— Así es, ¿no viste a la prensa afuera?, ¿cómo el personal preparaba todo?, en cuestión de minutos el señor Collins saldrá a dar el anuncio. — Aseguró Dayana, viendo con satisfacción como la expresión de Megan se quebraba lentamente. — Te compadezco, pero debías saber que el señor, jamás te tomaría en serio, eso era obvio. — Murmuró con un tono burlón.— No, no, no… Eso no puede ser cierto. — Musitó Megan, cerrando los ojos e inspirando profundo, sintiendo como se asfixiaba mientras caía en un ataque de pánico.— Si lo es, aquí está la prueba y aunque nunca nos llevamos bien, entiendo como te debes sentir… — Siguió Dayana por lo bajo. — Soy una mujer, al igual que tú, aunque no lo creas, a mí también me han engañado los hombres… — Siguió echándole sal a la herida, despertando el recuerdo de Megan cuando Gianfranco, su exnovio, la engañó, arruinándole la vida.— No puede estar pasando de nuevo… — Musitó Megan, llevándose las manos a su rostro, mientras intentaba procesar todo con la res
Albert avanzó a paso firme con Megan de la mano, pero unos pasos después, cuando estuvieron frente al bullicio de la gente, las cámaras y la vista de los curiosos, Albert sintió como la mano de Megan soltó la de él.Al voltear, Megan se había camuflado entre otros integrantes del staff de organizadores que estaban sobre la tarima, ella se notaba nerviosa, manteniendo la mirada baja y ocultando su rostro.Sintiéndose algo contrariado, Albert arrugó el entrecejo, pero él entendía que ella podía estar asustada y confundida frente a tanta gente, quizás necesitaba un momento, por lo que él recuperó su semblante solemne y volvió a girarse hacia el público que lo esperaba.Un pequeño podio estaba dispuesto con un micrófono, luego de saludar y agradecer a los presentes por atender a su llamado, tanto a la prensa como a los empleados, Albert pasó directo a los anuncios.—Hoy, en nombre de toda mi familia, quiero agradecer a todas las personas que han confiado en nuestras empresas: nuestro
Albert soltó la cajita lentamente, sacó la mano del bolsillo y rodeo a Megan en un abrazo protector, besando su cabellera con delicadeza.—Esas son todas las declaraciones que daré el día de hoy, gracias. — Voceo Albert una vez más, hacia el micrófono y con Megan entre sus brazos, se giró para adentrarse de nuevo en la empresa, ignorando los gritos y montones de preguntas de los reporteros presentes.Ella no se merecía esto, él deseaba pedirle matrimonio, casarse ya mismo con ella, si era posible, pero no de esta manera, para Albert, Megan se merecía mucho más que un show público de demostración.Luego de tantos años buscándola y esperándola, ella se merecía una declaración llena de romance y significado, sin timidez y sin miedos.—Albert… — Gimió Megan, levantando la vista, cuando se sintió a salvo, fuera de los focos.—Tranquila, ya todo pasó… — Murmuró Albert, sin soltarla de su abrazo.Juntos se dirigieron a la salida trasera de la empresa, la cual estaba resguardada y dó
—¡Señor!, ¿lo vio? — Un hombre entró abruptamente en la oficina.—Sí, acabo de ver la noticia, toda la declaración de Albert Collins… — Gianfranco apagó el televisor que tenía puesto en una de las paredes, frente a su escritorio.—Esa mujer tiene el mismo nombre de la chica que estuvimos buscando, lo recuerdo… ¿Podría ser ella? — Preguntó el hombre, llamado Luis, quien había sido una de las manos derechas de Gianfranco por años.—Bajo otras circunstancias, te hubiera dicho que no… Esa mujer tan fea no tiene ni un toque de la belleza natural de Megan, se ve asquerosa… Pero…Gianfranco se quedó pensativo por un instante, pasándose la mano por su barbilla, con esa mirada diabólica que causaba escalofríos en sus enemigos.—Pero sería demasiada coincidencia que Albert Collins, anuncie una relación con una Megan Smith, cuando sé perfectamente que él la estuvo buscando y justo cuando anuncia una auditoría a sus empresas…—¿Señor? Eso arruina nuestros planes… — Respondió Luis, tem
Megan solo la había visto una vez en su vida, no la conocía, pues nunca había hablado o tratado con Rosalyn directamente, pero por las declaraciones de Albert de esa misma mañana, Megan ya suponía que esta inesperada visita, iba a salir mal.—Mami te vino a visitar una amiga… — Explicaba April. — ¿Verdad que es muy bonita?, casi como tú, mamá, ¿por qué no vino antes?Rosalyn volteó los ojos, conteniendo una sonrisa al escuchar la absurda comparación de la niña, ¿ella casi tan bonita como su mamá?, definitivamente el amor era ciego, sopesaba.—Sí, cielo, es muy linda… — Megan se agachó ligeramente, junto a April. — ¿Por qué no dejas que tu mami hable un momento a solas con la señorita?, tenemos que conversar sobre cosas de adultos… — Le explicó Megan a April.—Pero, mami…—¿Te digo que…? — Megan buscó algo en su bolsillo. — Ten, toma mi teléfono, puedes usarlo unos minutos con los audífonos, ¿bien? — Megan le tendió el aparato a la niña, quien de inmediato brilló de la emoción
Quizás esa chica podía llamarla fea o desaliñada, pero no podía inventar que Megan tenía engañado a Albert, no ahora que la conciencia de Megan ya estaba tranquila, pues ella ya le había contado casi todo a Albert. Él ya sabía de su disfraz y por qué se escondía, sabía de su hija y sobre lo sucedido con el padre de la niña. Para Megan, Albert ya lo sabía prácticamente todo, solo le faltaba contarle de Gianfranco, lo cual no había tenido la oportunidad de hacerlo, pues últimamente parecía haber cada traba para evitar que estuvieran solos. Y aun así, con todo lo que Albert sabía, él no la había juzgado, todo lo contrario, Albert la había arropado y apoyado, haciéndola sentir, por primera vez en mucho tiempo, segura. No iba a dudar de él y ya no iba a tener más miedo, Megan estaba armada de valor. — Váyase de mi casa… — Soltó Megan, dándose la media vuelta para entrar en su apartamento antes de estallar. — ¿Me estás corriendo? — Preguntó Rosalyn indignada. ¿Quién se había cr
—Cielo, ¿por qué no vamos con los demás y presentamos a Megan y a April con toda la familia? — Máximo se acercaba, hablándole a Isabella, quien reaccionó de inmediato con la voz de su esposo.—Sí, es cierto, ¡qué modales los míos!, pasen adelante, todos están en la sala esperando. — Sonrió Isabella, encantada.Megan asintió tenuemente, todavía muy nerviosa, al tiempo que April seguía aferrada a ella, ambas entraron en la sala junto a Máximo, quien se sentía con el deber de presentarlas como el actual cabecilla de la familia.Albert e Isabella se habían quedado más atrás.—Papá… ¿Nos acompañas? — Musitó con timidez April, hacia Albert.—Claro, cariño, ya las alcanzo. — Respondió Albert con una sonrisa, sin siquiera notar la expresión de sorpresa de sus padres.Máximo pareció paralizarse por un instante ante la escena, ¿la niña había llamado a Albert “papá”?, y aunque se reventaba por dentro por pedir explicaciones a su hijo, Máximo se contuvo por la niña, quien era inocente.
Para cuándo la cena terminó, Máximo invitó a toda la familia al salón de juegos, pues seguirían aprovechando el tiempo juntos.—La reunión que convocaste, se hará mañana por la noche, Albert, antes de que llegaras, les avisamos a todos… Tu padre y yo pensamos que estaba bien pasar primero una noche como familia… — Le aclaró Isabella a Albert, cuando entraban en el salón. — Hacía mucho que no nos reuníamos de esta manera…—Está bien, madre, eso favorece mis planes y para eso, necesito pedirte un favor… — Contestó Albert de forma discreta.—¿Qué sucede? — Isabella se detuvo frente a su hijo, extrañada.—Me gustaría aprovechar que Mari se llevará a Megan y a April durante la mañana, para organizar algo especial para Megan…—¿Especial? — Isabella miró a Albert con cierta sospecha.—Sí, solo que, todavía no estoy seguro de como hacerlo, quizás un pícnic o una cena en la pérgola del jardín, no lo sé, eso me tiene nervioso… — Albert se pasó la mano por el cuello, pensativo. — Per