Mariana divisó a Valentina llegando.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Luciana, completamente sorprendida, mientras ella y Mateo también la observaban.

—Valentina, ya hablaremos de tu coqueteo con Luis anoche —le espetó Mariana con un tono de desprecio—. Ahora mismo desaparece, estamos esperando a la doctora Milagro y no tenemos tiempo que perder contigo.

Mateo frunció el ceño al verla. Aunque no pronunció palabra alguna, era evidente que tampoco apreciaba su presencia, como si fuera una intrusa que había irrumpido sin ser invitada.

Valentina, lejos de molestarse, los observó con diversión y les guiñó un ojo: —Sé que están esperando a la doctora Milagro...

—Entonces márchate —la interrumpió Luciana secamente.

Valentina enderezó su delicada espalda y, bajo la mirada de los tres, comenzó a hablar con una sonrisa: —Yo soy quien...

—¿Valentina? ¿Qué haces aquí? —la interrumpió una voz inesperada.

Era Dana, la hija de Fabio, el menor de los tres hijos de Marcela: Alejandro, Ángel y Fabio