NARRADOR Daniel paseaba de un lado a otro en lo que alguien traía una cubeta de agua fría. Apenas se la trajeron, entró a la pequeña casa donde estaba Victoria. Había estado unos días bien y apenas hace unas horas volvió a caer y esta vez con más fuerza. La fiebre no parecía bajar, su piel estaba pálida y su cuerpo temblaba de forma anormal. Con ayuda de Cristal, lograron detener el sangrado, pero eso no significaba que no estuviera en riesgo. —¿Cómo sigue? —Nada bien Cristal, su fiebre no baja, al menos está dormida. —Necesitamos a Lucien, ella va a seguir empeorando. La bruja se quedó en silencio por un momento, sus ojos brillaban, estaba viendo algo. —Ve y tráelo, Daniel. Él solo la vio de reojo y siguió colocándole pañitos de agua en la cabeza a Victoria. No era por desobedecerla, pero no era suicida. —Vamos párate y ve. —Pero… —No seas cobarde, Victoria necesita a Lucien y él necesita a Victoria o va a perder la cabeza dónde está. Daniel derrotado so
VICTORIA Estaba en mi mejor sueño cuando la voz persistente de alguien no dejaba de interrumpirlo. Me quejo un poco frustrada hasta que abrí los ojos. —“Creí que no despertarías” —“Bueno, ya estoy despierta, ¿qué quieres?” —“Qué humor traes esta mañana” Escuché a mi loba resoplar antes de comenzar a, ¿ronronear? Levanté la vista para ver como Lucien entraba con una pequeña taza de barro en las manos. —Buenos días mi Reina, te traje un caldito de pollo, dijeron que era muy bueno para ti. Sonreí como tonta al verlo traer con cuidado la taza mientras se sentaba a mi lado, tomaba la cucharita para llenarla de sopa y luego la soplaba para que no estuviera tan caliente. —Lucien, yo puedo comer sola, no estoy enferma ni discapacitada. —Yo lo quiero hacer, así que abre esa boquita. Solo rodé los ojos y dejé que Lucien me alimentara. No sé qué se trae Inara, pero su constante ronroneo me trae nerviosa. ¿Acaso es un gato? —Bien, amor, ahora, tenemos algo q
VICTORIA Una pequeña celebración se alzó en la noche para nosotros, como una despedida y como un gracias. Los guardianes aún seguían algo tensos en la presencia de Lucien y se mantenían alejados de él tanto como podían. Parecían evitarlo como a la peste, no es para menos, esa “sutil” amenaza de seguro aparecerían en sus pesadillas. Me levanté para ya irme a la pequeña paz de la casita que me dieron. Me di un baño rápido y me acosté desnuda. Quiero ver qué tanto aguantará, Lucien. Una sonrisa maliciosa aparece en mis labios al imaginarlo todo tenso. —“Vas a perder, y lo sabes” La puerta se abre y solo observo a Lucien allí parado, comiéndome con la mirada. Creo que sí voy a perder porque esa mirada es suficiente para prenderme. —Nena… … —Te vas a bañar primero antes de venir a dormir. —¿Dormir?— estoy a poco de reírme por ver su cara de horror y ansiedad. —Sí, dormir, ahora ve y date prisa que tengo mucho sueño— me di la espalda mostrándole claramente m
VICTORIA —Mi Rey, mi Alfa, ven conmigo— le dije tomándolo de la barbilla. El dorado de mi lobo se mezcló con el azul de mi Alfa. Tal como los quería. Pude sentir como Inara avanzaba, supe en el momento en que mis ojos se mezclaron con el de mi loba cuando los caninos de mi hombre se alargaron. Cerré los ojos cuando el orgasmo me golpeó, tomé del cabello a Lucien exponiendo su cuello, clavando mis colmillos en su piel profundamente. El orgasmo se intensificó a tal punto que volví a explotar de placer, liberando mis jugos que se deslizaron por mis nalgas hasta las sábanas. El gruñido de Lucien hizo temblar las paredes y a este punto no me importaba si se nos venía encima o si toda la maldit4 manada nos escucha. Expuse mi cuello ante él sin sacar mis caninos de su cuello, sentí su aliento sobre él y luego el dolor mezclado con placer cuando sus colmillos se hundieron en mi piel. Mi centro fue llenado con su caliente semilla, dando sus últimas estocadas dentro de mí. Me
VICTORIA El viaje de regreso fue silencioso. Lucien me mantenía cerca de él mientras una sonrisa siempre adornaba sus labios. Estaba feliz, pero me preguntaba cuánto me duraría. Algo me decía que algo más está pasando. —Mi Reina ya llegamos. Me acomodé para mirar al frente. La manada estaba justo al frente. Fui a decirle algo a Lucien, pero al ver su cara me preocupé un poco. Su rostro era serio, con su ceño fruncido y parecía algo tenso. —Lucien… —Detén el auto. Nos detuvimos en plena calle sin saber por qué. Sus ojos me miraban con nerviosismo. —Hay algo que… se me olvidó decirte. —No puede ser grave o sí. —Bueno… hace unos días fui a atacar directamente a Dementu… —¿Cómo que fuiste directamente hasta allá, estás loco? —Estaba frustrado Victoria, no sabía que más hacer, tú te alejaste, estaba desesperado y lo único que se me ocurrió fue ir hasta allá y quitar un estorbo. Solo lo observé, parecía abatido por un momento, luego solo me miró
VICTORIA Entré a la oficina de Lucien donde ya estaba Axiel y Clemente, saludé a Sol, la compañera de Clemente que estaba sentaba a un lado de la habitación. Ella siempre permanece a su lado sin moverse, desde que se anunció que se les daría una oportunidad a los guardianes todo el Reino anda en caos. Me acerqué a Santi para ver lo que hacía, tecleaba y abría ventana tras ventana con un montón de información. —Mira esto Victoria, son movimientos de acciones y mercancía de algunas manadas. —¿Eso qué significa? —Qué están tramando algo y no es bueno, déjame te muestro algo que sí es preocupante. Hablaba bajo para que solo yo escuchara, pero sabía que Lucien lo estaba escuchando. —Aquí, mira, han estado comprando una cantidad de armas cuestionable, explosivos C4 y carros blindados. —¿Cuántos Alfas están involucrados en esto? —Seis en total, dos de ellos son extranjeros, además, se ven con un socio misterioso que se unió a ellos hace poco. Socio misterioso
VICTORIA Sigo su línea de visión y las veo mirar hacia donde están los del alto mando. Parece que Axiel resultó ser el compañero de alguna de ellas. —Muy bien, ya tengo sus informes, tomaremos una decisión y se las haré saber, por favor preparen a sus guerreros y estén alerta. Una guerra se aproxima y debemos estar preparados. Todos se levantaron y comenzaron a salir, las gemelas también lo hicieron, pero se fueron hablando entre ellas. —Creo que tu beta ya tiene pareja. —Por fin, es desesperante tenerlo soltero. Solté la carcajada mientras me ponía de pie para salir. —Lucien. Volteé a ver a Jazmín que solo miraba a Lucien, mientras él solo le mostraba una cara de desprecio y un gruñido bajo salía de su pecho. —No quiero molestarte, solo quiero saber si me darías permiso de llevar a Ben a la manada. —¿Por qué haría eso? —Por favor Lucien, deja de tratarme así, eso duele. Un gruñido salió ahora de mí al ver como le hablaba. —Bien, puedes hacerl
LUCIEN Pasé mis manos varias veces por el cabello para tratar de calmar mi ansiedad. Errick está tan enojado que quiere ir por su cabeza y talvez debería dejarlo. —Por esa misma razón fue que Joshua comenzó a traicionarte, no era fácil para él ver como tomabas a su compañera, como su vientre crecía cada día y no por él. —Así que, se alió con Dementu para tenderte una trampa en aquella manada, si mal no recuerdo, fue él quien te envío allí. ¿Puso en peligro a mi hijo solo por una estúpida venganza? —Aquí es donde entramos en la parte de porque tu vínculo con ella sigue vivo. Me miró por unos segundos antes de continuar. —Joshua hizo un trato con Dementu a cambio de información, utilizar magia prohibida para romper el vínculo. La Luna de esa manada estaba aliada con los rebeldes así que fue el momento perfecto. —Ahora entiendo. —Un puñal con un corte limpio, quitándole la vida mientras la magia entraba en ella y la traía de regreso. El problema está ahí, an