¿Cómo creen ustedes que parará todo esto? ¡Los leo! ¡Gracias por continuar leyendo!
Dorian toma el teléfono en sus manos y lo ve fijamente después de escribirle un texto rápido a Michael. Leslie se acerca a él, el cual se ha sentado en el sofá. Le ha dicho que no tiene el guión en su teléfono pero podía pedirle a otro compañero que se lo enviara. —¿Qué está pasando? —pregunta. Ahora se siente un poco apenada por presionarlo. Ella no quiere ser este tipo de persona que desconfía, tampoco quiere que él la vea así, pero no dará su brazo a torcer. No después de que él se notara tan nervioso. Que él sea un escritor lo mantiene alejado de otras mujeres, ¿verdad? —Se está tardando un poco, quizá porque me odia —murmura con razón. Leslie no quiere preguntar el motivo, se mantiene a su lado, tomando distancia, con el corazón acelerado, viéndolo con el teléfono en la mano, desesperado. Está a punto de decirle que pueden dejar eso para después, porque la verdad es que lo ha extraño mucho y solo quiere abrazarlo, pero un mensaje llega, y rápidamente Dorian le extiende el
Dorian jadea sorprendido por su petición. Su corazón late tan rápido que puede escucharse en toda la habitación, y su piel, oh Diablos, ¿acaso ella tiene el poder de hacerlo sentir más cada vez? La respuesta es sí. Su mirada recorre el rostro de la rubia buscando un rastro de duda o algo que indique que es mentira, pero ella solo se muerde el labio, tiene los cachetes rojos y lo ve como si… Como si estuviera anhelando desde lo más profundo que él acepte. Que él sea el dueño y señor de ella; de su primera vez, el encargado de arrebatar su inocencia. —Les-lie… —Sale de su asombro, tomándola con fuerza de la cintura—. ¿Entiendes lo que eso significa verdad? —cuestiona, con la esperanza de estar equivocado y que ella sea tan inocente que no lo comprenda. La rubia suspira y baja la mirada. Todo su cuerpo hierve, su intimidad está lo suficientemente húmeda, su corazón late como un loco solo por él. —Y-yo… —Sonríe, nerviosa, y se pasa la mano por el cabello antes de verlo a la cara de n
—Mírame, mírame a los ojos mi amor —murmura con la voz ronca, acariciando el rostro de la rubia cuyos ojos se llenan de lágrimas.Leslie asiente respirando profundo, el exhalo pega en el rostro de Dorian y este pega sus frentes, viéndola a los ojos mientras finalmente entra por completo en ella.Ella se aferra a su cuerpo con fuerza, mirándolo un poco aterrada mientras sus respiraciones calientes se mezclan. Él se mantiene inmóvil unos segundos sintiendo cómo sus paredes estrechas se ajustan con dificultad a su grosor y la besa con dificultad; pues la presión que ella ejerce en él, lo hace sentir en las nubes. No sabe si podrá aguantar demasiado tiempo pero hará lo posible por ella.Su mirada, la forma en que se aferra a su cuerpo, el calor de su unión, sus besos, lo que ella representa para él: su primer amor real; todo se complementa de una forma exquisita y perfecta para Dorian, el cual está dispuesto a entregarse en alma y corazón cada segundo que pase con ella, tanto dentro como
La rubia se remueve en la gran cama, buscando el calor conocido que la estremece, pero abre los ojos al no conseguirlo. Su corazón late ferozmente. ¿A dónde ha ido? Se gira para mirar la hora en la mesa de noche y se da cuenta que son las siete de la mañana. —¡Lila! —exclama angustiada, levantándose de la cama. Sin embargo, con la misma fuerza que se levanta vuelve a caer en la cama, soltando un gemido agudo por la incomodidad en sus caderas e intimidad. Parece que la han hecho trizas desde adentro. Y no es doloroso al extremo de llorar, pero la hace levantarse con más calma. Toma un respiro y camina despacio, pensando y esperando que esta incomodidad no dure demasiado. Se ve en bata, busca su ropa. Con dificultad se viste, sale de la habitación y aunque busca a Dorian no lo encuentra. Se siente un poco mal por ello, pero le preocupa que Lila se haya despertado y esté desesperada por no encontrarla. Tiene miedo de ser descubierta y tener que admitirle, precisamente hoy después de
El corazón de la rubia palpita tan fuerte, desesperado, mientras ve a su mejor amiga tocándose el pecho con la mano, indicando que verla con Dorian ha sido tan impactante que le duele el corazón. —Li... —intenta hablar en un hilo de voz, a sabiendas de que esto no tendrá un buen final—. Li-la... La morena agitada, intenta respirar, siente que se acerca un mareo. Esto le duele, le duele demasiado. —¿Me... men-tiste, Leslie? —cuestiona con la vista borrosa, alejando con su mano a la mujer que se intenta acercar. Leslie se queda en silencio, llorando. Todo el calor y su corazón enamorado por estar en los brazos de Dorian se ha ido, dándole paso al dolor que tanto quería evitar. Por su parte, Dorian se mantiene estático, sin poder saber qué hacer para que esto no termine peor de lo que se ve. Tiene que evitar a toda costa que Lila le diga la verdad a Leslie, pero no puede dejar a la morena sola, en este estado, con sus antecedentes, es un riesgo. Así que maldice una y otra vez, sintie
—¿Ella estará bien? —le pregunta Dorian al doctor viendo a Leslie en la camilla, anestesiada, porque tuvo un colapso y tuvieron que intervenir.—Lo estará —responde preocupado—. Supe sobre la situación de la señorita Broomfield. Ahora que el padre del bebé está en la cárcel... Si el bebé logra sobrevivir, solo hay dos opciones: se lo llevará servicios sociales o...—No —interrumpe de inmediato Dorian, aterrado por eso—. Ellas... Fueron huérfanas. Leslie no va a abandonarlo. Y yo no la voy a dejar. El niño se quedará... con nosotros. Nos haremos responsables de él.Decirlo, no le ha costado, pero cuando se da cuenta del peso de sus palabras, siente la presión en su corazón. Definitivamente no está preparado para esto, pero sabe que Leslie no dejará al niño, y él tampoco a ella así que... ¿Serán padres?—De acuerdo. Eso es un alivio. Ese niño ha pasado por mucho antes de haber nacido —comenta, y guía a Dorian hasta cuidados intensivos de pediatría, en donde Dorian puede ver a través del
El pelinegro recibe llamadas de un teléfono desconocido pero además de que no le gusta atender así como así esos números, su teléfono está tan descargado que no podrá soportar un segundo de llamada más, así que lo apaga, y suspira. Agradece que West le haya dado dos días de descanso. Le da tiempo para asimilar todo y estar para la rubia. Esta despierta de repente, sintiendo el enorme vacío en su pecho. Se intenta levantar de la camilla pero la mano de Dorian toca su hombro devolviéndola a su sitio. —Do-rian... —hipea, mientras sus lágrimas vuelven a salir—. Dime que fue una pesadilla... —Lo ve, aterrada—. Dí-melo... El pelinegro niega, mientras sus ojos se cristalizan. Y allí, de pie a su lado la abraza por los hombros, mientras ella llora de nuevo, desconsolada. No existe más nada ahora para ella. Solo el dolor, el remordimiento. Ama a Dorian pero si tan solo ella... No... Dorian es algo bueno para ella, no se arrepiente de tenerlo. Debe lamentarse de la forma en que sucedieron l
La rubia jadea por la impresión. —¿Estás... hablando en... serio? —Mira el rostro del hombre, sin poder creerlo.Dorian suelta una pequeña risa, nervioso, nostálgico, enamorado.—¡S-Sí! —Toma sus manos y las besa—. No tengo un anillo ahora pero yo... Te lo daré pronto, sí... —Sonríe, y Leslie se abraza a él mientras llora, llena de felicidad y nostalgia—. Lo siento por proponerte esto justo ahora, pequeña pero... —La separa y junta sus frentes, desesperado—. Quiero estar toda mi vida contigo, y ahora... Ahora tendremos a James, ¿no? Yo puedo... Puedo con eso. Lo sé.La rubia asiente en su pecho. Sabe que estar casado con alguien es un compromiso de por vida siempre y cuando haya amor. Así que si Dorian quiere esto con ella, es porque la ama. No tiene la más mínima duda en él. Es un hombre más que maravilloso, es perfecto.—S-Sí... —responde soltando lágrimas—. Sí quiero. Sí quiero tener tu apellido y estar con James, juntos...Dorian la alza fácilmente mientras le da una vuelta en el