del baño. Observando muy atentamente y con excitación al chico tonto que se duchaba sin problema alguno en su duc
Azriel buscó las llaves de su departamento dentro de su mochila, por suerte a él no le faltaba nada, todo había estado ahí, hasta el dinero.—Adelante— Y vaya, nunca pensó tener al diablo en su departamento, pero mucho menos en su vida, principalmente.—Lo siento por el desorden— Kaden barrió el lugar con su mirada, y ¿de qué desorden estaba hablando este pequeño tonto? Todo estaba impecable y es su lugar, aunque si h**o algo que le molesto, el jodido lugar era tan diminuto. Este departamento era prácticamente el tamaño de su cuarto de baño. —Acabas de ganarte la lotería chico— Le hizo saber. Y Azriel no creía que eso fuera cierto, deteniéndose en su camino hacia su habitación para preguntar:—¿Realmente tendré que dejar mi departamento?— A él le gustaba este lugar, era cómodo y a decir verdad, le tenía mucho cariño, había sido su pequeño hogar desde que se mudo de la casa de su padre. —Es lo mejor, además serás como mi
Azriel se vio acorralado contra la pared, y su mirada estaba gacha, no tenía el suficiente valor para seguir mirando a su jefe a los ojos. El hombre daba miedo, así como demasiado y mucho más cuando sus ojos eran de un rojo fuego. Eso solo le recordaba a Azriel con quien estaba tratando, porque si, aun no estaba del todo, para nada, acostumbrado ni seguro de nada de lo que estaba pasando. Es decir, vamos, no podía solo aceptar como si nada el hecho de que estaba involucrado de alguna manera con el diablo, y mucho menos podía asimilar que estaría trabajando para él. Era todo muy difícil de digerir. —¿Pedirme un favor?— Warrick hizo uso de una voz tranquila, pero hizo vibrar el cuerpo de Azriel, pues ahí había algo más que solo tranquilidad.—¿Acaso aun no te entra en la cabeza quién soy?— Tragando saliva, Azreil se dijo a sí mismo que no debía ser tan miedoso, que lo que estaba haciendo no tenía nada de malo y que lo hacía era por su
Por suerte, y desgracia, las cosas fueron aclaradas. Azriel supo que su amiga no estaba verdaderamente involucrada con el diablo, al parecer este se involucraba íntimamente con la mayoría de sus trabajadores y trabajadoras, sobretodo con sus secretarias. Y de alguna manera Azriel lo llegaba a entender, el diablo podía hacer lo que quisiera, ¿no es así? De todas maneras, Azriel no aceptaría tener una relación así, no era ese tipo de persona y no lo sería en el futuro, ni cercano ni lejano. Y bien, Azriel Cassian tuvo que ponerle un alto a aquello, había hablado por horas con su amiga ese día, haciéndole ver lo mal que había estado sus acciones, aunque claro no la sacrificó, después de todo Alicia no estaba haciéndole daño a nadie, y bien, Kaden Warrick tampoco, pero este tenía mucha culpa; No estaba bien aprovecharse de las debilidades de las personas. Por lo que también se ocupó de sermonearle, estuvo una hora siguiéndole de un lado hacía el otr
—Gracias, no tardare— Le dijo Azriel alchofer, y él aun no estaba para nada acostumbrado en pensar en este buen hombre comosuchofer. Pero bien, le compraría algo de la cafetería como agradecimiento. Respirando hondo, Azriel comenzó a ir hacía la cafetería, y por lo visto todo seguía estando igual, o bueno, el único cambio que pudo observar fue la integración de un nuevo postre, pudo leerlo en la pizarra que estaba en la entrada. Pero caminando un poco más Azriel se percató de otra cosa, de algo un tanto importante. —No hay muchos clientes...— Murmuró, yendo ahora con lentitud. Y claro que aquello le llamó la atención, a este horario la cafetería siempre se encontraba llena, todo mundo parecía querer merendar aquí, pero ahora, ¿qué había ocurrido? El timbre se escuchó, Azriel sintió tanta nostalgia ante el pequeño ruido de la campana, la cual avisaba de un nuevo cliente. Y esta
El viaje de camino a la mansión de Kaden Warrick fue en completo silencio, Azriel no pudo decir ni una sola palabra luego de que dejaron la comisaria; Su mirada clavada en el Lucas, quien pronto fue ayudado por dos oficiales. Pero eso fue todo, ahora Azriel no tenía idea de que si Lucas estaba bien o no, o si lo iba a estar o no. Además de ello, Azriel estaba asustado, otra vez. Siguiendo en todo momento a Warrick, Azriel siguió perteneciendo en silencio, reteniendo sus preguntas preocupadas para sí mismo. Y no fue hasta que ambos ingresaron a la mansión que Warrick habló, pero no estaba hablándole al chico asustado detrás suyo, no, él le habló a sus empleados, dándoles ordenes tras ordenes. Claramente estaba furioso. Desquitándose con ellos al darle tareas sin sentido y ya realizadas. Eso sin duda hizo a Azriel sentirse mucho peor, ahora no solo estaba asustado hasta las patas, sino que ahora también estaba sintiéndose completam