Capítulo 37 – Te odio…
Narrador:Mateo y Brenda comenzaron a forjar una relación de pareja‒ Sé que va a ser difícil los primeros tiempos – le había dicho él durante un almuerzo, a las orillas del Mar Mediterráneo, en un apartado lugar de una de las islas griegas‒ No, que va, tú lo haces todo muy sencillo para mí – le respondió mientras acariciaba su mejilla, él besó su mano‒ Sabes que me gusta cuando haces eso, y enloquezco cuando me miras así‒ ¿Así como?‒ Como una ni*ña traviesa que quiere jugar‒ Pensé que era más como una mujer fatal tratando de seducirte‒ ¡No cariño! – y soltó a reír a carcajadas – eso te aseguro que no‒ ¡Ufa Mateo! Eres cruel – he hizo un gesto de enfado‒ Te aseguro que no, ahora pareces una ni*&ntildCapítulo 38 – Tú me protegesBrenda:Escuchar salir esas palabras de la boca de Mateo hicieron impacto en mi corazón, él eraamable, dulce y me hacía sentir un placer cuando me tocaba que no podría describirlo, peroel fantasma de Izan me perseguía, ¿por qué la vida me castigaba de ésta manera?, con miesposo tenía algo especial, algo que con su hermano no tendría jamás, ¿por qué carajosseguía pensando en él entonces? Izan había sido cruel conmigo, hasta había abusado demí, no con violencia, pero abusado al fin, sin embargo no lo podía sacar de mi mente‒ ¿En qué piensas mi amor? – me había preguntado Mateo‒ En que ya solo queda hoy y mañana para que regresemos – era más que obvio queno le iba a decir que pensaba en su hermano y que aún se estremecía mi cuerpo alhacerlo‒ Sin duda no quieres hacerlo, pues estos últimos dos días has estado algo ausentey tensa‒ Mateo – y me senté en su regazo pasando mis brazos por su cuello para abrazarlo– son muchos cambios de golpe, trata de
Capítulo 39 – Hablar con IzanNarrador:Ya de regreso en la mansión, Brenda había ingresado a la habitación de Mateo luego de la cena y de que Morice le ayudara a acostarse.‒ ¿Qué haces aquí Brenda?‒ Sé que dijiste que no puedo dormir contigo y lo entiendo, ¿pero puedo recostarme a tu lado mientras no dormimos y conversamos un rato?‒ Sí mi amor, ¡claro que sí!, ven – y estiró su brazo para que ella se acunara a su lado recostando su cabeza en el pecho de su esposoCon el correr de los días, Brenda seguía preguntando a Mateo sobre su se*xualidad‒ Yo sé que te he preguntado sobre el tipo de intimidad que tenemos, pero sigo sin entenderlo‒ ¿Qué es lo que no entiendes Brenda, de lo que te he explicado?‒ Tú no puedes tener se*xo conmigo‒ En eso estás equivocada, si lo tenemos, solo q
Capítulo 40 – Asunto familiarNarrador:‒ Qué bueno que me llamaras – le dijo Yuli a Izan, al saludarlo cuando se encontraron en el restaurante‒ Me alegra que pudieras venir‒ ¿Dónde has estado Izan?‒ Ya sabes Yuli, un poco aquí y otro poco por allá‒ Es que desapareciste, te he llamado infinidad de veces y no me atendiste las llamadas‒ Estaba ocupado‒ ¿Ocupado Izan? Si tú no haces nada, todo lo hace tu hermano‒ No tienes ni idea de lo que es mi vida‒ ¿Por qué no me cuentas?‒ Yuli, ¿en serio? – la miró por encima de la carta de menú que estaba ojeando – pidamos la comida‒ Bien, como deseesEllos cenaron sin demasiada conversación y se retiraron a la finca donde Izan estaba viviendo.‒ ¿Te quedas esta noche? – Izan tomó a Yuli por la cintura y la pegó a él‒ ¿Tú que quieres cariño? – le respondió sonriendo mientras le acariciaba la mejilla‒ Que te quedes, sino no te hubiera llamado – y la besó‒ Entonces no se diga más cariño, soy toda tuya, como siempre‒ Disculpe señor Amery
Capítulo 41 – Si eso es lo que quieresNarrador:Para estas alturas Brenda respiraba con suma dificultad, pero Izan no estaba menos ansioso, solo que lo disimulaba muy bien‒ ¿Darle un heredero?‒ Sí‒ Creí que ese trato había caducado‒ Sí lo hizo, pero yo quiero retomar las conversaciones‒ ¿Retomar las conversaciones? – y largó a reír – Pareces una empresaria tratando de cerrar un trato‒ No soy una empresaria, pero quiero cerrar un trato con usted, si me lo permite‒ ¿Si te lo permito? – se puso de pie, se sentó junto a ella y mirándola directamente a los ojos, prosiguió – yo a ti te permito lo que quieras – se pasó el dedo pulgar por el labio inferior – pero para empezar a negociar, solo tengo una condición‒ ¿Una condición? – preguntó temerosa‒ S&iacu
Capítulo 42 – ¿lo quieres por escrito?Narrador:Izan no podía creer lo que estaba viendo, Brenda en ropa interior se*xy, parada frente a él, ofreciéndose por completo.‒ ¿Trajiste las tijeras?‒ Esto no es una broma Izan, si tanto me quieres, aquí estoy para tiÉl se acercó muy lentamente hasta quedar casi pegado a ella. Le pasó la nariz por el rostro, hasta oler su pelo. Sentía como ella se agitaba con su contacto y comenzaba a temblar, recordó la primera vez que estuvo con ella, pero en esta ocasión había algo diferente, ella no se resistía. Le pasó los dedos por el largo de sus brazos, comenzando desde las muñecas hasta culminar en sus hombros, los cuales masajeó con delicadeza‒ ¿Estás segura de querer hacer esto Brenda? – volvió el espasmo que causaba en ella al decir su nombre, ese que se había mantenido oculto durante la conversación reciente – dime si lo pensaste mejor y quieres que me detenga – le decía agitando sus cabellos con el aliento, pero ella permanecía en silencio y
Capítulo 43 – SuciaNarrador:Ella sonrió, por primera vez estando con él, le apoyó la mano en la entrepierna y le aprisionó el miem*bro, por sobre el pantalón, con fuerza‒ No solo la cabeza te va a explotar – le susurró‒ Tienes razón – le respondió en un gemidoLa volvió a besar y la levantó en brazos, haciendo que ella le rodeara la cadera con las piernas. Así la llevó hasta la cama y la depositó con delicadeza. Dejó su boca tranquila y atacó su cuello, bajando hasta sus pechos, los que liberó del sostén para poder así pasar la punta de la lengua y ver como se endurecían, mientras ella no dejaba de jadear. Pero no quedó allí, siguió bajando y le quitó las bragas, allí solo rozó su intimidad varias veces‒ Hazlo, sé que quieres que te lo pida – levantó la cabeza y se encontró con los ojos de Izan mirándola fijamente – hazlo, te lo suplicoÉl sonrió y, luego de sacar la lengua para mostrársela, se internó en su pelvis, haciendo que Brenda comenzara a gemir hasta casi gritar. Pero cu
Brenda:Mateo se había ido de viaje de negocios, como acostumbraba a hacer y no tuve mejor idea que ir a hablar con su hermano a la finca. ¿A quién quería engañar?, me había estado diciendo, todo el día, que le convencería de que me donara su esperma para una inseminación artificial, pero me había puesto un conjunto de ropa interior exactamente igual al que él me había dejado sobre la cama con la rosa roja. Ese conjunto lo había comprado en el viaje a Grecia, mi idea era comprar algo se*xy para lucir con Mateo, pero el subconsciente me jugó una mala pasada y terminé comprando uno igual al que me había dado Izan. Así que, me llené de vergüenza, y lo guardé. Pero hoy, al abrir la mesa de noche vi las tijeras y me lo recordaron. No dejaba de pensar en esa noche y todas las demás noches, incluso en la de la finca, cuando entró en mí por primera vez, bueno en realidad por única vez. Esas imágenes me acompañaron durante todo el maldito día sin dejarme en paz. Por eso cuando llegó la hora de
Capítulo 45 – me ha dicho que me amaNarrador:Habían pasado un par de días desde que Brenda se marchara de la finca luego de tener su encuentro romántico con Izan. Esa mañana había llegado Mateo de su viaje‒ Hola mi amor – corrió ella para saludarle ni bien lo encontró en su despacho‒ Brenda cielo – le respondió abriendo sus brazos para recibir el abrazo de su esposa‒ Te extrañé mucho, no sabía que habías llegado‒ Supuse que estarías durmiendo y no quise despertarte‒ Pues debiste – se sentó sobre sus piernas y le plantó un beso que dejó a Mateo sin respiración – te dije que te he extraño y necesito que vengas conmigo de inmediato a mi habitación‒ Mi amor, adoro cuando te pones así de cariñosa…‒ En este momento lo mío no es cariño, es deseo Mateo – lo interrumpió‒ Por más que me guste cuando te veo excitada y desee pasar mi lengua por todo tu cuerpo hasta oírte gritar, no puedo‒ ¿No puedes? – preguntó desconcertada – ¿no puedes o no quieres? – se levantó del regazo de Mateo y