Para cuándo la cena terminó, Máximo invitó a toda la familia al salón de juegos, pues seguirían aprovechando el tiempo juntos.—La reunión que convocaste, se hará mañana por la noche, Albert, antes de que llegaras, les avisamos a todos… Tu padre y yo pensamos que estaba bien pasar primero una noche como familia… — Le aclaró Isabella a Albert, cuando entraban en el salón. — Hacía mucho que no nos reuníamos de esta manera…—Está bien, madre, eso favorece mis planes y para eso, necesito pedirte un favor… — Contestó Albert de forma discreta.—¿Qué sucede? — Isabella se detuvo frente a su hijo, extrañada.—Me gustaría aprovechar que Mari se llevará a Megan y a April durante la mañana, para organizar algo especial para Megan…—¿Especial? — Isabella miró a Albert con cierta sospecha.—Sí, solo que, todavía no estoy seguro de como hacerlo, quizás un pícnic o una cena en la pérgola del jardín, no lo sé, eso me tiene nervioso… — Albert se pasó la mano por el cuello, pensativo. — Per
A la mañana siguiente, tal como estaba pautado, Mari acosó a Megan desde muy temprano para que la acompañara a ir de compras junto a April.La chica era insistente y bastante autoritaria, de tienda en tienda, prácticamente obligó a Megan a probarse ropa y vestidos que Megan jamás se hubieran probado por sí misma.Con la tonta excusa de que la ropa era para Mari y que solo quería verla puesta en el cuerpo de Megan para saber cómo lucía, Mari terminó comprando casi todo lo que Megan se probó.Fue mucho más divertido para Mari escoger los vestidos para April, en este caso, la niña quiso probarse todo y declaraba que todo le quedaba bien.Mientras que Megan tenía que controlar que las lágrimas se le salieran al ver a su hija tan feliz y hermosa, modelando todo tipo de vistosos vestidos que jamás pudo comprarle.Luego de escoger todo un repertorio de vestidos de princesas y pasar por varias jugueterías, tanto April como Daniel, el prometido de Mari, estaban tan cansados que rogaban po
April corrió hacia su madre, enganchándose en sus piernas con un abrazo muy apretado, la niña estaba que no podía de la emoción.—Estás bellísima mami… — Murmuró April restregando su carita contra el vestido que cargaba Megan. — Eres la mami más bonita del mundo.—Mi cielo… — Megan sujetó a su hija por los hombros con suavidad, apartándola ligeramente para agacharse hasta donde el vestido le permitía. — Muchas gracias, mi April, pero recuerda, es mucho mejor cuando las personas tienen un corazón bonito, sin importar como se vean en el exterior, ¿sí?—Sí, mamita, por eso tú eres la mejor, porque tienes el corazón más bonito y también eres la mami más bonita. — Contestó April acariciando la mejilla de Megan con su pequeña manito, al tiempo que a su mamá se le escapaba una lágrima.Ella siempre había pensado que lo hacía mal, que era una terrible madre, que no había podido ofrecerle nada bueno a su hija, pero las palabras de April, le daban consuelo.Aun con todas las necesidades
—¿Qué? — Albert seguía estático.Mientras que Megan continuaba pensando, analizando, su mirada se desviaba de un lado para otro al tiempo que su respiración se agitaba.Albert apretó la cajita que tenía en la mano sintiendo como se le rompía todo por dentro, ¿qué estaba sucediendo?, no era así como se había imaginado lo que sucedería.Hasta que por fin, ella habló.—Albert, yo… No entiendo nada de lo que dices…—Bueno, yo trato de… Pedirte matrimonio. — Soltó Albert exhalando su aliento, nervioso.El corazón de Megan dio un pequeño sobresalto, pero las palabras que Albert había dicho, su discurso, no salían de la mente de ella.—No, no esa parte… ¿Cómo es eso de que nos conocimos en una fiesta hace cinco años y que pasamos la noche juntos? — Preguntó Megan, comenzando a agitarse. — Debes estar confundiéndome con alguien más…—Megan… ¿Qué?, ¿qué estás diciendo? — Ante esa afirmación, Albert se olvidó momentáneamente de su propuesta, soltando la cajita y levantándose, muy s
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Albert, en sus ojos brillaban la esperanza y la emoción mientras apretaba los sobres en sus manos sintiendo algo de culpa.—Megan, lo lamento… No te lo había dicho antes, no tuve oportunidad…—¿Qué cosa? — Ella lo miró extrañada.—Yo… Pasé esa increíble noche contigo, te busqué por mucho tiempo… — Albert se acercó y levantó su mano libre para deslizar la punta de los dedos por la mejilla de Megan. — Y cuando descubrí lo de tu disfraz, quién eras en realidad, me sentí tan afortunado por haberte encontrado… Pero entonces… Nació una pequeña duda…—Albert, ¿de qué hablas? — Insistió Megan, sonriendo tenuemente al tiempo que arrugaba el entrecejo, confundida.—Cuando te pregunté por el padre de April y me contaste todo lo que pasó, de verdad te creí, nunca pensé que mintieras, pero… — Albert la veía fijo a los ojos. — Siempre tuve la pequeña esperanza de que hubiera algún error, que te hubieras equivocado con alguna fecha o lo que sea, que oc
¿Cómo se le explicaba a una niña pequeña lo que sucedió entre Megan y Albert?, ¿el encuentro íntimo que tuvo ella con un desconocido, quien nunca supo de la existencia de su propia hija?Por más que Megan lo pensaba, no había manera de decirlo, por lo menos no en ese momento.—No, no, no, cielo, no digas eso, tu papi nunca se olvidaría de ti, yo… Ya te lo dije, todo fue una confusión… — Explicó Megan con toda la dulzura del mundo, al tiempo que veía como los ojos de April se cristalizaban.—Pero él no nos buscó, mamá… — Gimió April haciendo un puchero. — Y cuando volvió, tampoco me dijo que era mi papá de verdad, ¿por qué?, ¿no nos quería? — La niña se abalanzó en el cuello de Megan, abrazándola con fuerza y escondiendo el rostro en su hombro, se escuchaba a April hipar.—No, April, por favor no pienses eso… — Megan la abrazó, sintiendo como se le quebraba el alma con cada estremecimiento de la niña que lloraba en su hombro.Mientras que Albert contemplaba con el corazón roto,
—¿Tan malo así fue? — Isabella dio un paso hacia adelante con evidente preocupación. — ¡Por Dios! Albert, ¿acaso Rosalyn te acosó?, ¿intentó hacerte algo?—No, fuera de crear el chisme de que estábamos por comprometernos, pero sí intentó atacar a Megan. — Aclaró Albert, dejando a sus padres pasmados por la sorpresa. — Afortunadamente, nada malo sucedió y aproveché la entrevista para aclararlo todo, inclusive me tomé la libertad de poner un par de demandas en su contra y hacerlas públicas, para que no vuelva a acercarse.—Lo lamento mucho, Albert, de haberlo sabido… — Intentó disculparse Isabella, cuando Máximo se adelantó, posando una mano sobre el hombro de Albert, mirándolo fijo, él veía bastante avergonzado.—Albert… Nuestra intención nunca fue crearte tal molestia, solo te arreglamos una cita porque tu situación nos preocupaba, ¿entiendes? — Aclaró Máximo. Albert asintió. — Hablaré con los padres de Rosalyn directamente, ellos sabrán ponerla a raya… Será lo mejor para mante
—Así fue, hace mucho tiempo… El día de la fiesta en que nos conocimos, hace cinco años… — Comenzó Megan, dirigiendo una mirada insegura a Albert. — Gianfranco me invitó como su acompañante, llevábamos apenas unos tres meses saliendo… Lo conocí en la empresa en la que trabajaba, también era mi jefe… Megan se detuvo, la voz le temblaba, había duda en su mirada y expresión, sin embargo, ella ya se había propuesto desde hacía mucho en contar todo.—Albert, cuando me dijiste que me habías estado buscando durante todo este tiempo, yo pensé… Pensé que me buscabas precisamente por petición de Gianfranco. — Soltó Megan repentinamente.—¿Qué?—El día de la fiesta, Gianfranco fue precisamente con la intención de conocerte, era un nuevo inversionista en esa empresa y su deseo era acercarse a ti, hacer amistad, colarse entre la crema y nata de la sociedad, los más poderosos… Pensé que lo había logrado y que te había inventado alguna mentira sobre mí, para luego pedirte que usarás el poder