Capítulo 31

Minutos después, salí del baño con una toalla envuelta en mi cuerpo y saqué un vestido holgado de flores que no usaba a menudo pero que sería lo más práctico de vestir considerando mi herida. A esa hora, debía estar en el taller trabajando y no en mi habitación eligiendo ropa que se ajustara a la consecuencia de una estúpida reacción; de haber hecho lo que Noah pidió, mi pantorrilla estaría en perfectas condiciones, pero no, tuve que saltar sobre él como una cobarde.

—¡Audrey Gunnar! —chilló una voz familiar desde el pasillo y, poco después, entró a mi habitación como un vendaval, haciendo que la pieza de madera golpeara la pared. Olive era menuda y pequeña, pero tenía un carácter fuerte, autoritario, que a cualquiera haría temblar; los golpes de la vida la obligaron a serlo—. La ciudad está ar

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