Capítulo 58

Más tarde, pedimos servicio a la habitación y desayunamos en la cama. Luego, bajamos a la piscina –que se encontraba inhóspita, por suerte–. Noah me sorprendió al sacar un sexy traje de baño negro de una pieza, con abertura a cada lado de la cintura en forma circular. Pensó en todo. Estuvimos una hora sumergidos debajo del agua, la mitad del tiempo nadando y la otra besándonos y jugueteando como adolescentes.

Al regresar a la suite, llamé a papá y le pregunté si había tomado sus medicamentos. A veces, se los saltaba porque, según él, no los necesitaba. Pero sí que lo hacía. Él padecía artritis rematoide degenerativa y requería tratamiento permanente. Gracias a Dios, había respondido bien a los medicamentos y no se encontraba en etapa crónica, y esperaba que nunca cruzara ese umbral, pero no me gustaba descuidarlo. Me dijo que

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