En Cuarto Creciente, las tensiones tras la batalla en el templo y la retirada de Kael aún flotaban en el aire. Sin embargo, Raiden y Aria sabían que mantener a la manada unida y enfocada requería algo más que instrucciones y defensas. La tradición de la Ceremonia del Destino, una práctica que celebraba el inicio de la adultez y la búsqueda de mates, era el momento perfecto para devolver algo de alegría y esperanza a su gente.La Ceremonia del Destino era una de las más antiguas de Cuarto Creciente. Cada año, los jóvenes lobos que alcanzaban la edad de dieciocho años participaban en un ritual para marcar su entrada en la adultez. Era un momento sagrado, lleno de simbolismo, donde cada lobo joven tenía la oportunidad de sentir si su mate estaba cerca, o incluso encontrarlo entre los presentes.Aria, reunida con las mujeres más ancianas de la manada, preparaba los detalles en el salón principal.Aria:“Este año será diferente. Después de todo lo que hemos pasado, necesitamos que esta cer
La Ceremonia del Destino había comenzado con el aire solemne y festivo que todos esperaban. Las luces danzaban en el salón principal de Cuarto Creciente, y la música resonaba suavemente, dando a la manada un momento para respirar tras semanas de tensión. Los jóvenes, incluidos Laila, Amir, y otros lobos en edad de encontrar a sus mates, permanecían en el círculo ceremonial mientras Aria y Raiden dirigían el evento.Sin embargo, la tranquilidad era un espejismo.El cálido viento que había recorrido el salón, apagando brevemente las velas, dejó a todos con una sensación de inquietud. Laila, en el centro del círculo, sintió cómo un escalofrío subía por su espalda. Dentro de ella, Nyra habló con un tono tenso.Nyra:“Algo no está bien. Hay una presencia extraña aquí.”Amir, a pocos pasos de ella, también sintió el cambio. Su lobo, Tharos, rugió en su mente, instándolo a mantenerse alerta.Tharos:“Esto no es natural. Alguien está aquí. Y no son amigos.”Laila y Amir intercambiaron una mir
El eco de los pasos de Kaelen aún resonaba en el salón cuando las puertas se cerraron tras él. La tensión era tan densa que nadie se atrevió a moverse de inmediato. Raiden, con el ceño fruncido y los brazos cruzados, miró a su manada con una expresión que no dejaba dudas: nadie confiaría en el alfa del Bosque Sombrío hasta que supieran sus verdaderas intenciones.Pero no todos podían dejar de pensar en él.Laila aún sentía la intensidad de su mirada y la extraña familiaridad de su presencia. Amir, a su lado, tenía los puños apretados y la mandíbula tensa, conteniendo la rabia que lo consumía. Aria estaba en alerta, observando a su hija con un instinto materno que le decía que esto era solo el principio de algo mucho más grande.Y Ciara, desde las sombras, observaba la escena con un interés particular.Raiden fue el primero en romper el silencio. Su voz resonó en el salón con un tono grave.Raiden:“Quiero todas las patrullas en alerta máxima. No confío en él, y no pienso aceptar su of
La niebla flotaba perezosa sobre el claro del río, un velo plateado que hacía que el lugar pareciera sacado de un sueño. Laila caminó con cautela, su corazón latiendo con un ritmo irregular.El mensaje de Kaelen aún ardía en su mente:“Ven al claro del río al amanecer. Te daré respuestas.”Sabía que no era prudente estar allí, pero algo dentro de ella la empujaba. Quizás era la curiosidad, quizás la necesidad de entender por qué siempre había sentido que algo faltaba en su vida.Dentro de ella, Nyra gruñó en alerta.Nyra: “Esto es una trampa.”Laila: “Lo sé.”Pero aun así, no se detuvo.Cuando llegó al claro, Kaelen ya estaba allí.Se apoyaba contra un árbol, con los brazos cruzados sobre su pecho y una expresión indescifrable en el rostro. Sus ojos azules brillaban con un misterio que parecía demasiado antiguo para su edad.Kaelen (sonriendo levemente):“Sabía que vendrías.”Laila se detuvo a varios pasos de él, sin bajar la guardia.Laila:“No tengo tiempo para juegos. ¿Qué quieres?
.El camino de regreso a Cuarto Creciente se sintió más largo de lo normal.Laila caminaba a pasos rápidos, su mente atrapada en un torbellino de pensamientos imposibles de ignorar. Kaelen había dicho la verdad.No porque él lo hubiera revelado.No porque lo hubieran descubierto en ese momento.Sino porque siempre lo habían sabido.Y ese era el problema.Ella y Amir lo sabían.Desde hace años.Pero habían elegido ignorarlo.Y ahora que la verdad había salido a la luz, ya no podían enterrarla otra vez.Dentro de ella, Nyra estaba inquieta.Nyra (con voz baja):“Es inútil seguir negándolo , es inevitable “Laila cerró los ojos un instante.Laila (susurrando):“No podemos ser mates.”Nyra (con paciencia):”¿Por qué no?”Laila tragó saliva.Porque si lo aceptaban…Si reconocían lo que eran…Nada volvería a ser lo mismo.Su amistad con Amir.Su relación con la manada.Su papel en Cuarto Creciente.Todo se derrumbaría.Laila (con voz dura):“Porque no quiero perderlo.”Nyra suspiró, pero no
El aire en Cuarto Creciente estaba cargado de una tensión silenciosa. Los días habían pasado desde el encuentro en el claro del río, pero Laila y Amir apenas se hablaban.Los guerreros lo notaban.Los ancianos lo sentían.Pero nadie se atrevía a mencionarlo.Nadie… excepto Aria y Raiden.Desde la entrada de la cabaña principal, Aria miraba a Laila sentada junto al río.Su hija adoptiva tenía los hombros caídos, los ojos fijos en el agua, como si buscara respuestas en la corriente.Dentro de Aria, Selene suspiró.Selene:“Está sufriendo.”Aria cerró los ojos un instante.Aria:“Lo sé.”Desde que Laila había regresado de aquella noche con Kaelen, había cambiado.La energía vibrante que siempre la rodeaba se había desvanecido.Y lo más preocupante…Ya no sonreía.Aria tomó aire y caminó hasta donde estaba.Aria (suavemente):“¿Puedo sentarme?”Laila apenas se giró antes de asentir.El silencio entre ellas fue espeso.Aria miró su reflejo en el agua y luego a su hija.Aria:“No tienes que
La luna llena brillaba sobre Cuarto Creciente, bañando el bosque con una luz plateada. Era una noche tranquila. Demasiado tranquila. Y esa falsa calma era lo que preocupaba a Raiden. Desde la cima de la colina, el alfa observaba los límites del territorio, con los sentidos alerta. Dentro de él, Fenrir gruñó en advertencia. Fenrir: “Algo no está bien.” Raiden no respondió, pero sintió cómo su lobo se tensaba, preparándose para lo que venía. Porque lo sabía. El enemigo estaba cerca. El primer grito rompió la calma. Luego, el fuego. Desde el lado norte del bosque, las llamas se elevaron, devorando los árboles y pintando el cielo de un naranja ardiente. La aldea despertó de golpe. Los guerreros salieron corriendo, con los ojos brillando en la oscuridad. Pero no hubo tiempo para organizarse. Porque ya estaban aquí. Kael había atacado. La Primera Línea de Defensa Raiden rugió una orden, su voz resonando con poder en la noche. Raiden: ”¡Defiendan el
El aire se volvió denso, cargado de tensión y asombro. Los gritos de la batalla se desvanecieron momentáneamente cuando él apareció. Laila sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. No podía ser. No él.El traidor que avanzaba hacia Kael, con la mirada fría y determinada, era Eryk. El guerrero en quien todos confiaban. El hombre que había protegido a la manada durante años. El lobo que, hasta ese momento, era uno de los suyos.Laila sintió que el aire le faltaba. Nyra rugió dentro de ella, su furia vibrando a través de sus venas.Nyra: “¡Nos ha traicionado!”Laila no podía mover un solo músculo. No podía procesarlo. Pero Amir sí.Con un rugido, Amir avanzó hacia Eryk, pero Laila lo detuvo en el último momento, sujetándolo del brazo.Laila (susurrando, con voz quebrada): “No.”Porque necesitaba saber por qué. Porque necesitaba escuchar la verdad de su propia boca.Eryk los miró con una expresión desprovista de emociones. Pero había algo en sus ojos. Algo que Laila reconoció. Dol