[Señor, Leonard Campbell. Reciba un cordial saludo de mi parte. La presente carta es de suma importancia. Una vez que termine de leerla debe deshacerse de ella. Anteriormente lo mantuve en secreto ya que pensé que era lo correcto, pero por situaciones personales será mejor que le informe ahora. No quiero continuar con esta carga por más tiempo. Su guarda espaldas y amigo cercano, el señor Arnoldo Hansel, me ofreció un extraño trato, diciendo que lo mantuviera en secreto de usted, uno en el cual podría finalmente deshacerme de ese tedioso y molesto problema familiar. Por supuesto, acepté la propuesta que terminaría sin involucrarme a mí ni a usted. Era beneficioso después de todo, aunque actualmente me arrepienta un poco de mi decisión se que fue lo mejor por el bien de mi amada hija Samantha. Usted ya debe entender a qué me refiero, no entraré e
Luka ignoró la llamada mientras seguía sonriendo maliciosamente. El teléfono volvió a sonar poco después, el mismo número, la misma persona. Después de esperar algunos segundos, el atractivo extranjero finalmente contestó.— Hola viejo "amigo" es extraño que me estés llamando, ¿Sucede algo? — ¿Recuerdas a Samantha Thompson? — Pregunto Leonard Campbell. — ¿Cómo podría olvidarla? — En ese momento, el apuesto ruso posó su celeste mirar en la joven que dormía en un sofá cercano. — Una mujer tan hermosa y digna al lado de un maldito poco hombre como tú, era todo es desperdicio, ¿Que pasa con esa belleza? ¿Ya se dio cuenta que merece algo mejor y te ha dejado? — Decía Luka burlándose con intenciones de enfadar a Leonard. — No, ella… Despareció y no he logrado dar con su paradero, ya casi han pasado veinticuatro horas y… Hablé con Fredek Ivanov, él está cooperando en su búsqueda también o mejor
***************•••••***************¿Lo besé para olvidar? Quizá lo que me hace hacerlo es la presión que siento, tal vez fue el momento de confusión… Los pensamientos negativos sin fin que invadían mi mente y la preocupación constante que era una tortura para mí corazón, cesaron.Sus labios son suaves… Sus manos explorando mi cuerpo, metiéndose bajo mi vestido…Los movimientos de su lengua húmeda y cálida me dejan sin aliento.Me aferró a los fuertes brazos de Luka olvidando poco a poco todo lo malo que me inquieta. Me desprende de mi ropa hábilmente, con las mismas manos con las que ha disparado sin titubeos, sin embargo… ¿Por qué eso no me importa ni en lo más mínimo? Este hombre salvó mi vida. Es él quien me ha ayudado y guiado a la verdad sin mentiras. Aunque sea un extranjero que conozca poco, un ho
Samantha sonrió viendo a ese apuesto hombre de ojos celestes. — Aunque admito que esto es más relajante, me gustaría que me bajes. — Lo haré dentro, hay algo que quiero hablar contigo. — ¿Es sobre la investigación o mi hermano? — No, es sobre tu prometido. — ¿Quieres hablarme de Leonard? Que raro… — Decía Samantha mientras el hombre ruso que la tenía en brazos se dirigía al interior de la mansión. ……….Unos minutos después. Ambos se encontraban en un salón de la planta baja, ante la expresión seria de Luka, Samantha temió que se tratara de algo grave. — Leo… ¿Él está bien? — No, no lo está, se nos ha informado que se encuentra enfermo, pero sigue llevando su vida normalmente. Samantha se sorprendió al escuchar que Leonard estaba enfermo. — ¡¿Enfermo?! ¿Que tiene? Él… No es alguien que se enferma frecue
12: 30 am. Cuando el automóvil ingresó por el portón principal de la mansión Campbell, Samantha Thompson sintió su corazón acelerarse y su cuerpo llenarse de nerviosismo. No quería volver. No quería ver a ese hombre que la obligó a comprometerse a base de mentiras y engaños. Sintió que había sido una ingenua durante todo ese tiempo y eso le enfureció más. — Hemos llegado. — Dijo Luka unos minutos después cuando el vehículo estaba frente a la glamurosa mansión. Él se bajó primero ofreciendo su mano después a la joven que seguía sentada con una expresión seria en el interior. — Samantha, debes bajar. — Continúo hablando Luka. Pero ella no quería, su cuerpo simplemente no se movía. Las puertas de la mansión fueron abiertas y Leonard salió a distancia dirigiéndose al vehículo que recién había sido estacionado. — Él está aquí, baja y s
"No hay nada aquí dentro… Solo una prenda, ¿Que será?"Pensó Leonard sacando la tela celeste que estaba enrollada, dándose cuenta que era un tipo de vestido, el cual cuando sacó por completo y sacudió entre sus manos hizo caer una pequeña caja de color oscuro. Los ojos azules marinos del atractivo hombre se dirigieron de inmediato al piso alfombrado, justo en el sector donde la caja había quedado. "¿Luka se lo habrá regalado?"Pensó Leonard del vestido corto, celeste y volado que tenía un escote largo cubierto a la mitad entre cinta brillante. Era justo del gusto de su prometida Samantha, tanto que pensó que no era probable que Luka se lo diera, ya que hasta donde Leonard sabía, ese hombre no conocía a "su mujer" y no había probabilidad que en tan poco tiempo llegará a hacerlo. Dejó de lado el vestido, registrando todo pequeño sector del bolso sin encontrar mas nada, recogió la pequeña caja
"Sam ahora… Mi Samantha, la mujer de la que me enamoré hace más de tres años, la que sigoamando con la misma intensidad hoy día" "Que ella haya dicho eso, que ella se vea tan decidida, no se que pasó, no se por que cambiotan rápido de pensar, pero no me interesa" "No puedo dejar ir esta oportunidad" Pensaba Leonard de pie mientras su prometida se acercaba tomándole la mano, ella le guíohasta un sofá individual cercano. Él se sentó y ella seguidamente lo hizo en la pierna izquierda de Leonard comenzando a quitarle el cinturón. — ¿No te molesta que lo haga tan lento? — Preguntaba Samantha bajando la cremallera. — Después de todo tienes que ir a la sede a trabajar, estás perfectamente vestido, luces y hueles muy bien. — ¡Al diablo eso! — Exclamó Leonard. — Tú… Puedes hacer conmigo lo que quieras. La hermosa mujer de ojos verdes oscuros sonrió coquetamente, aunque ella no espera
Samantha caminaba por uno de los jardines en la mansión de su prometido, poco después del almuerzo junto a Clarisa. — ¿Lo tienes contigo? — Preguntó Samantha. — Si señorita, tome. — Dijo ella entregando el teléfono y viendo a los alrededores que nadie transite por ahí. Samantha marcó el número de Luka. — ¿Te encuentras bien? ¿No te hizo nada? — Preguntó Luka de inmediato, Samantha sonrió respondiendo. — En realidad tuve que despistarle un poco esta mañana, encontró los anticonceptivos que me entregó tu hermana por medio de Edik, ahora creer que quiero acostarme con él y de hecho, tuve que decirle que ya no valía la promesa que le obligue a hacerme. — ¿Promesa? — Si, que no se acostaría conmigo hasta después de la boda. — ¿Leonard aceptó algo asi? — Jajaja~ Si, lo hizo, te escuchas sorprendido, ¿No lo creías verdad? Pensabas que ya me había acost