La castaña no perdió el tiempo para encajar sus colmillos en el cuello de Alessio… su sangre siempre le iba a resultar exquisita, ninguna como la de él. Afortunadamente era una ventaja de alimentarse de vampiros, a ella le había tocado la mejor parte de ser un bicho raro.
Al liberarlo de sus dientes furtivas gotas cayeron deliberadamente sobre sus senos. Ella suspira para luego sonreír.
—¿Satisfecha? Pregunta él arqueando una ceja.
—¡Mucho!
Alessio se incorporó llevándola acostarse en la cama. Tomo las sábanas negras de seda y con ellas ato las manos de Lía del techo de la cama, dejandola de
—¡Nada! Responde mordiendo la carne interna de su labio.—No te preocupes, yo estaré bien. Le dice para tranquilizarla, parecía preocupadaSe acerca, planta un beso en la frente para encaminarse hasta la puerta. Ella lo ve partir y se muerde los labios.—¡Alessio! Lo llama y este voltea. —Yo… te amo. Éste sonríe dulcemente.—Yo también te amo amore mío. ¡Recuérdalo!Se marcha, dejando el corazón de Lía preocupado y acelerado. Esa noche tendría que volver a desobedecer a su amado. Lía retornaba a la mansión aún con el corazón en la boca. Ese atentado había estado muy cerca, estuvo a punto de morir por descuido. Por ser vulnerable y débil como le decía Noah.Noah…Pensó en él, no estando tranquila en casa desobedeció las órdenes de Alessio y salió en la búsqueda del cazador. Para cuando lo encontró estaba al filo de la muerte, por poco y esas ratas lo asesinaban. Algo dentro de ella la impulso a salvarlo, verlo morir de esa manera no era precisamente la manera en que ella deseaba dejar de verlo.Pero a pesar de haberlo rescatado, no confiaba en él… y hora menos, después de que el prácticamente le confirmara sus sospechas. La joven se tumbo en la cama, mCapitulo 28 Jacuzzi
—¡Alessio! Ella corre hacia él saltando sobre su cuerpo. Éste la carga mientras enrrolla las piernas en su cintura. —¡Haz regresado! Sonríe dandole un beso.—Me alegra que de te gustó de verme.—¿Cómo sabías que estaba aquí?—Tu aroma me trajo. Sonríe.—Este lugar es fabuloso.—Sabia que te gustaría.Ella sonríe abiertamente pero de la nada la sonrisa se le borra, volviendo su expresión en preocupación. —Pero no contaron con que la luz del día los mataría. Le dice Lía.—No. Algunos murieron. Mi padre los usaba como experimentos, quería saber hasta qué grado era peligroso la luz del sol.—¿Qué nos pasa?—Nuestro cuerpo es delicado, tan solo un rayo nos causaría gran daño.—¿Qué pasó con todos esos maestros?—Se volvieron en contra de mi padre, le repudiaron por haberlos engañado y condenado a la oscuridad. Muchos desaparecieron, estos empezaron a morder a más humanos creyendo que le pasarian el mismo poder que miCapitulo 30 Se desquitó el desplante
Con cada hora el bar se volvía más atestado de jóvenes. La música se hacía más ruidosa gracias al escándalo de la juventud. Todos ellos ajenos a lo que estaba pasando en un rincón de aquel concurrido lugar.—¿Qué es lo que quieres, Lucian?—¡Nada! Solo he venido a ver como iban las cosas por aquí, además, me he enterado que Matteo a desaparecido y por ello estoy aquí.—¿Qué insinuas?—Nada… simplemente he venido a velar por mis intereses. Soy socio, si Matteo no está eso me convierte en el dueño.—Pierdes el tiempo, te recom
Sebastiano y Noah pasaron toda la noche buscando al propietario del sello del humano muerto. Pero no habían dado con el aún. Habían demasiados vampiros exclusivos. Inclusos, algunos no habían sido registrados. Ya que siglos atrás, algunos se ocultaron, otros murieron, y el resto habían desaparecido misteriosamente.Los monjes creían que seguían vivos, pero muy bien escondidos. Y Noah pensaba igual, seguían creando más y más vampiros. Eran una plaga difícil de eliminar.—Falta mucho por leer. Creo que será mejor que vayamos a dormir un poco. Le dice el joven cerrando un pesado libro.—Si. Debemos descansar, esta noche si tenemos que salir. Esa fría noche, Noah y su acompañante se encontraban dispuestos a eliminar algunos vampiros. Pero el viejo mantenía la esperanza de verla de nuevo. Necesitaba saber con quién se había liado. Lía era importante para su misión.—¡Eh, viejo! ¿Estás aquí? Pregunta Sebas dándole vueltas a la katana con la mano.—Si. ¡No molestes! Responde. Últimamente se perdía en sus pensamientos, desde que Lía se había ido.—Entonces vamos a por ellos. Sonríe lleno de energía el joven. Lo que carecía él mismo.—¡Seguro!—Dudo que enCapitulo 33 Muerte Andante
Detiene el Tesla dorado ante un pequeño monasterio un poco envejecido. Se mantenía a oscuras, solo una vieja farola iluminaba la entrada. Alessio bajo del coche, mirando en esa dirección. Con pasos firmes camino hacia la enorme puerta de madera vieja.La abrió de par en par recibiendo más oscuridad de la que había afuera. Éste da dos pasos más en el camino hecho de tierra, cuando una voz lo detiene.—¿A qué has venido?—Como siempre oculto en las sombras, viejo monje.