NARRADORANo podía controlarlos por completo, al menos no sin luchar un poco, ellos no le temían, más bien la luz que había en ella los llamaba a devorar. Nyx odiaba cada vez que tenía que enfrentarse a uno de estos bichos, no sabía cómo su padre y su hermano podían convivir con esas abominaciones. Invocó su Espada de Centellas para ponerlo en su lugar, esos espectros solo entendían por la fuerza del poder, pero antes de dar un paso adelante… —Ya basta—. La voz fría de un hombre se escuchó desde el interior de la sombra espectral que dio un grito agudo. Ahora sí que no se reía tanto. «Oh no, el amo lo había sorprendido haciendo travesuras, ¡solo quería jugar un poco con la lucecita!» Nyx vio salir dos manos desde el estómago del espectro, tiró hacia los lados como rasgando su piel inexistente. El chillido la hizo taparse los oídos y de repente, la sombra de oscuridad se disipó para dejar al descubierto a un hombre joven, saliendo del interior del ser espectral. —Odio cada vez q
NARRADORA—Tío Beof, esto… fue para ayudar a encontrarte con tu mate, mira qué felices se ven—. Nyx respondió con cara de circunstancias. —Tú y yo hablaremos luego, más todas las demás cómplices que ya voy haciéndome una idea de quiénes son, así que Madame de un burdel, ¿no?—. Beof no se podía creer que incluso lo engañó en su cara, ¡y dándole consejos y todo! —Cariño, lo hicieron por mí, yo fui la culpable… —No hay tiempo para esto…—. Nyx interrumpió la escena melosa de su amiga con el guardián. El olor a apareamiento la tenía mareada hasta ella, su parte lobuna no queriendo acercarse mucho a los recién marcados. —Tus padres y los míos van para el feudo De la Croix—. Y con esas palabras, todos se pusieron en tensión. Incluyendo a Beof, que ahora aterrizaba en las cuentas que le tendría que dar al padre de su mate, por desvirgarla en una habitación de burdel, sin siquiera pedirle los buenos días. —Iré a recoger a los gemelos lycan y luego las rastreo en el bosque, no demoro—. B
NARRADORAJoder, verdad que ahora era una lycan marcada y recientemente, ya su compañero estaba incómodo con tantos machos cerca de ella, a pesar de que sabía racionalmente que no eran amenaza ni competencia.—Mara, nos alegra mucho verte y que hayas resultado ser la mate del valiente Beof—. Magnus le dijo, manteniendo la distancia prudente.El lycan blanco se acercó a su compañera, abrazándola dominante. Sus ojos azules le daban una sutil advertencia a los otros machos.—Bueno, y eso que la fiesta de verdad no ha comenzado—. Fenrir agregó guasón, era de los que le encantaba ver el mundo arder.—¿Laziel se volvió a quedar dormido en cualquier sitio?—. Victoria miró más allá a su primo, como siempre desconectado del mundo.—Estoy despierto—. La voz fría de Laziel se escuchó, levantándose del suelo y sacudiendo la túnica negra con bordados en plata.Imposible dormirse con tanto cacareo.—¡Ven acá, mi sobrino favorito!—. Fenrir caminó hacia él, agarrándolo del brazo y poniéndolo entre él
NARRADORA“¡No, no, es su padre!”, le respondió a Soul intentando arreglar las cosas sin llevarlo a los extremos.Beof enseguida sospechó de la identidad del atacante y su lobo también reconoció el olor, pero una cosa era no luchar a muerte con el suegrito y otra muy distinta dejarse asesinar en el jardín.—¡Escúcheme, Regente, yo puedo expli…! ¡MALDITA SEA!—. Ni explicación ni un comino, el lycan oscuro le fue encima como una locomotora sin frenos.—¡Papá, no!—. Amara gritó, incorporándose de su caída al césped, viendo con horror cómo luchaba su padre convertido en lycan y su mate llevándose todo tipo de heridas en su forma humana.Tendría que intervenir.Su padre no escucharía las explicaciones que le estaba queriendo dar Beof y que no se transformaba por respeto.Se levantó con la clara idea de transformarse ella e interceder.—No, no, déjalos que resuelvan sus diferencias, así lo hacen los machos—. Nyx y Victoria la agarraron.Ya todos se habían puesto al día, pero solo miraban a
NARRADORA Se había encontrado con su hija mayor y Lyra en el pueblo del feudo y, por suerte, Lavinia soltó toda la sopa antes de llegar aquí. No podía contactar con su hermana y ya estaba entrando en pánico, cuando vio a su madre, fue como ver los cielos abiertos, a pesar de saber que no se libraría del regaño. —Vengan acá, miren el espectáculo que hemos dado frente a los reyes. Elliot, termina de ser tan irracional. ¡Y cambia de una puñetera vez!—. Katherine agarró a sus hijas y le gruñó a su esposo. A Amara fue a la que más fuerte agarró de la muñeca para que no fuese con su mate, o regresarían de nuevo al enfrentamiento. La lycan se justificaba llorando, Lavinia intentaba interceder, Elliot en pelotas, Beof casi en pelotas, sangrando y pensando en qué decir para defenderse en el juicio que le venía encima: «Suegrito, su hija me bailó semidesnuda en un burdel y se iba a acostar conmigo haciéndose pasar por meretriz. ¡Imposible resistir tanta tentación, la carne es débil!» Ni a
NARRADORA—Cada vez que te veo, te pareces más a nuestro padre…—¿Te suenan las palabras “gemelos idénticos”, tonto? Tú también te pareces…—¡Oye!—Dejen de balbucear ustedes dos y vayan a cazar. Procuren que, cuando regrese, haya mínimo dos jabalíes bien gordos—. Aldric se les acercó con cara de pocos amigos.—¡¿Jabalíes aquí, papá?! ¡Aquí no hay casi…!—Ya nos vamos, lo traeremos, papá—. Magnus agarró por el collar de la túnica a su hermano antes de que Aldric le bajara un guantazo.Es que Fenrir se los rifaba de a gratis.Era obvio que su padre, como siempre, los alejaba de su madre Selenia para que, cuando regresaran de la cacería, ya él estuviese con ella.—Laziel, alto ahí. Ve a ayudar a tus tíos —Valeria lo agarró, escabulléndose. Ese cachorro era más introvertido que una tortuga.—Mima, dejé unos experimentos a medias. Los tíos saben cazar muy bien —con la persona que Laziel mostraba más “calidez” era con Valeria.Luego su madre y bisabuela, pero la abuela se había ganado el p
NARRADORAÉl y sus manías raritas.—¿Qué haces aquí y cómo sabes que quiero ir a las montañas? —Lavinia frunció un poco el ceño.—No te estaba espiando, si es lo que te preocupa. Buscaba a mis hermanas, y no hay que ser muy aventajado para saber que te interesan los campos de energía —Laziel le respondió, mirando con ojos agudos hacia lo lejos, donde el cielo se enrarecía.—Bueno, dicho así… —"Parezco tonta".Lavinia torció un poco la boca.Se suponía que la mayor aquí era ella, y este chiquillo daba la sensación de un anciano de mil años.—Si te sientes incómoda, voy solo…—¡No, espera, Laziel! —Lavinia lo detuvo cuando dio la espalda sin más—. Lamento haber sido tan borde. Es que estoy algo ansiosa por esto, pero sí, me gustaría mucho ir contigo."Contigo es un millón de veces más seguro, sobre todo si hay espectros prófugos."—Buscaré primero a mis hermanas…—Aquí estamos. Ya sabía yo que mamá no se tardaría mucho en mandar la vigilancia —Lyra apareció con Nyx y Victoria.A saber
NARRADORASigrid encontró enseguida a sus padres entrelazados en un baile.Miró divertida a su padre secreteándole algo a su madre, apostaba lo que fuese que era algo indecente; su padre siempre tan intenso, sobre todo a la hora de amar a su mate y a su familia.Aún recordaba cuando se apareció en el palacio con los tres cachorros ya en sus manos, casi infartando a los reyes y Aldric queriendo asesinar de nuevo a Silas.Culpándolo por haberla sacado con una barriga tan grande; incluso lo acusó de quererse robar a sus nietos solo para él.Nada, el típico día en el castillo del Rey Lycan.Se integraron a las parejas, hablando entre ellos, bromeando, pasándola bien.—Tío Zarek, ¡sigues matando el ritmo, eres un asesino de la música! —Sigrid se burló de su mentor. Solo ella para hacer eso.Entre la cara de Zarek, Silas y Laziel, se rifaban cuál podía mover menos músculos faciales al día.—Sigrita, no seas mala, mira que llevo media hora tratando de convencerlo para que me acompañe —Celine