Megan solo la había visto una vez en su vida, no la conocía, pues nunca había hablado o tratado con Rosalyn directamente, pero por las declaraciones de Albert de esa misma mañana, Megan ya suponía que esta inesperada visita, iba a salir mal.—Mami te vino a visitar una amiga… — Explicaba April. — ¿Verdad que es muy bonita?, casi como tú, mamá, ¿por qué no vino antes?Rosalyn volteó los ojos, conteniendo una sonrisa al escuchar la absurda comparación de la niña, ¿ella casi tan bonita como su mamá?, definitivamente el amor era ciego, sopesaba.—Sí, cielo, es muy linda… — Megan se agachó ligeramente, junto a April. — ¿Por qué no dejas que tu mami hable un momento a solas con la señorita?, tenemos que conversar sobre cosas de adultos… — Le explicó Megan a April.—Pero, mami…—¿Te digo que…? — Megan buscó algo en su bolsillo. — Ten, toma mi teléfono, puedes usarlo unos minutos con los audífonos, ¿bien? — Megan le tendió el aparato a la niña, quien de inmediato brilló de la emoción
Quizás esa chica podía llamarla fea o desaliñada, pero no podía inventar que Megan tenía engañado a Albert, no ahora que la conciencia de Megan ya estaba tranquila, pues ella ya le había contado casi todo a Albert. Él ya sabía de su disfraz y por qué se escondía, sabía de su hija y sobre lo sucedido con el padre de la niña. Para Megan, Albert ya lo sabía prácticamente todo, solo le faltaba contarle de Gianfranco, lo cual no había tenido la oportunidad de hacerlo, pues últimamente parecía haber cada traba para evitar que estuvieran solos. Y aun así, con todo lo que Albert sabía, él no la había juzgado, todo lo contrario, Albert la había arropado y apoyado, haciéndola sentir, por primera vez en mucho tiempo, segura. No iba a dudar de él y ya no iba a tener más miedo, Megan estaba armada de valor. — Váyase de mi casa… — Soltó Megan, dándose la media vuelta para entrar en su apartamento antes de estallar. — ¿Me estás corriendo? — Preguntó Rosalyn indignada. ¿Quién se había cr
—Cielo, ¿por qué no vamos con los demás y presentamos a Megan y a April con toda la familia? — Máximo se acercaba, hablándole a Isabella, quien reaccionó de inmediato con la voz de su esposo.—Sí, es cierto, ¡qué modales los míos!, pasen adelante, todos están en la sala esperando. — Sonrió Isabella, encantada.Megan asintió tenuemente, todavía muy nerviosa, al tiempo que April seguía aferrada a ella, ambas entraron en la sala junto a Máximo, quien se sentía con el deber de presentarlas como el actual cabecilla de la familia.Albert e Isabella se habían quedado más atrás.—Papá… ¿Nos acompañas? — Musitó con timidez April, hacia Albert.—Claro, cariño, ya las alcanzo. — Respondió Albert con una sonrisa, sin siquiera notar la expresión de sorpresa de sus padres.Máximo pareció paralizarse por un instante ante la escena, ¿la niña había llamado a Albert “papá”?, y aunque se reventaba por dentro por pedir explicaciones a su hijo, Máximo se contuvo por la niña, quien era inocente.
Para cuándo la cena terminó, Máximo invitó a toda la familia al salón de juegos, pues seguirían aprovechando el tiempo juntos.—La reunión que convocaste, se hará mañana por la noche, Albert, antes de que llegaras, les avisamos a todos… Tu padre y yo pensamos que estaba bien pasar primero una noche como familia… — Le aclaró Isabella a Albert, cuando entraban en el salón. — Hacía mucho que no nos reuníamos de esta manera…—Está bien, madre, eso favorece mis planes y para eso, necesito pedirte un favor… — Contestó Albert de forma discreta.—¿Qué sucede? — Isabella se detuvo frente a su hijo, extrañada.—Me gustaría aprovechar que Mari se llevará a Megan y a April durante la mañana, para organizar algo especial para Megan…—¿Especial? — Isabella miró a Albert con cierta sospecha.—Sí, solo que, todavía no estoy seguro de como hacerlo, quizás un pícnic o una cena en la pérgola del jardín, no lo sé, eso me tiene nervioso… — Albert se pasó la mano por el cuello, pensativo. — Per
A la mañana siguiente, tal como estaba pautado, Mari acosó a Megan desde muy temprano para que la acompañara a ir de compras junto a April.La chica era insistente y bastante autoritaria, de tienda en tienda, prácticamente obligó a Megan a probarse ropa y vestidos que Megan jamás se hubieran probado por sí misma.Con la tonta excusa de que la ropa era para Mari y que solo quería verla puesta en el cuerpo de Megan para saber cómo lucía, Mari terminó comprando casi todo lo que Megan se probó.Fue mucho más divertido para Mari escoger los vestidos para April, en este caso, la niña quiso probarse todo y declaraba que todo le quedaba bien.Mientras que Megan tenía que controlar que las lágrimas se le salieran al ver a su hija tan feliz y hermosa, modelando todo tipo de vistosos vestidos que jamás pudo comprarle.Luego de escoger todo un repertorio de vestidos de princesas y pasar por varias jugueterías, tanto April como Daniel, el prometido de Mari, estaban tan cansados que rogaban po
April corrió hacia su madre, enganchándose en sus piernas con un abrazo muy apretado, la niña estaba que no podía de la emoción.—Estás bellísima mami… — Murmuró April restregando su carita contra el vestido que cargaba Megan. — Eres la mami más bonita del mundo.—Mi cielo… — Megan sujetó a su hija por los hombros con suavidad, apartándola ligeramente para agacharse hasta donde el vestido le permitía. — Muchas gracias, mi April, pero recuerda, es mucho mejor cuando las personas tienen un corazón bonito, sin importar como se vean en el exterior, ¿sí?—Sí, mamita, por eso tú eres la mejor, porque tienes el corazón más bonito y también eres la mami más bonita. — Contestó April acariciando la mejilla de Megan con su pequeña manito, al tiempo que a su mamá se le escapaba una lágrima.Ella siempre había pensado que lo hacía mal, que era una terrible madre, que no había podido ofrecerle nada bueno a su hija, pero las palabras de April, le daban consuelo.Aun con todas las necesidades
—¿Qué? — Albert seguía estático.Mientras que Megan continuaba pensando, analizando, su mirada se desviaba de un lado para otro al tiempo que su respiración se agitaba.Albert apretó la cajita que tenía en la mano sintiendo como se le rompía todo por dentro, ¿qué estaba sucediendo?, no era así como se había imaginado lo que sucedería.Hasta que por fin, ella habló.—Albert, yo… No entiendo nada de lo que dices…—Bueno, yo trato de… Pedirte matrimonio. — Soltó Albert exhalando su aliento, nervioso.El corazón de Megan dio un pequeño sobresalto, pero las palabras que Albert había dicho, su discurso, no salían de la mente de ella.—No, no esa parte… ¿Cómo es eso de que nos conocimos en una fiesta hace cinco años y que pasamos la noche juntos? — Preguntó Megan, comenzando a agitarse. — Debes estar confundiéndome con alguien más…—Megan… ¿Qué?, ¿qué estás diciendo? — Ante esa afirmación, Albert se olvidó momentáneamente de su propuesta, soltando la cajita y levantándose, muy s
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Albert, en sus ojos brillaban la esperanza y la emoción mientras apretaba los sobres en sus manos sintiendo algo de culpa.—Megan, lo lamento… No te lo había dicho antes, no tuve oportunidad…—¿Qué cosa? — Ella lo miró extrañada.—Yo… Pasé esa increíble noche contigo, te busqué por mucho tiempo… — Albert se acercó y levantó su mano libre para deslizar la punta de los dedos por la mejilla de Megan. — Y cuando descubrí lo de tu disfraz, quién eras en realidad, me sentí tan afortunado por haberte encontrado… Pero entonces… Nació una pequeña duda…—Albert, ¿de qué hablas? — Insistió Megan, sonriendo tenuemente al tiempo que arrugaba el entrecejo, confundida.—Cuando te pregunté por el padre de April y me contaste todo lo que pasó, de verdad te creí, nunca pensé que mintieras, pero… — Albert la veía fijo a los ojos. — Siempre tuve la pequeña esperanza de que hubiera algún error, que te hubieras equivocado con alguna fecha o lo que sea, que oc