Capítulo 131
El doctor Cruz se quedó perplejo.

¿A quién llamaba Esteban? ¿Quién era Esteban? Bueno, él era Esteban, ¡pero ella no podía llamarlo así! ¡Debería llamarlo doctor Cruz!

Cuando Esteban intentó hablar, Valentina echó un vistazo al grupo y se marchó.

Daniela soltó una risita y, tras mirar a Esteban, corrió tras Valentina. —¡Valentina, espérame!

Dana y Mariana estaban atónitas. —¡Doctor Cruz, ¿cómo lo llamó Valentina?! ¡¿Cómo se atreve a usar su nombre de pila?! ¡Debe estar loca!

Esteban suspiró. Era la segunda vez ya.

Tampoco entendía por qué Valentina usaba su nombre con tanta naturalidad. ¿No conocía el respeto hacia los maestros? ¡Solo su maestro, el doctor Milagro, podía llamarlo por su nombre! ¡Y encima decía que confiaba en que él manejaría el asunto!

Mateo, observando la silueta de Valentina mientras se alejaba, frunció el ceño. Realmente no le temía a nada, ni siquiera dudaba en llamar a su tío por su nombre.

Fernando se acercó para recordarle: —Presidente, tiene una cena romántica
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