VALERIALos soldados vampiros eran agredidos, garras oscuras salían a traición de la nada, por muy buena visión que tuvieran era casi imposible predecirlas, los gritos se acumularon y el olor a sangre.— ¡Maldici0n, Valeria corre, corre hacia la salida de esta mierd4 o empujaré a los pulgosos de tus amigos al primer espectro que vea! – me rugió el Rey Vampiro y eso mismo hice, comencé a correr como una desquiciada.Mi vestido revoloteaba, la oscuridad se arremolinaba a mi alrededor, nos perseguían, ojos rojos por todos lados, chillidos y miedo.En medio de tanto negro, vi una brillante luz, como la rendija de una puerta gigante entreabierta, y del otro lado, debería estar la salvación.Hasta mis tobillos eran agarrados, los tacones de los botines se hundían en una sustancia pegajosa y mis brazos sostenidos por afiladas garras.Tuve que luchar varias veces, no creo que por ser una Selenia estuviese completamente a salvo.— ¡Ya estamos aquí, corran chicos, corran! – les grité a mis amig
VALERIA— Valeria ¿qué haremos? No puedes darle a ese psicópata lo que desea, nosotros…— Quinn, la verdad no te puedo prometer que todo esto va a salir bien, pero haré todo lo que esté en mis manos para salvarlos – le dije en murmullos, sin muchos detalles, por la cercanía del enemigo.Y porque sencillamente yo no tenía idea de cómo desbloquear el hechizo en esos collares, iba a ciegas, confiando en la magia que dejó mi madre para protegerme.— Su majestad, solo quedamos nosotros – miré a mi espalda sacudiéndome la ropa para ver satisfactoriamente a la mitad de los vampiros que sobrevivieron.Algunos incluso mostraban heridas, de aquí no puede salir ni uno vivo.— Bien, pensé que llegarían menos, así que no estamos tan mal – les responde como si estuviese hablando de animales y no de su misma gente.Ni siquiera sé por qué siguen a ese desgraciado, será por miedo, supongo.— Es el momento princesa, vamos, ustedes cuiden a sus amiguitos de cerca – ordena caminando hacia mí y aprieto lo
VALERIAAlcé mis ojos y contemplé el interior del mundo donde Umbros estaba encarcelado.La sensación era horrible, como si toda la felicidad hubiese sido succionada en un vórtice de maldad.Lo que parecía una isla flotaba más allá, lejos de nuestro alcance, y era lo único sólido en este sitio. Todo lo demás estaba cubierto por una niebla negra como la tinta, a lo lejos se veían truenos parpadear por entre nubes de tormentas y oscuridad.Era como estar flotando en el vacío.— Da el primer paso y llévanos a la isla lunar.— ¿El primer paso? ¿A dónde? – le digo mirando hacia abajo, la sensación de vértigo me hizo de nuevo retirarme con rapidez.— No seas idiota, vi que tenías alas de cuervo en tu lucha con el Rey Lycan, úsalas y no demores más el tiempo, vuela hacia la isla.Cerré los ojos y convoqué el cambio, esperaba que funcionase, la verdad es que no podía controlarlo de manera tan fácil, sin embargo, la sensación de picazón comenzó en mi espalda y la incomodidad.Mi vestido se ras
VALERIA El Rey Vampiro no deseaba el poder de Umbros, siempre me pregunté como podía ser tan idiota como para querer controlar un mal tan grande, pero sus ojos estaban puestos en este poder, toda la magia reunida de las Selenias que sellaban este espacio. Si sacaba esto de aquí, Umbros encontraría la manera de liberarse. Dudé, mis dedos a centímetros de la luz roja. — ¡Tómala, tómala Valeria o voy a sacarle la garganta a esos hombres lobos con mis manos! ¡JURO QUE LOS ASESINARÉ, TÓMALA YA, TÓMALA! – me gritaba como un demente, incluso escuché el chapoteo de la sangre. Se atrevió a meterse en la laguna, tanta era su ambición por ser más poderoso. “Tócalo Valeria, solo tócalo” la voz de mi vieja magia resonó en mi mente y al fin me estiré de puntillas para fundir mis dedos en la fría piedra carmesí. Recuerdos brillaron como flash en mi mente. Una mujer poderosa sentada en su trono de oro, ojos azules, cabello negro largo, su felicidad hacía latir mi corazón viéndola aca
VALERIAComenzó a caminar de nuevo en dirección al Rey Vampiro, lo supe muy bien, él las estaba engañando al beberse la sangre de mi madre que había guardado, esa que estaba destinada para mí, ella estaba confundida, solo guiándose por el instinto del lazo que había dejado atrás para fortalecerme.— ¡Yo también tengo tu sangre, Gabrielle! ¡¿Cómo no puedes reconocer ni a tu propia hija?! – le grité encolerizada.Ya todas las guardianas se estaban girando hacia mí, ahora yo era la intrusa, el Rey Vampiro se estaba disfrazando como una de ellas, como una Selenia y la sangre de Gabrielle era mucho más poderosa que mi defectuoso poder.¿Qué hago, maldici0n, qué hago? Iba a morir con seguridad, nunca resistiría su ataque y mientras yo moría él robaría el corazón.¡Eso es, el corazón!Miré hacia la fuente que había quedado desprotegida, los segundos pasaban, tenía que tomar una decisión y hacerlo ya.“¡Roba el corazón Valeria, roba el corazón y libera a tu madre, rápido!”, la voz en el inter
VALERIAMi corazón estaba en un hilo, conmocionada, sin embargo, no me podía quedar sentada a ver como Aldric luchaba a muerte con el Rey Vampiro, debía reaccionar, yo también tengo mi propio poder.Me levanté del suelo, el lujo de desmayarme era algo impensable, tenía que salvar a mis amigos, teníamos que salir todos de aquí.“Soy fuerte, soy fuerte, soy fuerte”Me repetía en mi mente una y otra vez, mientras me incorporaba y me abalanzaba sobre los vampiros que ya luchaban contra Quinn y Celine.Ellos estaban con sus poderes restringidos por esos horribles collares y luchar contra tantos vampiros de primera élite no era algo sencillo.Con la máxima velocidad que pude reunir fui a por la cabeza del primero, mis uñas salieron afiladas y mortales y un siseo asesino se escapó de entre mis labios.— ¡Aaww maldici0n, cuidado con la Selenia! – le gritó a los otros, apenas esquivando mis garras que le destrozaron el pecho por donde la sangre comenzó a brotar.El olor de la matanza, activand
VALERIA— Nunca les mentí, pueden abandonar este lugar cayendo por el abismo, solo que no les aseguré que podían hacerlo con vida – miré a sus ojos llenos de terror, de resentimientos, de asombro, porque no les di tiempo ni a defenderse.Tomé sus corazones con fuerza en mis manos y los saqué de sus pechos haciéndolos una pulpa entre mis garras.Cayeron de espaldas, por el borde del puente, extendí mi mano llena de escoria sanguinolenta y agarré en el aire la cadena que brillaba con la llave colgando de ella.— Espérame amor, ya voy a ayudarte – volé de regreso donde estaba nana para liberar a Quinn y Celine.Solo nos quedaba un enemigo, pero el Rey Vampiro, rendía por un ejército de vampiros.*****— Aquí está la llave – descendí enseguida, arrodillándome entre ellos, apretando mis puños al ver la condición de sus cuerpos.Estaban muy malheridos, su piel casi en carne viva, no me imagino lo que hubiese sucedido si no hubiese podido obtener la liberación de sus cadenas.— Ábrelas, depr
VALERIAComencé a tocarme las ropas, no podía ser que lo hubiese perdido en la pelea, o peor, cuando perseguí enojada a esos vampiros.Miré a todos lados del suelo, desesperada, entonces lo vi, a unos metros de mi posición.El corazón ya no tenía la forma de un rubí, se había derretido en un charco oscuro del mismo color de la laguna, como sangre concentrada y poderosa.Me levanté con temblor en las piernas, malherida y en las últimas, estaba aguantando por la pura adrenalina y las ganas de sobrevivir.Me arrodillé delante de esa sangre y supliqué, lo hice como nunca antes, mirando hacia mi mate, lleno de heridas graves, enfrentándose como una bestia a ese enemigo para que no llegase hasta nosotros.“Por favor mis ancestros, te lo ruego Juno, madre, por favor, Gabrielle, te estoy convocando Selenia poderosa, ayúdame en este momento de necesidad, ayúdame”Las palabras brotaron de mi corazón, mientras las lágrimas y gotas de sangre de mis heridas caían sobre la pequeña laguna que se est