Capítulo 61

Noah no se apareció por el taller esa tarde. No supe dónde estaba y seguí en la ignorancia cuando me fui a la cama para intentar dormir, fracasando como la noche anterior. Di tantas vueltas en el colchón que, de haber estado caminando, habría recorrido un kilómetro de distancia.

Cansada de no poder conciliar el sueño, decidí bajar a la cocina por un vaso de leche y galletas Oreo. Para mi mala suerte, no había nada de eso. Las alacenas se encontraban casi vacías y la leche estaba rancia, culpa mía por no hacer mercado cuando debía.

Mañana iré de compras y me aseguraré de tener tantas galletas que no tendré dónde guardarlas.

Entre tanto buscar, encontré un empaque de palomitas, lo metí en el microondas y, cuando estuvieron listas, las puse en un bol de vidrio. Saqué una lata de Coca-Cola del refriger

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