Seguimos abrazados, y lloro, pues todo lo que pasó me ha impactado muchísimo. Harry me abraza tan fuerte, que me lastima un poco, pero no digo nada, pues la sensación de estar entre sus brazos es tan reconfortante. ¡Pensé que jamás volvería a estar así!—Tranquila mi Amor, estás a salvo. Y juro por mi vida, que nunca permitiré, que nadie te vuelva a lastimar.Entre sollozos y lágrimas, logro decir:—Harry vamos de aquí.—Si Amor.Nos separamos, y me da su saco, y salimos de este horrible lugar. Estando afuera le dice a uno de sus hombres:—Quiero a esos malditos en el calabozo. Mañana los interrogaré.Nos subimos en el carruaje, nos sentamos y recargo mi cabeza en su hombro. Harry me levanta mis manos, y observa mis marcas, están demasiado rojas, y están sangrando un poco.—Esos malditos, no les alcanzará su asquerosa vida para pagar lo que te han hecho. ¡Lo juro por Dios!—dice con un tono de odio total.—Harry estoy bien, y gracias a Dios, llegaste a tiempo.—¡Ay Kate! Tenía tanto mi
A pasado una semana y media, desde que vivo en el palacio. Este tiempo aquí ha sido interesante, pues la reina me ha estado enseñado todos los protocolos que se deben de seguir, es una lista interminable. Sabía que debía seguir ciertos lineamientos pero no tantos. ¡Ay Diosito! Espero acordarme de todo, pero haré mi mejor esfuerzo. Harry lo merece.Harry sigue un poco distante, siempre que trato de tocarlo, me dice: Que todavía no es tiempo. Eso me hace sentir mal, porque ya estoy bien, y él me trata cómo si me fuera a romper.Estos últimos 4 días apenas y lo he visto, según él tiene mucho trabajo, quisiera no desconfiar, pero siento que me está evitando. Eso me duele mucho.He querido hablar con él, pero llega muy tarde y la reina me tiene súper vigilada. Puso un guarda en la noche afuera de mi recámara. Creo que está exagerando, pero se enteró de que Harry había dormido conmigo aquella noche, y su molestia fue enorme, y ambos fuimos reprendidos severamente.Estoy en la sala bordando,
Me despierto, a lado de Harry. Estamos desnudos, y abrazados. Observo su precioso rostro, y no puedo evitar acariciarlo, es tan guapo, y es mío solo mío, y no dejaré que nadie me separé de él.Mis manos curiosas la empiezan a acariciar su pecho, sus brazos, veo que se mueve un poco, lo sigo acariciando, mis manos bajan hasta su abdomen, lo hago lentamente, pues no quiero despertarlo. Me gusta verlo dormido, se ve tan relajado y más joven. Observo sus bien definidos labios, no me aguanto las ganas, y le doy un pequeño beso.Veo que despierta y me dice:—Que hermosa manera de despertar.—Perdón, no era mi intención despertarte.—No importa siempre, y cuando me despiertes así.Me besa, pero es un beso muy demandante, me separo y me subo en él, pues lo deseo una vez más. Quiero volver a sentirlo tan dentro de mí.—¿Qué haces Kate?—¡¿Tú qué crees?!—¿Segura?, ¿No estás adolorida?—Para nada—, le empiezo a besar su cuello, subo hasta su oreja y la lamo, y él suelta un gruñido. Eso, sonido
Salgo furiosa del baño ¡Maldita sea! No puede ser, que esa mujer; me ponga así. Camino y me encuentro en el pasillo a Harry.—¿Qué haces aquí?—mi voz suena más fuerte te dé lo que pensé.—¿Estás enojada? Vine a buscarte, pues te tardaste demasiado.En eso la desvergonzada esa, se acerca a Harry, y sin más le da un beso en la mejilla, y le dice:—¡Buenas noches, su Majestad!—y sin más se va, y Harry no le dice nada.—¿Por qué no le dijiste nada a «Esa»?—No voy a armar un escándalo, por un simple beso Kate.—A un simple beso. ¡¿Entonces si alguien me besa de manera insinuante?! No pasa nada.—No es lo mismo.—¿Por qué? Déjame adivinar porque eres hombre. Sabes quédate con «esa tipa», y déjame en paz.—¡Cálmate Kate! No te comportes cómo una niña, por un maldito beso.—Sabes que me dijo, tu examante en el baño, me dijo: que eres suyo, y que aunque te cases conmigo, es con ella con quién compartirás la cama. Y con la que acabo de ver, ya no sé que pensar.—Cómo se atrevió a decirte eso,
Han pasado 2 meses desde que Harry, y mis hermanos partieron. Las primeras 3 semanas recibí noticias de Harry diciéndome que: La avanzada iba bien. Pero desde hace más de un mes no he tendido noticia de él, trato de mantener lo más optimista que puedo.Pero cada día que pasa sin tener noticias de mi Harry, y de mis hermanos me está volviendo loca. He llorado tanto. Me levanto de la cama, y me miró en el espejo, me veo bastante ojerosa. Me arreglo, y bajo a desayunar.Mi padre, y mi hermana Edith, están sentados, por lo que veo ellos también pasaron una mala noche, mis hermanos pequeños siguen dormidos, pues los pobres han estado demasiado inquietos, pues los franceses han están avanzando. Esto lo sabemos porque hemos recibido a demasiadas personas de otros lugares, ya que los franceses los han despojado de sus propiedades y pertenencias.Tenemos más 10 familias viviendo en el jardín de la casa, les proveemos alimentos, los curamos si están heridos, y los ayudamos lo más que podemos.N
En príncipe Harry está amordazado, y amarrado a una silla. Él cree que lleva ahí dos días, pero no está muy seguro pues la deshidratación, ya le empieza hacer estragos. No sabe por qué sigue vivo. Solo puede pensar: En su amada Kate, y en cómo estará.Escucha unas pisadas, y escucha la voz de una mujer, pero no reconoce la voz.—¡Una mujer! ¿Quién diablos será? ¡Por favor Dios! No me dejes morir.El príncipe Harry no es que le tema a la muerte, a lo que le teme es dejar sola a Kate, y a que su país quedará en manos de un tirano.De repente escucha que se abre la puerta, y ve al maldito del rey Francis. Camina hasta él, y lo toma de su cabello, y lo gala para atrás. Que dando sus rostros frente a frente.—Así te quería ver, derrotado. Eres más estúpido de lo que creí, únicamente a ti se te ocurre desafiarme. Esto se puede acabar si te casas con mi hija, y me reconoces como tu rey.—le baja la mordaza, para que el príncipe responda.—No, ¿Cuál es tu maldita necedad de que me case con Fra
Sigo en los brazos de Harry, y eso me hace sentir tan feliz, tan en paz, es cómo si mi alma me hubiera regresado al cuerpo.—¡Tranquila hermosa! Estoy aquí y jamás me iré de tu lado de nuevo.No lo quiero soltar, pues todavía no puede creer que esté aquí abrazándome.Me levanta mi cara, y puedo ver sus hermosos ojos azules, su cara está angustiada, y tiene más barba de lo habitual, pero sigue luciendo hermoso.—¡Estoy aquí!—me dice, y me toma con sus manos mi rostro.—¡Ay Harry! Gracias a Dios, este tiempo sin ti, fue lo más horrible que he vivido.—Lo sé hermosa, porque para mí fue igual, has bajado mucho de peso. Perdón amor por todo, lo que tuviste que pasar.—Harry no tengo nada que perdonarte. Que es estés aquí, es lo importante, lo demás no importa. Te ves cansado, ¿Quieres descansar?—Tu igual te ves cansada.—No quería que me encontraras así.—Estás hermosa así cómo estás, solo que debes descansar.—Al igual que tú.Somos interrumpidos por mi padre, carraspea, y nos separamos.
Siento un nudo en la garganta, un dolor creciente en mi pecho, quiero maldecir, llorar, pero me quedo inmóvil. Sé que debo hacer, pero eso rompe mi ser en mil pedazos.Me suelto del agarre de la reina, salgo de la sala, casi corriendo, y caminado hacia las escaleras, quiero llorar en mi recámara, quizás eso apacigüe el inmenso dolor que siento. Desde que conocí a Harry, mi vida ha estado envuelta en dolor, pero también de una inmensa felicidad.Estoy subiendo las escaleras, y escucho decir a la reina:—Hija dime: ¿Qué harás?Y con todas la fuerzas que me quedan, le digo:—Su Majestad, sé lo que debo hacer, así que no se preocupe. No dejaré que Harry muera por mi culpa. Si me disculpa quiero estar sola.Llego a mi recámara y lloro por mí, por este amor que me consume, y me seguirá consumiendo, quisiera arrancarme de la mente a Harry, y dejar de sentir todo esto, sería más fácil si no lo amara de esta manera. Pero prefiero verlo en brazos de otra mujer, que muerto. ¡Dios mío por favor d