El poderoso CEO
Capítulo 4
En la casa de los Drys, Augusto llegó un tiempo después de la escena tan bochornosa que habían tenido con Abigail y su madre. Este estaba sorprendido―: Quisiera saber lo que sucedió, de repente todos los inversionistas me han llamado para decirme que debería de dejar las cosas así, sin embargo, me molestó demasiado la actitud de algunos, y les di su dinero a pesar de lo que me dijeron, otros se arrepintieron de su decisión.
―Bueno, Abigail ha venido hasta acá con su madre, esto ha sido todo una contienda campal ―respondió su madre.
―¿Y qué ha sucedido? ―preguntó Augusto ahora más curioso que antes.
―Pues, tu hermana le entregó las pruebas, y él las observó, sin embargo, no dijo nada. Fue su madre quien se alteró al ver que las pruebas eran reales, y empezó a gritar y se ha vuelto loca, pero además de eso no tenía ni la más mínima certeza que los exámenes se habían hecho en una de sus clínicas, por lo que se puso peor, su locura llegó a un grado súper extraño.
―Bueno, me imagino, creo que Anabella no te ha contado, pero todo esto ha sido un plan de ella para separar a Abigail de ella. Se ha puesto enferma, ha dejado de lado muchas cosas y además la llamó para decirle que todo había sido planeado por ella ―le contó Augusto a su madre.
―Pero ¿Qué demonios? ¿Cómo se atreve esa vieja insolente? Y además de ello viene hasta mi casa con su cara muy limpia para hacerme sentir mal, hacer sentir mal a mi hija y a todos los miembros de esta familia, cuando quien realizó todo este descarado plan fue ella.
―Madre, pensé que Anabella te había contado toda la verdad.
―Pues no, no ha hecho más que llorar en su habitación. La entiendo, ver el rostro de Abigail, sin confiar en ella, y sin confiar en su madre, pero algo le hizo mella, porque me había dicho que iban a retirar los fondos de nuestra empresa, pero luego dijo que era un valioso activo, por lo que no retirarían el dinero.
―Eso explica muchas cosas, mucho de nuestros socios, también son socios de Abigail, por eso estaban enloquecidos con el hecho de que querían su inversión de vuelta, en especial aquellos que eran más cercanos a él, pero ahora se han llevado un gran impacto al momento en que este les dijo que dejarán todo como estaba. Y como yo en algunos casos no quise quedarme con su dinero, me estaban maldiciendo.
―Bueno, es culpa de ellos. No deben de hacerle caso a Abigail siempre, es un hombre que no es capaz de controlar sus emociones, siempre lo he dicho, pero muchos lo ven como un héroe.
―Hijo, deja tus celos contra él, es un hombre realmente de armas tomar. Pero siempre hace las cosas en el momento justo.
―Solo espero que mi hermana no siga sufriendo por él, debe de ser un hombre fuerte al momento de estar con una mujer, y la confianza es lo primero.
Pero mientras Augusto y su madre estaban hablando, sucedió algo increíble, pues Anabella había decidido salir de la casa con varias maletas, ella se iba―: Madre, hermano… me iré del país. Prefiero irme ahora y estar tranquila, será mejor no verla más la cara al idiota de Abigail.
―Pero hija, esa es una decisión muy apresurada, no debes de solo irte porque las cosas han salido mal ―le dijo su madre. Un poco triste por el hecho de que ella se iría.
―No me interesa más estar en este lugar, todo el mundo me conoce y ahora soy la mujer que le fue infiel al hombre más importante del país, porque eso es lo único que ven en mí, que le fui infiel, nadie ha visto nada más ―dijo ella entre lágrimas mientras que le mostraba el teléfono a su madre, allí había una enorme cantidad de aquellas que habían sido sus amigas, diciéndole una gran cantidad de insultos, solo con el fin de seguirla desprestigiando.
―Hermana, ¿estás segura de que quieres irte? ―cuestionó Augusto.
―Sí, quiero hacerlo ―respondió Anabella con firmeza.
―Tengo una pequeña cabaña, no es muy cómoda, cerca de los Alpes suizos, en un pueblo que se dedica a obtener madera para los pueblos cercanos, y crían un poco de ganado. Es un lugar apartado de todo, es mi lugar de descanso, puedes irte para allá, así te sentirás mucho mejor.
―Hermano muchas gracias, sí. Quiero irme a ese lugar, necesito estar desconectada de toda esta locura, de la ciudad, de todo. Quiero estar bien fuera de este país.
―Pues bien, entonces haré los preparativos para que te vayas del país de inmediato ―Augusto enseguida sacó su teléfono y empezó a hacer llamadas, mientras que su madre solo se acercaba a ella.
―Hija, por favor, piensa bien antes de irte, sé que está situación es muy dura, pero huir no es el camino correcto.
―Mami, yo no quiero quedarme acá. Estoy segura de que todo el mundo me va a tratar como una basura después de esto, así que prefiero irme del país, buscar un lugar mucho más tranquilo. Donde nadie me conoce, nadie sabe de mí, y además soy la única persona que conoce mi pasado. Así podré vivir una nueva vida tranquila.
―Hija, espero que estés tomando la decisión correcta ―su madre le dio un fuerte abrazo, mientras que Augusto se acercaba a ambas, y se unía en el abrazo.
Luego de eso se fueron al aeropuerto, ya su hermano había arreglado todo para que Anabaella llegara segura y sana hasta los Alpes suizos, debía de hacer un recorrido largo y hasta subir en un teleférico, y un camino montañoso que debía hacer en un jeep.
―Bueno, solo espero que puedas llegar con calma y que no ocurra nada en el camino ―le dijo Augusto a su hermana, mientras que le daba un fuerte abrazo.
―Lo más seguro es que no ocurra nada hermano, así que por favor, quédate tranquilo ―le respondió ella.
―Hija por favor, cuando llegues busca la manera de enviar un mensaje rápido, sabes que no me gusta estar incomunicada contigo.
―Lo sé madre, tranquila, haré todo lo necesario para escribirles apenas llegue al país.
Y así, Anabella Drys subió en un avión, sin saber todo lo que aún le esperaba en su nueva vida, dejando de lado todo un país que le daba la espalda incluso cuando ella no había sido culpable de nada, sino que había sido utilizada, una ficha en el tablero, todo por la culpa de la madre de Abigail.
El poderoso CEOCapítulo 5Desde el aeropuerto, a Anabella la atendieron muy amablemente unos hombres que se veían afables pero con rostros duros―: Bienvenida Srta. Drys, nos complace saber que estará con nosotros un buen tiempo. Y no se preocupe, nosotros la atenderemos muy bien ―le recibieron.Anabella se dejó guiar por los hombres, quienes la llevaron hasta el retirado pueblo, donde llamó a su madre y a su hermano, al instalarse en la casa―: Hermano, está casa es espectacular.― ¡Por el amor de Dios hermana! Esa casa no tiene muchas cosas que son necesarias, la vista, el agua caliente, el supermercado cerca… el más cercano queda a un par de cuadras de allí. ¿Cómo te sientes en ese poblado?―Realmente es acogedor, y las personas han sido muy amables hasta ahora, por eso me ha gustado bastante. Realmente hace mucho frío, pero es mejor que estar en aquel país, que es más caliente, pero su gente es más fría.―Hija mía ―su madre entró en la llamada―, me alegra que te sientas bien, acá h
El Poderoso CEOCapítulo 6En una tranquila cafetería, la madre de Anabella se reunía con Abigail ―: Debes de saber algo muy importante Abigail, esto me tiene sofocada y es importante que en mi consciencia no quede que hice algo malo.―Sra. Drys, me preocupa que hable de esa manera, por eso sería bueno que me dijera que ha sucedido ―le respondió un Abigail mucho mayor, y más maduro, aunque no del todo.―Tienes una hija ―soltó sin medir el impacto la madre de Anabella.―¿Cómo que tengo una hija? ―cuestionó el hombre sin entender nada.―Como lo oye Sr. Clayton. Su hija, Anastasia, nació y creció fuera del país. Hasta ahora es que me he dado cuenta que debía de haberle dicho todo esto desde antes ―la madre de Anabella soltó todo y logró sentir como un peso salía de su hombro, pero luego observó el oscuro rostro de Abigail.―¿Desde hace cuánto tengo un hijo? ―preguntó Abigail.―Bueno, es una hija… ―respondió la madre de Anabella.―No importa, solo responda mi pregunta.―Desde hace siete a
El poderoso CEOCapítulo 1―¡Toc! ¡Toc! ―sonó la puerta.―Adelante ―respondió una galante voz masculina.La puerta se abrió rápidamente.―¿Quién coño eres? Y ¿Qué haces con mi esposa?―Eso no es asunto tuyo, además creo que ya no será tu esposa.La mujer en la cama, estaba más que sedada, había sido tanto sedante que apenas tenía conciencia de ella, trato de levantarse, pero lo único que sintió fue una fuerte bofetada.―Eres una perra. Te atreviste a acostarte con alguien justo el día de nuestro aniversario, solo eres una pobre perra. Mis padres siempre tuvieron la razón sobre ti.Abigail Cleyton estaba muy molesto, no era posible que la mujer que amaba le hubiera puesto los cuernos de esa forma, y que su hubiera acostado con otro hombre en su propia cama. Eso no era algo que estaba en la capacidad de soportar.Ella, Anabella Drys, no sabía qué hacer, ni siquiera estaba muy consciente de lo que acontecía, solo veía la figura borrosa de dos hombres y además, escuchaba fuertes gritos, t
El poderoso CEOCapítulo 2―Nunca pensé que madre pudiera hacerme algo así ―dijo Anabella, y pensó en todo lo que había pasado junto con cada una de las personas que había en la casa ese día.―Hermana, debes de aceptar que tu suegra no es la mejor mujer del mundo, además no sabemos con seguridad quién es ese hombre que estuvo contigo anoche, ni que fue lo que te hizo.Al llevarla a otro hospital, le hicieron unas pruebas para ver si ella había sido violada, o si había tenido relaciones con alguien. Llegaron y enseguida le hicieron las pruebas pertinentes, y se percataron que sí había estado con alguien, aunque el examen decía que era un margen de entre 24 y 72 horas, ella no le prestó atención a este hecho.―No es posible, yo no recuerdo haber estado con alguien. Ese maldito me violó ―dijo la pobre Anabella sorprendida.―Hermana, vamos a estar calmados, primero debemos de saber quién es el hombre que estaba contigo anoche ―Augusto estaba muy preocupado por el rostro de su hermana.―S
El poderoso CEOCapítulo 3―Hija, me han dicho que le fuiste infiel a Abigail, quisiera saber si eso es cierto ―la primera en hablar fue la madre de Anabella.―No, no le he sido infi…―Eres una mentirosa, una maldita mentirosa ―la madre de Clayton se alteró de inmediato y empezó a proferir gritos en contra de Anabella.―No es mentira ―Anabella se puso de pie y apretó sus puños frente a la figura de su suegra―. Yo no le he sido infiel a Abigail, ese hombre que estaba conmigo me drogó. Yo sería incapaz de estar con otro hombre que no fuera Abigail, además es mi esposo y lo amo con todo mi corazón.―Maldita perra ―la madre de Abigail se levantó también como todo un monstruo y empezó a hablar con mucha más fuerza y rabia, el odio que le tenía a Anabella era palpable―. Eres una mujer despreciable, ¿cómo te atreves a decir eso? Todo el mundo te vio el día de ayer, en su aniversario… Hemos gastado miles de dólares para que no salga en los diarios y sin embargo, eres capaz de decir semejante