*—Uriel:Después del almuerzo, Uriel llevó a Erik a la firma y luego puso rumbo al edificio donde estaba la oficina de Danny. Sabía que a Danny le gustaban las plantas y decidió comprarle una. En una tienda cercana, sus ojos se posaron en una orquídea amarilla. No solo le recordaba a los ojos de Danny, sino también a él mismo, al sol que había sido en su vida en un momento dado de esta.Subió en el ascensor con la planta en brazos, sintiendo su corazón latir a mil.No se habían visto desde aquella conversación en la que, entre disculpas y heridas abiertas, Danny lo había rechazado. Sin embargo, Uriel tenía un objetivo claro: conquistarlo otra vez. Sabía que no sería fácil, pero no estaba dispuesto a rendirse. Danny había regresado a su vida por una razón, y él debía descubrir cuál era. En el fondo, una parte romántica de sí mismo le susurraba que este era su momento para sanar, para volver a amar. Y si no era con Danny… ¿Entonces con quién?El sonido del ascensor al llegar a su
*—Uriel:Sus miradas se encontraron, y de inmediato, el ambiente se tensó. La misma electricidad de antes de la llamada de su hijo volvió a envolverlos.Danny jadeó, y Uriel sintió su propio cuerpo reaccionar ante el sonido. Su mirada descendió instintivamente hasta su pelvis, donde su erección se marcaba evidente contra la tela de su pantalón. La visión encendió un fuego en su interior.Demonios… Danny sabía exactamente cómo encenderlo con tan solo mirarlo.Una sonrisa ladeada curvó los labios de Uriel antes de moverse. Con un movimiento fluido, pasó una pierna por encima de Danny y se acomodó sobre sus muslos, presionando sus caderas contra él.Danny dejó escapar un gruñido bajo y llevó sus manos de inmediato a las caderas de Uriel, aferrándose con firmeza.La tensión era tan palpable que apenas podían respirar.Uriel rodeó su cuello con los brazos y se inclinó un poco más. Sus rostros estaban tan cerca que sus alientos se mezclaban, cálidos y cargados de deseo.Podía sentirl
*—Danny:Danny no sabía qué pensar ahora que estaba, de alguna forma, en una relación con Uriel.Los días habían pasado desde aquella visita inesperada en su oficina, desde aquella conversación que se había sentido demasiado honesta… y desde todo lo demás. Porque sí, habían hablado, pero también habían cruzado líneas que llevaban años sin atreverse a tocar. Y ahora, Danny no podía hacer otra cosa que pensar en él.Era absurdo. Irracional, pero su anhelo por Uriel era tan palpable que sentía su presencia incluso cuando no estaba. Su mente estaba llena de él, su piel todavía ardía con su recuerdo, y cada vez que cerraba los ojos, revivía esos momentos como si fueran una droga de la que no podía desintoxicarse.Volver a besarlo después de veinte años, había sido una locura.Y lo peor era que su cuerpo había reaccionado de una forma casi humillante. Un beso. Solo un beso y había estado a punto de correrse en sus pantalones como un maldito adolescente.Nunca le había pasado con Erik
*—Danny:Sin entrar demasiado en detalles, le habló a Cameron sobre los últimos acontecimientos con Uriel, desde la disculpa que recibió hasta lo que había pasado en los días recientes. Le contó cómo su dinámica había cambiado, cómo sus interacciones se habían vuelto más intensas, más cercanas… pero sin una etiqueta que definiera lo que eran.Cameron no dijo nada al principio. Se limitó a escucharlo con atención, bebiendo a sorbos su whisky. Su expresión permanecía neutral, pero Danny sentía el peso de su mirada. Quizás lo estaba agobiando con sus problemas. Quizás Cameron tenía mejores cosas que hacer que escuchar a un hombre de treinta y seis años divagar sobre un amor que ni siquiera entendía del todo, pero lo cierto era que Danny no tenía con quién más hablar. Cuando Luc y Damien no estaban disponibles, se quedaba solo con su propio caos mental, y eso era lo último que necesitaba.Sobre todo, porque había algo que lo atormentaba más que cualquier otra cosa: el miedo de last
*—Danny:Estos últimos días, Danny tenía la cabeza hecha un lío.Desde aquella conversación con Cameron, donde descubrió que el hombre era, en cierto modo, su rival, algo dentro de él se removió. Su lado más egoísta le susurró que no podía dejarle el camino tan fácil. Cameron había estado junto a Uriel y, si en su momento no aprovechó esa oportunidad, no tenía por qué hacerlo ahora que Danny había regresado.Sin embargo, nada estaba saliendo como quería.Se había propuesto empezar a poner en orden su vida, y en algunos aspectos lo había logrado. Había encontrado un nuevo lugar donde vivir y había saldado algunas deudas atrasadas, incluyendo pagos de manutención, pero en cuanto a recuperar parte de la custodia de Nathaniel y librarse de la estúpida orden de alejamiento que lo mantenía lejos de su hijo… ahí las cosas no iban nada bien.Se había reunido con un abogado de familia para discutir su caso, solo para darse cuenta de que aquel hombre conocía bien a Erika y a su padre. Du
*—Danny:El corazón de Danny se aceleró.Habían pasado días desde la última vez que se vieron y compartieron aquel beso. Después de eso, sus interacciones se limitaron a mensajes esporádicos. Uriel siempre decía que estaba ocupado, pero nunca especificaba en qué. Danny no lo presionaba, aunque la incertidumbre lo carcomía por dentro.Uriel saludó con un gesto a los demás antes de deslizarse en la silla vacía junto a Danny, acercándola más de lo necesario. Su fragancia lo envolvió de inmediato, y su cercanía encendió su piel con una reacción instintiva.—No tenía idea de que vendrías —comentó Damien con curiosidad—. Me dijiste que estabas ocupado.—Lo estaba… pero ya no —respondió Uriel con una sonrisa pícara antes de volverse hacia Danny—. Hola, perdido.Su voz tenía un matiz provocador, un tono bajo, íntimo, que le hizo estremecer.Danny sintió el calor subirle a las mejillas. Su primer instinto fue desviar la mirada, pero se obligó a mantener el contacto visual y le devolvió
*—Danny:Al entrar al de caballeros, vio a un hombre lavándose las manos en el lavabo y un cubículo cerrado.Lo supo de inmediato. Uriel estaba ahí.Danny se apoyó en el lavabo y dejó escapar un suspiro, intentando ordenar su mente. No iba a presionarlo, pero necesitaban hablar.Así que esperó.El hombre lo miró raro mientras Danny esperaba en el baño, pero terminó marchándose justo en el momento en que la puerta del cubículo se abrió.Uriel salió con pasos pesados, la cabeza baja y el rostro aún húmedo. Sus ojos, enrojecidos y vidriosos, delataban lo que había estado haciendo ahí dentro. Se había encerrado para que nadie lo viera, para que nadie notara su dolor, pero Danny lo vio y eso le estrujó el pecho.Su amado no lo miró cuando se acercó a los lavabos y abrió la llave para lavarse la cara y las manos con movimientos tensos, casi desesperados, como si el agua pudiera borrar lo que sentía.Danny se colocó a su lado, observándolo a través del espejo, buscando sus ojos, pero
*—Danny: —Vaya, ¿por qué no me sorprende encontrarte con un hombre discutiendo en los baños? —dijo Andrew, su tono rebosante de burla y veneno. Danny frunció el ceño y se giró ligeramente para ocultar aún más a Uriel detrás de él. No le importaba recibir los dardos envenenados de Andrew, estaba acostumbrado, pero Uriel no tenía por qué ser parte de esto. —Señor Jeggings —respondió con voz tensa. Andrew sonrió, una sonrisa desagradable, afilada como un cuchillo. —Daniel —su voz goteaba veneno—, ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos. Veo que… has cambiado. Danny se obligó a no reaccionar. Tragó saliva y mantuvo la expresión neutra, aunque por dentro sintió la misma opresión de siempre. Sabía que este lugar era frecuentado por su ex suegro. Debió advertir a los chicos desde el inicio para evitar un mal rato. Sin embargo, no, su maldita suerte había vuelto a jugarle en contra. Los ojos fríos de Andrew se posaron en Uriel, con esa mirada de desprecio que Danny con