Lucas reunió toda su fuerza de voluntad, sentía algo muy dentro de él que le impedía asesinar a esas personas. Pero hizo a un lado esos sentimientos absurdos y débiles, concentrándose en sus enemigos. Sus ojos brillaban con el resplandor de la luna, liberando el animal que llevaba por dentro tomo a un vampiro con su mano y con la mano libre tomo al chupa sangre por la boca, en un solo golpe arranco la mitad de esta.
Tan rápido como lo soltó, enfoco su atención en otro a quien le atravesó el cuerpo con la mano. Seguido de ese, rompió el cuello de un sujeto grande con bastante facilidad. Y así fue despedazando uno por uno con agilidad, desapareciendo y apareciendo ante cada uno de estos… en cuanto termino con el último, de sus dedos chorreaba mucha sangre que no era de él.
Al darse la vuelta miro a su padre con el ceño fruncido y esa mirada afilada que lo carac
—Se les llama maestros a vampiros fuertes que tienen el poder de convertir a humanos.—¿Tu puedes hacerlo?—No. Esta se rio. —Claro que no, yo fui creada. No tengo poder de convertir a nadie.—¿Dónde está tu maestro?—¡Muerto! Pero me enseñó a controlar mi sed y salvajismo. Por eso soy así.—¿Quién lo asesino?—No lo sé… la chica mira hacia otro lado. —Pero eso no importa, lo que interesa es que no soy una salvaje. Sonríe.—Mi maestro seguirá con vida. Se dijo para sí misma. — ¿Sería el quien me dejo en este lugar sin recuerdos?—¡Quien sabe! Se encoge de hombros.Sara se quedó pensativa por un momento… siempre se hacía tantas preguntas, pero
Esa mañana lluviosa en Bucarest le impidió la salida a Sara. Sus planes eran salir después de que Rochel se fuera a dormir, pero por la madrugada comenzó a llover muy fuerte y ya por la mañana seguía igual. La chica observaba por la ventana de su despacho, un poco entristecida ya que no podría ver a Sebastiano ese día. Tal vez si estuviera mal que frecuentara a un completo extraño, y más después de enterarse que hace mucho existieron humanos cazadores.Pero ella no creía que Sebastiano fuese uno de esos. A lo mejor si era un poco misterioso, pero eso no quería decir que fuese un cazador de vampiros. Y si al final terminaba siéndolo, él no tenía por qué enterarse de que ella era un vampiro. Ademas, podía vagar bajo los rayos del sol nadie podría sospechar nada de ella. La joven suspiro observando las calles desoladas mientras que la lluvia limpia
—Vamos Sara, en guardia… necesitas más entrenamiento. —Ya no quiero continuar, hemos pasado toda la noche en esto. Se queja. —Necesitas desarrollar mejor tu fuerza. —Rochel, siempre te gano. Ya no eres rival para mí, necesito a alguien más fuerte con quien entrenar. —¡Lo hay! Pero no creo que estés lista aun. Masculla, pero la chica la había escuchado bien claro. —¿Quién es? Pregunta con curiosidad. —Alguien que es mejor que no conozcas. —¿Por qué? ¿Es como yo? — No lo sé… dice guardando la espada. — Pero tú requieres dominar mejor tus poderes, debes entenderlo. Sara hace un mohín con los labios, Rochel siempre estaba con sus misterios… nunca le hablaba con claridad y ya estaba empezando a colmarla. Guardaba más secretos que no quería contarle, quizás si la presionaba con el entrenamiento lograra sacarle más información. —Quiero saber más de los vampi
Bucarest fue bendecido esa mañana con un radiante e imponente sol. El cual seco las calles poco a poco dejando un agradable aroma a tierra húmeda. Sara aprovecho el día para salir e intentar aplacar la ira que la carcomía por dentro. No dejaba de pensar en sus malditos padres, no se creía aun lo que habían hecho para con ella. Eran unos desgraciados, pensó la peli negra. Y justo cuando su rabia iba en aumento levanto la mirada y fue cuando lo vio.Era Sebastiano… entonces algo dentro de ella cambio, la irritación que sentía en ese momento se fue sosegando tan rápido como cuando estuvo a punto de explotar. La chica pestañeo repetidas veces intentando ver si no era una ilusión. Pero no lo era, él era tan real como esa mañana reluciente. Avanzaba despacio por las calles atraviado con ese sobre todo negro volviéndolo más curioso pero excitante.Sin p
Sebastiano camino hacia ella atraído por ese mágico brillo, sus pasos eran lentos pero decididos. No tenía en claro que lo impulsaba a ir hacia donde estaba ella, pero ya lo había hecho. Estando a pocos centímetros de Sara llevo la palma de la mano hasta la mejilla de la chica, ella entrecerró los ojos lo que fue una clara invitación para Sebastiano.—¡Sara! Susurra a un suspiro de los labios de ella, solo los estaba rosando dispuesto apoderarse de ellos cuando de la nada una borrasca se desato sobre la casa de Sebastiano logrando que ambos se separaran.—¡Oh no! Comenzó a llover. Dice ella un poco preocupada—Demonios. Masculla sebas yendo hacia la ventana.El chico observo como una tormenta caía sobre el campo humedeciendo e inundando rápidamente todo a su paso. En esas condiciones no podría regresar a Sara al pueblo. Maldijo para
Sebastiano observa la expresión de Sara, parecía confundida se preguntó que estaría soñando para que la perturbara tanto. Sin darle permiso a sus movimientos, se sentó en el borde de la cama. La vulnerabilidad que ella reflejaba en ese momento lo cautivo profundamente y aunque sabía que podía ser un poco apresurado para lo poco que se conocían no le importo acercarse a ella volviéndola a tomar de las mejillas mientras que acercaba sus labios a los de ella.El choque de ambos labios fue como una descarga eléctrica para la pareja. Al principio Sebastiano fue tierno, un tanteo de terreno pero luego a medida que saboreaba la boca de Sara sus instintos más básicos despertaban lo que lo llevo a introducir más a fondo la lengua en el interior de ella dejándose llevar por las enormes emociones que se agrupaban en su entrepierna.Sara tampoco se quedó atrás, la
Esa misma mañana, Sebastiano despertó de un plácido sueño. Hacía mucho que no dormía tan bien. Lo único negativo de esa mañana reluciente es que al despertar se encontraba solo, su chica se había ido. Volvió a tumbar su cuerpo en la cama llevando ambas manos detrás de su cabeza, esa noche tuvo suerte ya que ningún vampiro se apareció por los alrededores. El chico cerró los ojos recordando la piel pálida y tersa de Sara, quizás era momento de sentar cabeza. Y porque no con ella, era linda y también estaba muy interesada en él.Con aquellos pensamientos volvió a caer dormido…[…]—¡Sara! ¡Sara! ¿Dónde estás metida? Grita Rochel bajando las escaleras en cuanto el sol se puso la chica se levantó enseguida.—¡¿Qué pasa?!
La peli negra frunce el ceño ante la mención de otra persona. Llenándola más de curiosidad.—¿Quién es esa persona?—Lo sabrás cuando lo veas. Esta sonríe. —Es por esa razón que debes alejarte de ese mortal, solo es un lastre. No ayuda en nada, solo te retrasa.—Pero Sebastiano es bueno. Dijo con voz queda.Rochel sintió molestia cuando esta se refirió al mortal con tanta propiedad… era un estorbo, uno que tendría que eliminar ella misma si era posible. Solo la distraía de lo que realmente debía hacer. Miro por la ventana de la habitación, el sol intentaba asomarse por el horizonte ya no podía continuar hablando con ella.—Debo irme, ya está por amanecer.—¡Esta bien!—Procura olvidar a ese hombre, no te conviene. Aparte d