24

​​​​​​​*—Uriel:

Después de volver a comenzar, de aceptar que debían de dejar ir el pasado, estrecharon sus manos por unos largos minutos hasta que poco después la dejaron caer, sin embargo, en vez de que ambos sonrieran abiertamente, la sonrisa de Danny se tornó triste.

Se quedaron observándose en silencio, atrapados en un espacio donde las palabras sobraban y los recuerdos pesaban. Uriel vio cómo los ojos de Danny volvían a humedecerse, y algo dentro de él se quebró. No sabía por qué lo hizo, pero lo hizo.

Acortó la distancia entre ellos y, sin dudarlo, rodeó el gran cuerpo de Danny con los brazos en un abrazo reconfortante.

Danny se quedó rígido al principio, su cuerpo tenso contra el suyo, pero poco a poco empezó a relajarse, hasta que finalmente le devolvió el abrazo. Uriel cerró los ojos y se permitió disfrutar de la cercanía, de la sensación de los músculos firmes de Danny bajo la ropa, del aroma embriagador de su colonia, de la calidez envolvente de su cuerpo. Siempre le había
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP