Dayana Berlusconi
El camino que lleva el señor Bristol me es muy conocido, ya que igual reconozco a la causante de tantos problemas en mi vida. Después de la muerte de mi padre me he era muy difícil conciliar el sueño y no me quedo de otra que recurrir a estas pastillas, pero termine volviéndome dependiente y no he había dado cuenta hasta que conocí a ese hombre al que le di todo y termino destruyendo la poca inocencia que conservaba.
Suspiro, ya que no todo fue malo y este fue quien me ayudo a salir de donde estaba metida construyendo un nuevo vicio en mi vida: sexo. Es la manera más fácil de descargar frustraciones, energía y liberar la mente como hace cualquier droga en este mundo.
Cuando aprendí que esto no solo era una forma de relac
Donovan Bristol No logre alcanza a Dayana y no sé si he sido muy duro con ella al reclamarle de esa manera, suspiro y paso una mano por mi cabello «¿Cómo m****a terminamos así? » pienso mientras observo mi teléfono con ganas de marcarle pero estoy seguro de que no responderá mis llamadas. La rubia se miraba muy enojada pero no me gusta que su nombre recorra las áreas de la empresa diciendo que es una problemática, ya que esto puede afectarnos a ambos. Después de resolver algunos pendientes y quedando en que debo salir a las diez de la noche hacia una reunión en Dakota del sur que será mañana fui a su oficina esperando encontrarla pero no está en ese lugar por lo que recurro a llamar a uno de los escoltas que le asigne y me indica que se encuentra en su apartamento, no tendré tiempo para ir allí y organizar mi
Dayana Bristol —¿De qué habla? —cuestiono y esta me mira con una expresión neutra. —Ya veo que te mantiene ignorante de todo, pero si quieres saber más aléjate de él y prometo darte toda la información que quieras, —sin duda esta mujer no tiene escrúpulos. —Si Donovan no me ha contado eso, tal vez tiene sus razones y las respeto. Ahora le pido que se marche, —solicito. —Tarde o temprano te caerás oportunista. —Se marcha con su pelo airado mientras que la miro «Maldita arpía» pienso. Suspiro y emprendo mi camino nada más y nada menos
Dayana Berlusconi No me pasa desapercibido el dolor que cruza por sus ojos azules alumbrados por el relámpago que acelera mi corazón de sobre manera, Donovan permanece cayado con una expresión oscura y pensativa. —Donovan, —lo llamo. —¿Le creíste? —cuestiona. —No confió en ella, pero si en ti y quiero que me digas que sucede, —suspira y se sienta para pasar una mano por su cabello, niega. —No puedo hablar de eso Dayana. —¿Entonces es verdad lo que dice? —cuestiono con miedo. —Sí, —se gira y alcanza la pastilla para e
Donovan Bristol FlashbackDespierto con un fuerte dolor en mi cabeza mientras trato de enfocar. Mi vista se encuentra borrosa y mis oídos zumban, no puedo evitar hacer una mueca y trato de moverme pero no puedo. —Está despertando, —anuncia una voz desconocida y logro enfocar mejor a una persona enmascarada frente a mí. —Por favor no lo lastimen, —solloza la voz de mi hermana, miro hacia donde esta y se encuentra en una silla atada. En ese momento me doy cuenta de que estoy suspendido en el aire, sujetado de mis brazos y mi torso se encuentra desnudo. —Esto será un incentivo para tu padre, —informa.&n
Dayana Berlusconi No pude contener las lágrimas al escucharlo contarme con tanto dolor en su mirada y su voz por lo que tuvo que pasar. Es horrible ver morir a tu hermana y lo peor de todo es todo el tiempo que permaneció a su cuerpo sin vida, Donovan ha pasado por mucho y el sufrimiento es notable en sus ojos azules. —Cuando me llevaron al hospital… —Para… —susurro, —es suficiente y no quiero que vivas esa agonía de nuevo. —¿Ahora sigues confiando en que hay un buen hombre en mí? —Cuestiona. —No es tu culpa y nunca será tuya a pesar de que cargues con ella en tu espalda&
Dayana Berlusconi Mi madre se tomó la noticia del viaje muy bien y no le conté que estoy comprometida con Donovan, creo que esto es algo que debe quedar para otro día, ya que sé que vendrán muchas preguntas y no estoy preparada para ellas. —Estas muy pensativa, —murmura.Sus ojos azules me observan con determinación y curiosidad. —No sé cómo contarle a mi madre que me voy a casar, —le digo y me atrevo a pasear mi mano por su espalda desnuda mientras siento su dureza pegada a mi pierna, me acaba de hacer un oral y sus labios están rojos. —Si quieres organizamos una pequeña cena después del viaje y le contamos que nos casaremos. &
Dayana Berlusconi Como si de una pareja se tratase agarrado de las manos Donovan y yo abandonamos el hotel, no me importo mucho y al mismo tiempo me siento protegida cuando hace ese tipo de cosa. Anoche fue muy maravilloso todo, cenamos desnudos y hablamos de cosas sin mucha importancia, el señor Bristol me sedujo y me volvió a tomar hasta quedar ambos dormidos. Aunque sé que todo esto es bajo contrato, no puedo evitar ponerle la etiqueta de amigos con derecho, ya que un jefe y empleada no comparten más de tres secciones de sexo caliente y el señor Bristol y yo llevamos incontables momentos de locuras. Creo que desde que comenzó a tener sexo se comporta distinto, se ve más de su edad y no un ermitaño gruñón. Alexandro se enojara conmigo, ya que no fuimos a su dichosa fiesta y espero entienda que sucedieron cosa
Donovan BristolLa noche apenas acaba de iniciar, no voy a negar que estoy tenso y no me agrada en lo absoluto la idea de relacionarme de manera sexual con otra persona que acabo de conocer, Dayana se muestra relajada mientras toma su segundo Cosmopolitan y yo un segundo vaso de whisky a la roca. —Relájate, —toca mi pierna que muevo de manera impaciente. Suspiro. » ¿Recuerdas que Eric no dejaba que nadie bese a Judith, ni tocaran sus pechos? —Cuestiona y asiento—. Esta noche nadie puede besarte, —me mira con calma. —¿Por qué? &