VALERIAComenzó a caminar de nuevo en dirección al Rey Vampiro, lo supe muy bien, él las estaba engañando al beberse la sangre de mi madre que había guardado, esa que estaba destinada para mí, ella estaba confundida, solo guiándose por el instinto del lazo que había dejado atrás para fortalecerme.— ¡Yo también tengo tu sangre, Gabrielle! ¡¿Cómo no puedes reconocer ni a tu propia hija?! – le grité encolerizada.Ya todas las guardianas se estaban girando hacia mí, ahora yo era la intrusa, el Rey Vampiro se estaba disfrazando como una de ellas, como una Selenia y la sangre de Gabrielle era mucho más poderosa que mi defectuoso poder.¿Qué hago, maldici0n, qué hago? Iba a morir con seguridad, nunca resistiría su ataque y mientras yo moría él robaría el corazón.¡Eso es, el corazón!Miré hacia la fuente que había quedado desprotegida, los segundos pasaban, tenía que tomar una decisión y hacerlo ya.“¡Roba el corazón Valeria, roba el corazón y libera a tu madre, rápido!”, la voz en el inter
VALERIAMi corazón estaba en un hilo, conmocionada, sin embargo, no me podía quedar sentada a ver como Aldric luchaba a muerte con el Rey Vampiro, debía reaccionar, yo también tengo mi propio poder.Me levanté del suelo, el lujo de desmayarme era algo impensable, tenía que salvar a mis amigos, teníamos que salir todos de aquí.“Soy fuerte, soy fuerte, soy fuerte”Me repetía en mi mente una y otra vez, mientras me incorporaba y me abalanzaba sobre los vampiros que ya luchaban contra Quinn y Celine.Ellos estaban con sus poderes restringidos por esos horribles collares y luchar contra tantos vampiros de primera élite no era algo sencillo.Con la máxima velocidad que pude reunir fui a por la cabeza del primero, mis uñas salieron afiladas y mortales y un siseo asesino se escapó de entre mis labios.— ¡Aaww maldici0n, cuidado con la Selenia! – le gritó a los otros, apenas esquivando mis garras que le destrozaron el pecho por donde la sangre comenzó a brotar.El olor de la matanza, activand
VALERIA— Nunca les mentí, pueden abandonar este lugar cayendo por el abismo, solo que no les aseguré que podían hacerlo con vida – miré a sus ojos llenos de terror, de resentimientos, de asombro, porque no les di tiempo ni a defenderse.Tomé sus corazones con fuerza en mis manos y los saqué de sus pechos haciéndolos una pulpa entre mis garras.Cayeron de espaldas, por el borde del puente, extendí mi mano llena de escoria sanguinolenta y agarré en el aire la cadena que brillaba con la llave colgando de ella.— Espérame amor, ya voy a ayudarte – volé de regreso donde estaba nana para liberar a Quinn y Celine.Solo nos quedaba un enemigo, pero el Rey Vampiro, rendía por un ejército de vampiros.*****— Aquí está la llave – descendí enseguida, arrodillándome entre ellos, apretando mis puños al ver la condición de sus cuerpos.Estaban muy malheridos, su piel casi en carne viva, no me imagino lo que hubiese sucedido si no hubiese podido obtener la liberación de sus cadenas.— Ábrelas, depr
VALERIAComencé a tocarme las ropas, no podía ser que lo hubiese perdido en la pelea, o peor, cuando perseguí enojada a esos vampiros.Miré a todos lados del suelo, desesperada, entonces lo vi, a unos metros de mi posición.El corazón ya no tenía la forma de un rubí, se había derretido en un charco oscuro del mismo color de la laguna, como sangre concentrada y poderosa.Me levanté con temblor en las piernas, malherida y en las últimas, estaba aguantando por la pura adrenalina y las ganas de sobrevivir.Me arrodillé delante de esa sangre y supliqué, lo hice como nunca antes, mirando hacia mi mate, lleno de heridas graves, enfrentándose como una bestia a ese enemigo para que no llegase hasta nosotros.“Por favor mis ancestros, te lo ruego Juno, madre, por favor, Gabrielle, te estoy convocando Selenia poderosa, ayúdame en este momento de necesidad, ayúdame”Las palabras brotaron de mi corazón, mientras las lágrimas y gotas de sangre de mis heridas caían sobre la pequeña laguna que se est
REY VAMPIROSabía que el desgraciado de Aldric era fuerte, pero el muy maldito me tuvo al borde de la muerte en varias ocasiones.Incluso se atrevieron a atacarme juntos él y su mujercita, esa maldit4 defectuosa Selenia que ni un trabajo sencillo pudo hacerlo bien.Me estaban agotando, la sangre de Gabrielle que había nutrido mis poderes lentamente todos estos años, estaba salvándome la vida, pero igual, ¡esas reservas de poder no eran inagotables!Utilicé gran parte de ella curándome con rapidez, la pérdida de sangre era importante y debía acabar esta pelea de una vez.Los idiotas que traje todos muertos, ¡esto era un desastre!Ataqué de repente al Rey Lycan aprovechando la cercanía que él mismo creó con la idea de malherirlo lo suficiente como para volar hasta Valeria y tomarla de rehén.Ella era mi boleto para salir de aquí y llevarme el inmenso poder que debía estar todavía en sus manos. Creía que aún podía arreglar las cosas.Algo me inquietaba, mi sexto sentido me decía que debí
EL REY VAMPIROAsí que me levanté casi sin poder respirar y gritando como un demente me le abalancé con las garras y mis caninos afuera. Ella también se abalanzó hacia mí. Luchamos como en antaño, solo que esta vez era a muerte de verdad.Mis ataques iban a su garganta, a sus ojos, su pecho, sus puntos débiles, y ella solo esquivaba y esquivaba, estaba jugando conmigo, como una mascota, me llevaba de la correa hacia donde quería.Su mano de repente me agarró la cabeza de frente, incrustando sus garras hasta el punto, que pensé que me haría puré el cerebro.La ataqué furioso y descoordinado, buscando herirla en el pecho, pero eso no parecía ni hacerle cosquillas a su cuerpo.Su rostro hermoso y cruel se acercó al mío, lleno de odio y rencor.— No creas que será tan fácil Kael, mientras viva y esta vez pienso hacerlo durante mucho tiempo, tú estarás siempre a mi lado, ¿no querías ser parte de mí, no deseabas mi sangre y mi poder?Sus palabras viciosas me congelaron, sus garras se hundí
QUINN“Gabrielle, serás muy poderosa y yo solo soy un simple lycan, pero las cosas no siempre se harán como deseas”Pensé mirando hacia ella y juraría que por un segundo se detuvo de su tortura y giró su cabeza a un lado, mostrándome su perfil, como si me hubiese escuchado.Sin embargo, luego continuó torturando a ese hombre, que la verdad, no sabía ni cómo seguía vivo.¿Acaso me hará lo mismo al enterarse de que somos mates?Morir bajo las manos de esa hermosa mujer fatal no parecía tan malo.*****VALERIA— ¡Aldric! – me levanté yendo a su encuentro, preocupada por sus heridas, sin embargo, me detuve casi a punto de tocarlo, mis dedos sucios temblando a solo centímetros de su pecho.— Aldric… yo… lo lamento por engañarte… no sabía cómo explicarte lo que era… ni siquiera lo entendía… — las lágrimas comenzaron a caer solas de mis ojos.Bajé mi mirada, sin atreverme a verlo, el mundo se caía a nuestro alrededor, pero no había nada que me pudiese herir más que su rechazo.Ni siquiera en
VALERIAMi cuerpo estaba exhausto, no solo física, sino mentalmente.Desde que fui engañada para luchar contra Aldric en aquel acantilado, hasta el momento en que todo a mi alrededor se desmoronó, estuve tensa y estresada, sobre pensando mis opciones, con miedo del futuro, sin saber cómo sobrevivir en el presente.No sé dónde estoy, ni que ha sucedido. Mi mente confundida se vuelve a conectar con la realidad, pero algo recuerdo enseguida, estoy embarazada.Asustada, muevo mis sentidos, reviso mi vientre donde la saludable vida de mi cachorra se mantiene y se desarrolla.Doy un suspiro de alivio, eso era lo más importante y entonces me enfoco en la persona que me acompaña.Alguien respira a mi espalda, un cuerpo cálido y mucho más grande que el mío.Estoy acostada y parpadeo intentando enfocar los muebles extraños de la instancia.La mano que rodea mi cintura me aprieta con suavidad, posesivamente, pegándome más al amplio pecho, fundiéndome con el poderoso cuerpo.“Vale, ¿estás despie