2

Debido a que Tyler se encontraba gravemente herido, no era capaz de moverse como podía hacer en el pasado, por lo que le era imposible para él el levantarse de su cama. Con base en esa dificultad de movimiento, se le hacía difícil estirarse como quisiera para avisarle a su compañera de su estado.

Solo se mantuvo en su posición mirando a Ava, si ninguna expresión en su rostro, a la vez que se mantiene obviamente intrigado por la presencia de esta chica en su habitación. Ella lo había despertado sin darse cuenta, pensando que debido a su estado no podría haber nada que podría hacer para causar que este se despertase. Se equivocó completamente.

No le quedaba más que escuchar vagamente el sonido de los sollozos de la mujer, la cual permanecía aún con su rostro hundido entre sus brazos, llorando sin fin a obvia vista.

«¡Mierda! ¿Ahora como hago para detener a esta mujer de hacer esos sonidos vergonzosos?», comienza a meditar en su mente sin encontrar respuesta alguna.

Él, ignorando las corrientes en su cuerpo, tensa su mandíbula echando fuera toda la presión por la que se encuentra pasando su cuerpo con el simple hecho de mover su mano. Una que usó en muchas ocasiones para acciones más contundentes que tan solo despertar a la chica de su estado de obvia debilidad.

«¡Carajo! ¿¡Porque me cuesta tanto hacer un puto movimiento!?», maldice en su mente, logrando llegar hasta la mesa con mayor dificultad de la necesaria.

Hace un último esfuerzo para despertar a la chica, lo que causa que la taza que se encontraba sobre la mesa se caiga, generando un ruido fuerte en la alcoba. A causa de lo que sucede a la taza al romperse contra las baldosas del piso de porcelana.

— ¿Qué fue eso? —Se levanta alarmada la chica.

Dando un vistazo alrededor de la habitación, desplaza su mirada desde el hombre, hasta la taza en el piso. Al momento que ve su brazo en una posición diferente a la que se encontraba cuando llegó, une los puntos en su mente al instante.

— ¿Él puede moverse…? —Susurra, con evidente sorpresa, sin saber que este pudiese tener algún tipo de reacción.

En la esquina de la misma mesa, comprueba que se encuentra una pequeña campana. La cual se dispone a accionar en cuanto llega a su lado, lo que permite que está de una señal a todas las personas a los alrededores.

Casi como si de un arte de magia se tratase, varias personas entran con rapidez en la habitación, causando que ella sea completamente ignorada por todos. Proceden a asistir al hombre sobre la cama, importándoles muy poco haber interrumpido a la chica.

«¿En serio soy tan insignificante a los ojos de estas personas?», se pregunta con una pesadez en su interior «¡Claro que si Ava! ¿¡Acaso se te olvida en casa de quién te encuentras!?».

Ignora esa voz, a la vez que se aparta el tiempo necesario, mientras observa como los sirvientes revolotean alrededor de la cama con una mirada de miedo en sus rostros.

«¿Quién es este hombre, y como puede ser que una simple taza rota los haga alarmarse de esta manera?».

Ella comienza a dudar inmediatamente, comprendiendo que quizás el sitio donde ha venido que verse en la obligación de venir es más difícil de lo que aparenta. Sin obviar, que quizás las aguas turbulentas que se manejan en el interior de esta mansión son más profundas de lo que ella se imagina.

Ava se mantiene en la esquina de la habitación sin saber cuál debiese de ser su siguiente movimiento. Sigue en el vestido de cóctel que usó para su supuesta boda, una que parecía de todo menos una, a su parecer no parecía más que una reunión con las personas más importante del país. Nada diferente a una reunión de gala, con la diferencia de que ella tuvo que firmar un par de papeles, unos donde no conoce el contenido que hay en su interior.

«¿En qué te has metido? ¿Está realmente bien que me encuentre aquí? ¿No debería salir de una vez por todas?».

Las dudas siguen apareciendo en su mente, y aun así no es capaz de despertar de su estado. No hace falta decir, que la mujer que se encuentra en estos momentos siendo, es muy diferente a la que era en el pasado. Rota por completo, como una muñeca de porcelana vieja.

— ¿Qué haces todavía aquí? —Gruñe una de las mujeres en la habitación.

— ¿Como…?

— ¿Acaso eres sorda? Vete de una de aquí.

—Yo… —Ella aprieta con fuerza sus manos en forma de puño debido a la impotencia que siente.

—Mira niña, no creas que como te casaste con el señorito tienes poder aquí, no eres más que un títere. Así que recomiendo que sigas órdenes, sal de una vez de esta alcoba, si no quieres que usemos la fuerza para sacarte.

—Bien.

Reprime por completo la furia que siente por ser tratada como un objeto, permitiendo que una simple sirviente le dé órdenes. Pareciese como si el mundo hubiera dado un giro por completo, nunca se imaginó siendo mandada por una sirvienta a salir de lo que se supone que es la habitación que comparte con su esposo.

No es como si tuviese pensado compartir nada más que eso, pero, aun así, se siente muy mal. Por ser tratada de esa manera. Sigue su camino hacia el exterior, hasta que llega a un pasillo, dando un leve vistazo alrededor, termina por sentarse en una elegante silla al lado de la puerta.

«¿En serio este será mi futuro?».

(***)

Por otro lado, en el interior de la habitación, varios doctores se encuentran revisando el estado de Tyler. Mientras que las sirvientas comprueban que todo se encuentre en perfecto estado, a la vez que verifican que todo esté en su lugar.

— ¿Qué estaba creyendo la señora Hannah al permitir que esa chica entré a la habitación personal del señor Tyler?

— ¿Señora Hannah? —Inquiere una de las sirvientas.

— ¿Desde cuándo te tomas tantas atribuciones Eva? Ella es solo una pobre mujer, déjala, tranquilla. Además, que ella no ha hecho nada malo.

— ¿No te irrita su presencia?

—Ella no me ha hecho nada malo, así que mejor te mantienes al margen y te enfocas en lo tuyo. ¿Te quedo claro?

A esa mujer no le queda más que asentir levemente, causando que esa pequeña riña quede en el olvido. Posteriormente, proceden a acomodar todo como estaba, respirando aliviados al comprobar que el señor se encuentra en óptimas condiciones.

—Menos mal que no fue nada malo, solo Dios sabe lo que la señora sería capaz de hacernos, si algo malo le pasase al joven Tyler.

—Sí, ahora que todo se encuentra perfectamente. Deberíamos de avisarle, ¿No lo crees? —Conversan los doctores con calma, anotando sus pensamientos sobre la evolución del hombre en las tablas en sus manos.

—Opino lo mismo, vamos.

Ava fue trasladada a una habitación provisional, mientras que la señora Hannah se dirigía a la habitación de su amado nieto con más rapidez de lo que es capaz permitirle su caro bastón.

— ¿¡Porque no me llamaron inmediatamente!?

—Nosotros… —Se detienen de lo que sea que fueran a decir, al ver la mirada fulminante de la señora de edad.

— ¡No vuelvan a actuar a mis espaldas! —Exclama furiosa—. ¡Díganme de una vez que sucede!

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo