Capítulo 47 – MarfilNarrador:Brenda había quedado nuevamente sola en la mansión, ya que Mateo había tenido que viajar hasta la finca por el tema de salud de Sara‒ ¿Cómo está ella? – le habría preguntado Brenda a Mateo cuando éste la llamó‒ Estable, pero muy delicada, aún no está fuera de peligro‒ ¿Quieres que vaya y te acompañe?‒ No cariño, ya te he dicho que no quiero que te cruces con mi hermano‒ Hablando de él, ¿supiste algo, pudiste hablar?‒ No, nadie sabe dónde está y no responde el teléfono‒ Bien, si quieres que vaya de todas formas, me dices y corro hasta allí‒ Muchas gracias, sé que sí – hizo una pausa – te amo‒ También yo – decir eso le dejó un sabor amargo en su boca‒ Escucha, Jordan vino a verme por algunos asuntos respecto a los negocios, pero también me dijo que la Universidad que elegimos te recibirá gustosa, en unos días tendrás que viajar hasta allí para iniciar con las formalidades, la idea era que fuéramos juntos, pero como verás, yo no podré‒ Lo entiend
Capítulo 48 – No la he vuelto a tocarNarrador:Izan mantenía aprisionada a Brenda y le enterró la nariz en su cabello‒ No te haces idea la falta que me hacía poder sentir tu aroma – le murmuró al oído‒ Déjame ir Izan, te lo ruego – dijo mezclado con un suspiro mientras su cuerpo no dejaba de temblar‒ Si me das un beso‒ No puedes ser tan cretino‒ Lo soy cariño, ya lo sabes – sonrió y apretó la mano que tenía en su muslo – también sabes que soy un hombre de palabra. Así que si me das un beso, te dejo irY la liberó, a lo que ella giró quedando de frente. Se miraban fijamente y sus ojos temblaban, ahora no solo eran los de Brenda, eran los de Izan también. Ella bajó la mirada y los fijó en los labios a lo que él los entreabrió. Brenda entornó sus ojos y apoyó los labios sobre los de Izan, haciendo que sus lenguas se volvieran a encontrar, generando una serie de espasmos en sus cuerpos y se abrazaron mientras se besaban. Cuando al fin se separaron‒ Ahí tuviste tu beso, ahora déjame
Capítulo 49 – nariz chuecaNarrador:Brenda quería alejarse de Izan, pero era como un imán para ella. Cuando el conserje le dijo que había un hombre diciendo que ella le esperaba, dijo de inmediato “Izan”, pero ella no sabía si era él, en realidad deseaba con todas sus ansias que fuera él. Al abrir por fin la puerta y verlo, toda su voluntad se desvaneció. Sentir como la besaba lleno de deseo, la hacía estremecer y cuando le confesó que no había estado con su novia luego de estar con ella, sucumbió y se dejó llevar nuevamente por el placer que le ofrecía. Estaba extasiada al sentir el vaivén del dentro y todo el peso del cuerpo de Izan sobre el suyo. Casi no podía respirar, o mejor dicho, casi no la dejaba respirar. Cuando al fin se separaron, ella hundió su cabeza en la almohada y él comenzó a vestirse. Se sentó junto a ella y le acarició la espalda.‒ ¿Estás bien Brenda? – le preguntó con dulzura‒ No, no lo estoy – rezongó sin despegar la boca de la almohada
Capítulo 50: El traje de bañoIzan:Estaba pasando unos días realmente increíbles, cada vez eran más seguido los mensajes que recibía de Brenda para decirme que quería verme, eso significaba una sola cosa, quería estar conmigo. Eso me llenaba de felicidad y hacía que ese día no pudiera pensar en otra cosa que no fuera en ella, pues le había pedido que me avisara temprano para generar justamente ese estado de ansiedad en mí que hacía que me excitara sobremanera. No sabía si lo hacía por obediente o porque se estaba convirtiendo en una criatura sumamente morbosa, pues nuestros encuentros eran más fogosos, ella se soltaba un poco más con cada uno, tomaba la iniciativa, me complacía en todos mis caprichos, Brenda realmente lo estaba disfrutando y eso me hacía muy feliz. Creí que con el paso del tiempo mi interés en ella iría decayendo, pero sucedió todo lo contrario, cada vez podía estar menos tiempo sin poder tocarla y hacerla sentir que era completamente mía‒ Quiero que te pongas aquel
Capítulo 51 – ¡Mateo!Narrador:Izan, luego de meterse dentro de Brenda, comenzó su embestida con un suave vaivén que fue convirtiéndose en uno vertiginoso, donde sólo se oían los gemidos de ambos, juntos con sus cuerpos empapados de sudor resonando en la habitación.‒ Voy a correrme, di mi nombre, te lo ruego…Le dijo al correrse casi en un grito.‒ ¡Oh por Dios Izan!, vas a matarme, porque también me corroooooooooY comenzaron los espasmos de ambos al terminar juntos, abrazados y besándose con voracidad‒ ¿Acaso no te gusta lo que te hago?‒ No se trata de si me gusta o no‒ ¿Entonces?‒ ¡Me dejas exhausta!‒ ¿Yo te dejo exhausta? – y rió a carcajadas – no tienes idea de cómo me dejas a mi‒ ¿Y cómo te dejo?Preguntó osadamente, mientras se acostaba boca bajo en la cama y sostenía su cabeza con las manos‒ Me dejas con ganas de más – y la miró, con esa mirada profunda e intimidante que tenía – de mucho más. Te vas y ya estoy deseando que vuelvas. No sé qué voy a hacer contigo Brenda
Capítulo 52 – BárbaraNarrador:‒ No será necesario Mateo – escuchó decir Brenda a su espaldaAl voltearse vio a Izan, el que había dejado en la finca, aún despeinado, descalzo y vestido solo con el pijama y una sudadera. Brenda se llevó las manos al pecho y en un momento todo quedó ne*gro y se desmayó. Izan corrió, pero no pudo evitar que ella terminara en el suelo.‒ ¿Quién carajos es esta mujer Izan? – interrogó Mateo – ¿y porque parece conocerme?‒ Es una larga historia Mateo – respondió de rodillas en el suelo, tomando la cabeza de Brenda para revisar que no tuviera heridas – lo hablamos más tarde, ahora ayúdame a levantarla y llevarla a su dormitorio‒ ¿A su dormitorio? – preguntó mientras se acercaba a Izan para ayudarlo a levantar a Brenda – ¿acaso tiene un dormitorio aquí en la casa?‒ Si, lo tiene ya que es tu esposa‒ ¡Mi esposa! – gritó espantado‒ Si Mateo, como te dije es una larga historia, ahora hablamos – y comenzó a subir las escaleras con Brenda en brazos‒ Supongo q
Capítulo 53 – Larga historiaNarrador:Mateo e izan continuaban discutiendo en el despacho– En serio Mateo, debo hablar con ella antes de irme– De acuerdo, pero olvida todo lo que pudiste haber arreglado con ella, tengo que pensar en cómo resolver tu desastre, así que ya no le prometas nadaIzan salió del despacho a toda prisa, antes de que su hermano se arrepintiera y subió corriendo las escaleras. Al llegar a la puerta de la habitación de la joven, dudó si entrar o no, pero al final lo hizo, pues debía enfrentarla tarde o temprano, así que más valía que fuera temprano. Entró sin llamar y se encontró a Brenda sentada en la cama hablando con Ema, quien estaba a su lado– Izan – dijo Brenda al levantar la vista y verlo entrar– Ema, nos dejas solos, tengo que hablar con Brenda– No, Ema no te vayas – Brenda cogió a la hija de la cocinera de la muñeca cuando ésta se ponía de pie para retirarse– Brenda, es importante, por favorEma los observó unos segundos en silencio sin saber bien
Capítulo 54 –responsable pero no culpableNarrador:Luego de dejar a Brenda, Izan volvió al despacho de Mateo– ¿Hablaste con ella?–Sí, lo hice– Te despediste– Digamos que sí– Bueno, mejor entonces, ahora vuelve a la finca, mañana haré vaciar el dormitorio y te enviaré tus cosas, será mejor que permanezcas un tiempo allí hasta que yo vea como resuelvo esto y espera mi llamada, trata de no dejarte ver, al menos por un tiempo– Como quieras, esperaré tu llamada entonces – se dirigía hacia la puerta, pero antes de salir volteó y le dijo a su hermano – quiero que sepas que realmente me pone muy feliz verte de pie por fin otra vez– Si, Izan créeme que lo séMateo:Toda la vida he tenido que lidiar con mi hermano Izan que, ya que pese a ser 5 minutos mayor que yo, parecía 10 años menor. Mi madre siempre lo consintió mucho, pues decía que necesitaba más atención que yo, que era más débil, por su parte, mi padre, lo consideraba el hijo conflictivo, al que no se le podía confiar nada en ab