— Vamos Sara, en guardia… necesitas más entrenamiento.
— Ya no quiero continuar, hemos pasado toda la noche en esto. Se queja.
— Necesitas desarrollar mejor tu fuerza.
— Rochel, siempre te gano. Ya no eres rival para mí, necesito a alguien más fuerte con quien entrenar.
— ¡Lo hay! Pero no creo que estés lista aun. Masculla, pero la chica la había escuchado bien claro.
— ¿Quién es? Pregunta con curiosidad.
— Alguien que es mejor que no conozcas.
— ¿Por qué? ¿Es como yo?
— No lo sé… dice guardando la espada. — Pero tú requieres dominar mejor tus poderes, debes entenderlo.
Sara hace un mohín con los labios, Rochel siempre estaba con sus misterios… nunca le hablaba con claridad y ya estaba empezando a colmarla. Guardaba más secretos que no quería contarle, quizás si la presionaba con el entrenamiento lograra sacarle más información.
— Quiero saber más de los vampi
Bucarest fue bendecido esa mañana con un radiante e imponente sol. El cual seco las calles poco a poco dejando un agradable aroma a tierra húmeda. Sara aprovecho el día para salir e intentar aplacar la ira que la carcomía por dentro. No dejaba de pensar en sus malditos padres, no se creía aun lo que habían hecho para con ella. Eran unos desgraciados, pensó la peli negra. Y justo cuando su rabia iba en aumento levanto la mirada y fue cuando lo vio.Era Sebastiano… entonces algo dentro de ella cambio, la irritación que sentía en ese momento se fue sosegando tan rápido como cuando estuvo a punto de explotar. La chica pestañeo repetidas veces intentando ver si no era una ilusión. Pero no lo era, él era tan real como esa mañana reluciente. Avanzaba despacio por las calles atraviado con ese sobre todo negro volviéndolo más curioso pero excitante.Sin p
Sebastiano camino hacia ella atraído por ese mágico brillo, sus pasos eran lentos pero decididos. No tenía en claro que lo impulsaba a ir hacia donde estaba ella, pero ya lo había hecho. Estando a pocos centímetros de Sara llevo la palma de la mano hasta la mejilla de la chica, ella entrecerró los ojos lo que fue una clara invitación para Sebastiano.—¡Sara! Susurra a un suspiro de los labios de ella, solo los estaba rosando dispuesto apoderarse de ellos cuando de la nada una borrasca se desato sobre la casa de Sebastiano logrando que ambos se separaran.—¡Oh no! Comenzó a llover. Dice ella un poco preocupada—Demonios. Masculla sebas yendo hacia la ventana.El chico observo como una tormenta caía sobre el campo humedeciendo e inundando rápidamente todo a su paso. En esas condiciones no podría regresar a Sara al pueblo. Maldijo para
Sebastiano observa la expresión de Sara, parecía confundida se preguntó que estaría soñando para que la perturbara tanto. Sin darle permiso a sus movimientos, se sentó en el borde de la cama. La vulnerabilidad que ella reflejaba en ese momento lo cautivo profundamente y aunque sabía que podía ser un poco apresurado para lo poco que se conocían no le importo acercarse a ella volviéndola a tomar de las mejillas mientras que acercaba sus labios a los de ella.El choque de ambos labios fue como una descarga eléctrica para la pareja. Al principio Sebastiano fue tierno, un tanteo de terreno pero luego a medida que saboreaba la boca de Sara sus instintos más básicos despertaban lo que lo llevo a introducir más a fondo la lengua en el interior de ella dejándose llevar por las enormes emociones que se agrupaban en su entrepierna.Sara tampoco se quedó atrás, la
Esa misma mañana, Sebastiano despertó de un plácido sueño. Hacía mucho que no dormía tan bien. Lo único negativo de esa mañana reluciente es que al despertar se encontraba solo, su chica se había ido. Volvió a tumbar su cuerpo en la cama llevando ambas manos detrás de su cabeza, esa noche tuvo suerte ya que ningún vampiro se apareció por los alrededores. El chico cerró los ojos recordando la piel pálida y tersa de Sara, quizás era momento de sentar cabeza. Y porque no con ella, era linda y también estaba muy interesada en él.Con aquellos pensamientos volvió a caer dormido…[…]—¡Sara! ¡Sara! ¿Dónde estás metida? Grita Rochel bajando las escaleras en cuanto el sol se puso la chica se levantó enseguida.—¡¿Qué pasa?!
La peli negra frunce el ceño ante la mención de otra persona. Llenándola más de curiosidad.—¿Quién es esa persona?—Lo sabrás cuando lo veas. Esta sonríe. —Es por esa razón que debes alejarte de ese mortal, solo es un lastre. No ayuda en nada, solo te retrasa.—Pero Sebastiano es bueno. Dijo con voz queda.Rochel sintió molestia cuando esta se refirió al mortal con tanta propiedad… era un estorbo, uno que tendría que eliminar ella misma si era posible. Solo la distraía de lo que realmente debía hacer. Miro por la ventana de la habitación, el sol intentaba asomarse por el horizonte ya no podía continuar hablando con ella.—Debo irme, ya está por amanecer.—¡Esta bien!—Procura olvidar a ese hombre, no te conviene. Aparte d
El tiempo era un privilegio para esos dos, así que el rubio recostó el cuerpo de Sara contra el primer muro sólido. Metiéndose entre sus piernas con bastante facilidad, en seguida sintió las delgadas manos de ella apoderarse de la cremallera de sus vaqueros liberando su miembro el cual sufría a morir desde que la vio llegar.No tardó mucho en buscar la cavidad estrecha de Sara, y para cuando la encontró no espero mucho para penetrar su cuerpo. La tibieza de su ser lo lleno por completo, esa chica tenía que ser para él y de nadie más. Empezó a penetrarla, saliendo y entrando en ella disfrutando de las miles de sensaciones que sentían en ese momento. Hasta que la oyó gemir con más fuerza de la normal, llevando sus ojos a encontrarse con los de ella, quien los tenía tan brillosos.Los roncos gemidos de Sara avivaron más las ganas del chico, llevánd
Cuando Alessio se acercó a ella a una distancia comprometedora su hija lo ataco con la catana sin mediar palabras. Éste la esquivo, lo que menos quería era lastimarla. Era su hija jamás le haría daño. Pero si estaba muy sorprendido, ella se movía con tanta elegancia. Se notaba que había entrenado mucho y ganado mucho poder. Eso no era bueno, alguien estaba detrás de todo aquello. ¿Pero quién? Se preguntó el vampiro.—Hija, han llenado tu mente de malos pensamientos. ¡Escúchame! Le dice intentando apaciguarla.—Cállate, deja de hablarmeeeeee… le grita a todo pulmón blandiendo la espada hacia él.—Sara, no… él es tu padre, detente. Grita Lía sin poder hacer nada.En eso a la escena en medio de la sala se les une Dante en compañía de Sabina… observando a Ales
Ella era un maldito vampiro… se dijo mentalmente el chico. Entonces, se había enamorado de un vampiro. Sebastiano no salía de su estupefacción, solo la miraba a ella. Por el agua que caía no sabía si el líquido que se deslizaba por sus ojos era de llanto o de la lluvia. Lo único que sabía en esos momentos era que ella estaba muriendo. Este soltó ambas catanas, dando un paso hacia esa mujer que le robo el corazón… cuando de la nada un dolor punzante se instala en su hombro.Todo había sido como a velocidad lenta, cuando miro el hombro noto la punta de una catana sobre salir de su cuerpo. Cayó arrodillado en el piso con una importante cantidad de sangre brotando de la herida. Maldijo para sus adentros, era el mismo lugar donde aquel vampiro lo lastimo seriamente hace años. El dolor era descomunal, ya que por muchos años que hubieran podido pasar le seguía